Otro atisbo de optimismo por defensa de la cultura frente a las políticas de malas prácticas efectuadas por las multinacionales.
"A Francia se le ha acusado a lo largo de la Historia de chovinismo, de mantener una actitud inmovilista y de falta de dinamismo. Pero hay algo de lo que sus ciudadanos pueden estar orgullosos: la sinceridad y el lenguaje claro con el que su Ministerio de Cultura defiende la industria cultural del país en todas las instancias. Y eso incluye la ausencia de miedos y complejos a la hora de criticar ciertas prácticas de las grandes multinacionales. El gabinete que dirige Aurélie Filipetti no se resigna a que el sector cultural, clave para la identidad y la economía del país, acabe arrastrado por la crisis. Y ha vuelto a hacerlo saber."
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