"Francamente, querida, me importa un bledo"

La RAE dice que me quejo demasiado y, a veces, sin causa. Puede ser, no lo voy a negar. Vale. Alegaré en mi defensa que, además de quejarme, ofrezco respuesta a las diversas y peregrinas excusas que plantean quiénes se empeñan en manchar caritas de niños... ellos lo hacen un poco así al modo de "te lo cuento por si no lo sabías, tú que te dedicas en tus ratos libres a plantar rábanos". En fin.

Amigos todos: estoy saturada (en cristiano se dice "hasta la coronilla") de comprobar que lo mediocre sobrevive (qué novedad, si sólo pasará en la actividad de pintacaras, nos dábamos con un canto en los dientes...). A lo que iba, seguimos sufriendo a los "insignes profesionales de la animación infantil", obcecados en usar barras de maquillaje para pintar a los pequeños, con lo fácil, lucido y divertido que es utilizar aguacolores. 
Cuidado, sobreviven y yo diría que, incluso, tienen éxito y (debe ser por eso) persisten en su mediocridad. Confieso que, si sólo fuera un problema de "calidad", sería una tontería saturarse, cansarse o hartarse de ver imágenes penosas, eventos pasados y anuncios de eventos futuros... Además, con el pincel en la mano, todos somos mediocres con frecuencia, no es difícil meter la pata en un diseño o en un momento concreto, lo sé, me ocurre.

La cuestión va más allá: señores, señoras, ¡esas barritas andrajosas y desarrapadas, grasientas y sucias, metidas en cualquier cajita o envase, mezcladas con toda clase de materiales variados, arrastradas sobre la piel de los enanos, son un atentado contra la seguridad, la higiene, la estética y el sentido común! Ea, pues ya lo he dicho. Hoy era el día. 

Y, luego, claro, la otra parte del asunto, no les digas nada porque entonces te sueltan lo de siempre, es decir, alguna de estas ingeniosas excusas: 

"Mujer, yo es que lo hago así con toda mi buena intención y voluntad". No, a ver, si la serpiente le dio la manzana a Eva para que Adán no pasara hambre, es así. La buena voluntad es digna de respeto, pero aprender cosas nuevas es maravilloso. La experiencia confirma que lo que en realidad quieren decir con esta expresión es: "Francamente, querida, me importa un bledo" -que también diría el Sr. Butler.

"Mujer, es que con esto es más barato". Ya, no, sí, claro... lo de la seguridad, la higiene, la piel de pequeño y la integridad de los muebles de la vivienda de los padres de la criatura... como que... "vamos pasando", otro día lo miramos. Dice mi madre que lo barato sale caro. Y yo digo que cuatro colores básicos Snazaroo y dos pinceles no son el gasto del siglo. La experiencia nos enseña que lo que en realidad quieren decir con esta expresión es: "Francamente, querida, me importa un bledo".

"Mujer, es que así van más rápido, además, tenemos que hacer también magia y juegos, todo en una hora". Por supuesto, y barrer el salón y cuadrar la caja. Ofrecer mil servicios por hora es lo que tiene. Pero, en todo caso, ¿en serio van más rápido a trompicones? Lo dudo. Un tantito de práctica y creatividad, y sacamos las caritas a pincel tan rápido y con mayor calidad que a barra. Comprobado. La experiencia nos enseña que lo que en realidad quieren decir con esta expresión es: "Francamente, querida, me importa un bledo". 
"Mujer, así me va bien, no veo la necesidad de cambiar". Madre mía, qué declaración más triste. Imagino que este tipo de respuesta la ofrece alguien que vive en una cueva, se comunica con señales de humo y jamás se toma un ibuprofeno. La vida es cambiar, cambiar es saludable, nosotros somos cambio, qué pena no poder (querer) cambiar. La experiencia nos dice que lo que en realidad quieren decir con esta expresión es: "Francamente, querida, me importa un bledo".

Una lástima, ¿verdad?
Por favor, no te unas a ellos, síguenos, apuesta por un pintacaras seguro, vistoso e higiénico, apuesta por el aguacolor y llegarás... hasta el infinito y más allá... pincel en mano :)