![Francia encabezará la](http://m1.paperblog.com/i/390/3906675/francia-encabezara-nueva-cruzada-L-d1qzTR.jpeg)
Esos políticos blandos, cobardes y rendidos ante el Islam ya no podrán acceder al poder porque los ciudadanos de Europa les cerrarán el paso. Se acabó la miserable cobardía que está poniendo en peligro la cultura, los valores y hasta el destino de Europa.
Bin Laden tenía razón cuando sentenció que "La revolución no se hace inmolándose, sino procreando". Hay muchos millones de discípulos musulmanes revolucionarios, que están llenando Europa de pequeños islamistas.
Muchos se preguntan por qué los políticos europeos se someten ante el Islam y no hacen frente a la invasión agresiva musulmana. La única respuesta es que esos políticos viven tan bien como dueños del Estado, disfrutando del poder y de los privilegios que ellos se han otorgado, que no quieren poner en riesgo su paraíso adoptando decisiones drásticas. La política de los millonarios es cobarde y entreguista, sencillamente porque no quieren perder su mundo de privilegios, dinero, poder y brillo social y mediático, en el que apenas tienen obligaciones y en el que ni siquiera rinden cuenta ante unos ciudadanos que, aunque teóricamente son los soberanos del sistema, en la práctica han sido expulsados y no cuentan nada.
Tendrán que cambiar muchos conceptos nacidos de la cobardía y la insensatez. Habrá que rechazar las pateras que entren por la fuerza, expulsar a los que no se integren, a los musulmanes delincuentes, a los vagos aficionados a los subsidios y, por supuesto, a los radicales y asesinos. Tendremos que imponer la reciprocidad: una mezquita se alzará en París, Londres o Berlín sólo si también se eleva una catedral en La Meca.
Los franceses serán los primeros europeos que se sentirán en guerra contra el Islam, no sólo porque han sido los más golpeados, sino también porque siguen siendo los más lúcidos de Europa en los momentos críticos. Pronto se darán cuenta de que los culpables del desastre son esos políticos cobardes, blandos y carentes de valores que tienen en sus manos el timón de Europa, miembros de derechas e izquierdas corrompidas y sin alma. Si esos políticos no cambian a toda velocidad y se regeneran, las próximas elecciones francesas las ganara Marion Le Pen, que será la que eleve y enarbole de nuevo la oriflama y la bandera con la gran Cruz. En el resto de Europa ocurrirá algo parecido, desde Gibraltar al frío norte de Finlandia: los políticos que han olvidado al pueblo, a la democracia y a los grandes valores, serán segados, no por una invasión del Islam sino por una briosa, digna y decente reacción de los ciudadanos europeos.
Pronto lo veremos.