Revista Cultura y Ocio
Al límite Thomas Pynchon
Es una tarde tibia, y en lugar de pedir una pizza en casa, optan por pasear hasta Columbus e ir a Tom’s Pizza, un local que pronto se desvanecerá en la memoria popular del Upper West Side.
Por primera vez desde hace años, pensará más tarde Maxine, hacen algo como una familia normal. Se sientan a una mesa de fuera. La nostalgia se cierne a su alrededor, lista para tenderle una emboscada. Maxine recuerda cuando os chicos eran pequeños y las pizzerías del barrio tenían la costumbre la costumbre de cortar las pizzas en pequeños pedazos cuadrados que podían comerse de un bocado, para ponérselo fácil a los niños. Cuando la criatura por fin es capaz de manejar una porción normal entera es como si llegara a la mayoría de edad. Más adelante, con los aparatos dentales, se produce una regresión a los pedacitos cuadrados. Maxine mira a Horst buscando la mínima señal visible de actividad de la memoria, pero ni por asomo, la vieja Geometría Impasible está entretenida embutiéndose la pizza a ritmo constante e intenta hacer que los chicos pierdan la cuenta de cuántos trozos se ha zampado. Lo que de por sí, supone Maxine, podría considerare una tradición familiar, no especialmente admirable, cierto, pero, qué pasa, las hay peores.