millennika/04jun18
Según han afirmado los ministros de defensa francés y británico, sus respectivas armadas enviarán buques de guerra para contrarrestar la creciente presencia de Pekín en las disputadas aguas del Mar de China Meridional. Estas dos naciones, miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, su unen así a los movimientos “policiales” de EEUU en la zona, encaminados a hacer frente a China, a sus operaciones de militarización y construcción de islas artificiales en la zona, y a su política al respecto.
La política de China en estos asuntos se basa en que las disputas con sus vecinos deben ser resueltas con diálogo entre las partes y sin la intromisión belicista y neocolonial de naciones ajenas a ese marco geográfico.
Tensiones y reivindicaciones en el mar de China meridional.
Desde el Ministerio de Defensa francés se ha explicado que la primera escala será Singapur, y desde allí se internarán en las aguas del citado mar. Además, se prevé que los buques se dirijan hacia las aguas reclamadas por China. Si en algún momento las fuerzas chinas tratan de desviarles o cerrarles el paso, ellos se mostrarán dispuestos a seguir adelante, con calma, amparándose en el derecho marítimo internacional.
En el citado ministerio francés afirman que, aunque Francia no sea parte demandante en el conflicto de tensiones y reivindicaciones que se vive en la zona, ha de actuar con sus socios y aliados como garante de las leyes que protegen las aguas internacionales, y no aceptar hechos consumados porque, de hacerlo, se convertirían en derechos.
También dicen que Europa se está movilizando más activamente en relación a este asunto, y que en las misiones anunciadas, a llevar a cabo en las próximas semanas, también habrá un grupo de observadores alemanes.
Desde las altas esferas de la defensa británica se ha anunciado el envío de tres buques de guerra a este mar, codiciado por su gran riqueza en recursos, para proteger la legalidad y hacer ver que saltarse las reglas conlleva consecuencias.
Islas artificiales chinas en el mar de China meridional.
Representantes del gobierno y del ejército chino han respondido frente a estas intenciones asegurando que el Mar de China es un espacio libre y abierto para que todos puedan transitar por él, y que en modo alguno habrá restricciones a la libertad de navegación. Pero, a la vez, han recordado que no se tolerarán violaciones de la soberanía territorial china, y que todo depende de que Francia y Reino Unido no se adentren más allá del límite de 12 millas náuticas en las zonas bajo soberanía de China.