Está claro que los peperos no nos pueden tragar. Los indignados somos la peste para esta gente de bien y de orden. Gente cuyo único fin es mantener el status-quo e impedir cualquier cambio, sea el que sea. Que para eso ganaron la guerra en su momento y hoy ganan las elecciones en Madrid.
Así es que, ya no pueden más y alguno de ellos, en este caso el más bocazas de Madrid, Francisco Granados, ha despotricado contra los Indignados, contra la policía por cerrar la Puerta del Sol y a favor de esos comerciantes, “pobres comerciantes” de comercios míseros, como son los de la Puerta del Sol y aledaños.
Unos comerciantes que se quejaban antes porque los perroflautas les estaban impidiendo vender, y que hoy están pidiendo a las fuerzas de orden ser más beligerantes.
Y ahí está Granados –por cierto, recientemente defenestrado del gobierno de la CAM, por la Espe-- para defenderles y para amenazar con mandar sus tropas –recordemos que es secretario general del PP en Madrid—, o sea a los 90.000 afiliados al PP, para defender la Puerta del Sol contra los pulgosos Indignados. Y ahí me imagino a esta gente de bien, con el crucifijo al cuello y la banderita de España en el reloj y el mechero, con sus trajes y vestidos de primera marca, defendiendo en Santa Cruzada, la Puerta del Sol, contra unos perroflautas llenos de mugre y de revolución, de villanía y de vallequismo.
Y es que estos peperos decimonónicos quieren volver a las andadas, quieren volver a desatar la guerra y ganarla. Y ahora que viene Benito XVI, que se la bendiga, cosa que ya hizo Pío XII con la del 36.
Hay que ser guerracivilista, desmesurado y acomplejado, además de un bellaco, para amenazar con mandar a una tropa de 90.000 afiliados peperos –como si él fuera D. Pelayo-- a reconquistar la Puerta del Sol –como si ésta fuera Covadonga— contra los Indignados. Y mientras España se hunde, estos están cada vez más crecidos, hasta llegar a la locura.
Para ellos, para Granados, estamos viviendo en su España, ésta es su Madrid, y esa plaza, su Puerta del Sol. Los demás, los que no somos de los suyos, meros transeúntes, sobre los que este político de tres al cuarto, pretende tener derecho de pernada.
Sí señor, así se hace patria, el diálogo, la búsqueda de soluciones pacíficas, el consenso y los acuerdos no sirven para nada. Hay que destruir al contrario, y si es preciso, que lo es según D. Paco, se les mandan tropas civiles, y con el apoyo pedido por los comerciantes “pobres”, se les machaca hasta que se rindan, que de eso se trata. Se trata de vencer e imponer. ¡Que quede bien claro quién manda y quién es el mandao! ¡Faltaría más!
Salud y República