Hay sensaciones que pierden su valor en cuanto las convertimos en palabras.
Nadie observa con más agudeza que el que desea ser querido.“Hablaremos”, esa palabra en un tiempo verbal que contenía posibilidades de esperanza.
La única nostalgia que me duele es la de haber perdido una forma de mirar que embellecía el mundo.Enlace a mi reseña del libro.