Lo que nadie sabe es que envejece más lento que los demás, ya que lo para él, 7 años nuestros es uno para nosotros.
Podria haber sido cantante si no fuera por la voz, un gran actor, si no fuera porque no sabe actuar y un gran matemático, si supiera siquiera sumar.
El caso es que se trincó a Verónica Sánchez, así que tampoco te rías mucho.
Nació en 1978 como un niño normal. Su vida cambió cuando su madre se lo olvidó en un andén de la estación bajo el sol abrasador.
Desde entonces, está semi comatoso y vive en un sueño eterno de Resines.
En su infancia formó parte de los boy scout, donde aprendió matemáticas avanzadas.
Aquella etapa le ayudó a desarrollar que 1+1 era en realidad 7 contraviniendo los axiomas de Peano, considerando el 0 como parte del conjunto de los números naturales. En cuanto al axioma Pitágoras, no se llega a contradicción alguna, pues 1+1 (es decir, 1 más el sucesor de 0) pertenecen a un conjunto S que a su vez puede considerarse parte de N.
Lo tuvo duro desde sus inicios. Iba a un colegio de ricos, Los Olivos, y en su adolescencia ya le dio por la música y el rollito guitarrero para ligarse a la vecina de al lado. En su clase había un grupo de punky que buscaba cantante y Fran Perea se presentó a las pruebas. Los punkarras le mandaron a la mierda por no saber cantar. Que falta de visión.
Se estrenó como actor en un episodio de El comisario interpretando a Guti. No sabemos si al futbolista o a un cani que acabó en la cárcel. Sobretodo por la pereza de buscarlo.
Luego salió en Al salir de clase, interpretando a un chico que volvía a clase tras cumplir condena por matar a su novia hasta su papel más famoso, Marcos de Los Serrano.
Sus actuaciones en destacadas pero cutres series nacionales le convirtieron en el moja-bragas oficial atreviéndose incluso a exhibirse en compañía de su guitarra acústica para, (más allá de dejar claro su mal gusto artístico) conquistar así de forma definitiva al público femenino y, como no, el gay.
Tras la serie, como no le dejaron entrar en Santa Justa Klan, lo intentó en la música en solitario. Pero esa carrera se truncó, ya que estaba cerca del gordo cuando este impresionó y casi no vive para contarlo.
Dejó la música para concentrarse en fracasar en cine, teatro y televisión.
Actuó en varias películas pasteleras para seguir en el candelero y estirar un poco más el rollo veinteañero hasta que la fachada posadolescente y el colapso de la serie se agotaron.
A pesar de ese temible pasado en el que se forjó una imagen complicada de lavar, intentó dar carpetazo a esa difícil etapa. En cualquier caso, haga lo que haga, resultará casi imposible ganarse el respeto del público culto, indispuesto, al menos por ahora, a perdonar sus anteriores papeles.
Parecía que nos íbamos a librar de él, al menos musicalmente, pero su vuelta al mundo de la música en 2018 tras un maravilloso silencio, supuso otro contratiempo para aquellos que habían depositado su confianza en una ausencia que ya parecía definitiva.
Lo más destacado desde entonces, su presidencia en la mesa en las elecciones a la Comunidad de Madrid de 2021. Hay quien dice que la victoria de Ayuso se debe a que contaba los votos de ella de siete en siete.
Hoy en día va diciendo por ahí que es un sexymbol en Finlandia, país que en realidad no existe, y la última vez que se supo de él fue cuando se hizo una paja y tomó dos vasos de agua. Muchos lo dan por muerto, ya que en vez de dos vasos de agua, tomó 14.