Francia y España

“La Fiscalía de París anunció hoy la apertura de una investigación preliminar por blanqueo y fraude fiscal contra el ministro francés de Presupuesto, Jérôme Cahuzac, tras las informaciones que aseguran que poseyó una cuenta bancaria no declarada en Suiza. La investigación se abrió después de que la web “Mediapart” publicara que Cahuzac poseía la citada cuenta en la entidad helvética UBS, extremo negado por el ministro, que se querelló por difamación contra el medio de comunicación, precisó la Fiscalía en un comunicado“.

Es una noticia doblemente curiosa: Por un lado evidencia la tendencia socialista a gastar el dinero de los demás, incrementando los impuestos de las rentas más altas, pero mientras esquivan los mismos dirigentes la ley que aplican. Sin embargo, lo más llamativo es el diferente funcionamiento de la justicia a ambos lados de los Pirineos: En España, el Sr. Oleguer Pujol parece ser propietario de unos cuantos centenares de oficinas del Banco de Santander, con permiso del Sr. Botín, así como de las sedes del grupo Prisa, entre otros inmuebles; el Sr. Mas tiene una fotocopia de su DNI perdida en un banco suizo, en el mismo en el que su familia dispone de saneadas cuentas corrientes. Tanto uno como otro, se querellan, igual que hacen los franceses, contra los supuestos difamadores, con la sutil diferencia de que en nuestra vijea y ajada piel de toro, es un periódico quien hace saltar la alarma, mientras en el vecino país la fiscalía actúa de oficio. Pese a las tasas que imposibilitan la tutela judicial efectiva, no parece que nuestro sistema haya mejorado en exceso, toda vez que los retrasos eternizan cualquier proceso y depauperan la fe de la ciudadanía en la justcia. El Tribunal Constitucional tardará cinco o seis años en dictar sentencia sobre las tasas de Gallardón, mientras el homónimo francés cortó de cuajo las alas al Sr. Hollande en un plazo de semanas. Ni la fiscalía ni los tribunales están a la altura de las circunstancias en este país que politiza la justicia. Debemos aprender cosas de los franceses, pero también como el socialismo sigue sinedo en toda Europa experto en gastar el dnero… pero ajeno.