Hoy, Joaquín Torres recomienda la exposición que el IVAM dedica, desde el pasado 6 de Septiembre hasta el próximo 6 de Noviembre, al fotógrafo italiano Franco Fontana. A través de 139 instantáneas (109 fotografías y 30 polaroids) el visitante puede disfrutar de una completa retrospectiva de la obra del fotógrafo italiano, siguiendo criterios históricos y temáticos. Su fotografía de paisaje, urbana y rural, se centra en la reducción a dos planos de las composiciones captadas por su cámara, por medio de la manipulación del color, brillante e intenso, y una composición rigurosa y moderada que marca el contraste, encontrándonos ante un trabajo de abstracción artística.
El artista concibe la fotografía como un trabajo creativo en el que la relación con la naturaleza o la realidad se ve acompañado de una intensa proyección poética. Su estética reside en un mundo mágico y onírico de ciudades y paisajes desolados, muy geometrizado y lineal, en el que el tiempo se ha detenido para que, de vez en cuando, paseen ciudadanos anónimos. Fontana da a su obra una intensidad poética que nos descubre la emoción y magia de toda situación, transformando su trabajo en una búsqueda de lo invisible, de ese momento irrepetible que tiene toda obra de arte.
La retrospectiva de Franco Fontana que presenta el IVAM reúne sus estudios de los años 60 y 70, que tienen como objeto escenarios históricos y arquitectónicos que, desde Praga a Módena o Venecia, le permiten mostrar espacios en los que los planos van dibujando el movimiento de volúmenes y construcciones. En palabras del propio artista: “Pienso que la fotografía no es el estudio de una realidad positiva, sino la búsqueda de una verdad ideal llena de sugestión, misterio y fantasía. Fotografiar es poseer, es un acto de conocimiento y de posesión profunda. La fotografía no debe de reproducir lo visible, sino que debe hacer visible lo invisible”.