El miedo a que Francia, bajo un presidente socialista como Hollande, tuviera el mismo triste fin de España, un país con su economía destrozada y, según muchos, herido de muerte como nación, ha funcionado en la batalla electoral francesa y ha hecho que Sarkozy redujera en más de la mitad la distancia que le separaba de Hollande, que llegó a superar los diez puntos, pero no ha sido suficiente y, finalmente, Sarkozy ha perdido y el socialista Hollande será el nuevo presidente de la República Francesa.
Parece increible, pero el desprestigiado Zapatero se ha convertido en uno de los protagonistas estelares de las elecciones francesas. Los asesores de Sarkozy creyeron haber encontrado en Zapatero el aliado mágico capaz de quebrar la tendencia que condenaba al presidente a perder. Cuando esgrimieron el fantasma de Zapatero ante la opinión pública francesa, el miedo irrumpió en la campaña y la ventaja de Hollande empezó a reducirse velozmente. Los estrategas electorales de Sarko descubrieron que el pánico de los franceses a que Hollande pudiera ser una "copia" de Zapatero paralizaría a muchos de sus simpatizantes y, probablemente, les llevaría a no votar la opción socialista francesa. Sin embargo, el miedo de los franceses a una Francia que, como España, se hundiera y quedara destruida bajo un gobierno socialista, no ha sido suficiente para evitar la derrota del presidente, "quemado" por la crisis, por la dura política de recortes y por su sumisión ante Ángela Merkel..
Hollande, consciente de que la presencia de Zapatero en la campaña francesa le hacía daño, reaccionó acusando a Sarkozy de haber sido también "amigo" del nefasto socialista español y todo parece indicar que ese argumento tuvo cierto efecto y consiguió detener la "sangría".
La verdad es que Zapatero, que con su pésima imagen ya hundió al socialismo español en las elecciones del 20 de noviembre de 2011, ha estado a punto de hundir también el socialismo francés en la derrota.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure