
La instantánea que ilustra la entrada del día, es una fotografía de Francesco Prestia, de dieciséis años, recientemente consido a balazos por Alex Pititto, coetáneo y amigo suyo -amigo personal- por haber hecho “click” sobre un “me gusta” de “Facebook” en el muro de la chica equivocada -equivocada en la opinión de Alex, claro-.
Las nuevas tecnologías ofrecen nuevas posibilidades de ofensa en el seno de la “cosa nostra”, esa clase de comportamiento o actitud que solo puede lavarse con sangre, desde la indiferencia que nace con el desprecio a la vida. Francesco no tuvo tiempo de entenderlo, porque no pasó de adolescente; Alex, que se entregó después del asesinato, tiene tiempo para que la vida imprima en él su rictus de hombre extremadamente peligroso que nunca llegó a ser feliz.
