—No lo saben —afirmó el tío Aner— pero, en el fondo, nos envidian.
—¿Por qué iban a envidiarnos? —preguntó él, atónito—. Ellos lo tienen todo, y nosotros nada.
—Por eso mismo, hijo, por eso mismo —intervino el tío Beñat—. Cuanto más tienen, más envidia sienten hacia quienes no necesitan nada para ser felices.
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