El piano extiende toda su envergadura, como cigüeña malherida de azabaches en su nacarado plumaje. Crotora el devenir de sus días mientras en su nido - de larga cola negra- se preñan alborotadas las futuras corcheas. La trompeta configura un singular horizonte de sucesos sonoros con su metálica curvatura y, en su borde, traviesas notas juegan a escapar a la velocidad de su luz. En su alegre fuga una triste balada rezuma sus lágrimas, y las esparce por un difuso firmamento de fusas. Al fondo un temblor de baquetas
- como huesos inquietos en su tumba -
nunca estaremos solos.
Francisco Javier Duque Mendieta es cofundador del movimiento poético artístico Posotivismo // [email protected]