El pasado 21 de enero, Francia dio un paso decisivo a favor del aborto. La Asamblea Nacional aprobó ese día, rozando la medianoche, el artículo más controvertido del proyecto de ley sobre la igualdad de hombres y mujeres, que suprime la noción de “desamparo” como requisito para que una mujer pueda interrumpir voluntariamente un embarazo.
El texto legal que se discute estos días en el Palais Bourbon, a instancias de la mayoría parlamentaria socialista, indica que una mujer tiene derecho a abortar si “no desea proseguir un embarazo” y aumenta la cuantía de multas y sanciones para quienes obstaculicen tal derecho. Tras dos horas de apasionado debate, la cámara baja dio el visto bueno al artículo 5dC de la reforma propuesta por Vallaud-Belkacem, que proclama el derecho de la mujer a disponer libremente de su cuerpo, con los votos favorables de todos los partidos de izquierda y apenas un centenar de diputados presentes en el hemiciclo a esas horas (El Mundo, 22-I-2014).