El defensa polaco no llegó a repeler un disparo del francés Charles N’Zogbia, y su golpeo de balón con la cabeza acabó batiendo a su propio arquero, Wojciech Szczesny.
Con este resultado, registrado en el país que organizará junto con Ucrania la Eurocopa-2012 y ante 32.000 espectadores, los pupilos de Laurent Blanc pasaron a sumar diez sus partidos sin conocer la derrota, pues llevan una serie de ocho triunfos y dos empates en sus últimos compromisos.
“Incluso si se trata de un partido de final de temporada, hay buenas cosas. Hubo cosas negativas técnicamente pero también hubo cosas interesantes, hubo movimiento en las bandas y la confirmación de que algunos jugadores se sienten cada vez mejor en este equipo”, estimó Blanc tras la contienda.
Con algunas dificultades
Sin embargo, el equipo galo mostró tener algunas dificultades este jueves, especialmente en ataque, ya que no creó peligro, aunque sí supo aprovecharse de las carencias de Polonia, que tras encajar el gol en contra, no pudo firmar la igualada pese a sus esfuerzos en la recta final del partido.
La diferencia entre las dos selecciones fue demasiado importante, y los locales, pese a sus buenas intenciones, no tuvieron la capacidad de hacer que se moviera a su favor el luminoso, y de hecho el combinado visitante no se mostró especialmente inquieto en ningún momento.
En este duelo, Blanc, fiel a su política y respondiendo a su preocupación de ofrecer tiempo de juego a todos sus convocados, alineó un ‘once’ de inicio inédito desde que llegó al banquillo.
El partido ante Polonia fue, en este sentido, una ocasión para experimentar en defensa, donde Blanc puso a Eric Abidal y a Younes Kaboul como pareja en el centro de la zaga. Sin embargo, el segundo, jugador del Auxerre acabó siendo sustituido al lesionarse en el minuto 26, por lo que entró Adil Rami.