Fracaso social

Incapaces de construir una sociedad de bienestar, nos desmoronamos ante unas medidas desmedidas, incendiarias, contrarrevolucionarias, que nos llevan de la mano al desastre. “Políticos locos guían a las masas que les dan sus ojos para no ver qué pasa” dice una canción de La Polla. Algo de eso hay en una sociedad corrompida, con corruptos y personas que corrompen, gente que se arrima a la cosa pública por el interés, se mete en una dinámica incapaz de salir.(Y no es que funcione mal lo público, es que algunos creen que tiene que guiarse por los mismos criterios que lo privado y se aprovechan). Hay gente que legitima determinados comportamientos abyectos porque es la naturaleza, no la que nos estamos cargando, es la naturaleza humana.(Como si esta fuera una e inmutable)

Algo hay cautivo en cada una y cada uno que no nos lleva a levantarnos, a protestar, claudicamos sin haber luchado, nos morimos sin haber vivido, ¿por qué dejamos que nos quiten nuestros sueños? ¿Quién puede evitar que utopía sea realizable? La desafección se clava en las mentes de la gente, el periodista escribe discursos millonarios para el político mientras sigue trabajando para el mundo, se criminaliza a alguien de IU por un comentario malinterpretado sobre Fraga, todo es confuso y atolondrado mientras se sigue inundando a la ciudadanía con información y más información, toneladas de recortes para que lo malo pase desapercibido ante lo pésimo. Eso también es violencia, la violencia de no poder dormir pensando si mañana podremos pagar la hipoteca, si el trabajo que tendremos se extinguirá o seremos víctimas de un Expediente de Regulación de Empleo, o de un despido más barato tras la penúltima reforma laboral.

Que nadie dé nada por supuesto, que todos duden de mantener sus puestos de trabajo, que todo el mundo pueda trabajar de todo para que sea más fácil contratar y despedir, así crearemos más empleo, es la única alternativa posible y bla, bla, bla.

Pero en algún momento esto se va a partir en pedazos, tendremos que conseguir canalizar la indignación y la rabia, no hacia una resignación y a una inacción sino hacia otra forma de hacer las cosas, algo que sea más propio de llamarse humano. De momento, habrá que trabajar para que este cambio pueda ser, reunirse, explicar, hacer, proyectar hacia el futuro un sentimiento de esperanza que pueda calar en la gente que está sin norte, angustiada, en una búsqueda constante de la nada que habrá que rellenar, no con un partido, sino con una propuesta política que reivindique que las personas están antes que los beneficios. El fracaso social será capitalista y tendremos que crear algo nuevo, nuevas ideas, nuevo espíritu, nueva economía, …

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