Por Cano Diaz
Franco Lagos, comunicador y fotógrafo Chileno, nacido y criado en los cerros de Talcahuano, VIII Región, nos enseña a través de su lente una mirada no mediática de lo que significó el levantamiento del pueblo y la furia social de la desigualdad, la desesperanza y los rostros que la alegría no tocó.
A través de su fotografía, Franco Lagos, disidente social y artístico, logra plasmar los distintos escenarios de una lucha popular, que nace desde el pueblo y se defiende del atrapamiento partidista.
Franco, no sólo nos enseña a través de su fotografía escenas sociales y mediáticas, también logra plasmar en sus imágenes la vida y la muerte, la esperanza y desesperanza de un pueblo que ya no tiene nada que perder, ya que nunca tuvo nada.
En el recorrido visual nos muestra a los verdaderos luchadores de esta guerra anunciada por el Estado y declarada por ex Presidente Piñera.
Ojos caen en las fotografías de Franco así como también la muerte.
Sin una mirada criminalizadora y delictual como lo mostraban los medios de comunicación aferrados al fascismo.
Franco logra romper con esa figura y nos muestra otra cara de la realidad social. Esa cara que se desdibuja en los acuerdos firmados por quienes jamás lucharon junto al pueblo y que rápidamente se acomodaron en los tibios sillones del poder, impedidos de levantarse por el peso de sus bolsillos.
A mi parecer pocos artistas fotográficos logran captar la poesía de una guerra y digo poesía porque toda lucha es una utopía que nos mantiene vivo.
Franco Lagos, un emergente fotógrafo que desde sus propios pasajes en la ciudad de Talcahuano nos enseña que luz y sombra son arte en una lucha, su mirada de lince al lente capta momentos que nadie se atrevió a inmortalizar.
Posiblemente hoy estemos frente a un nuevo artista que no quiere descansar su nombre en alguna estación de metro, o en un cuadro sin mensaje.
Un fotógrafo inquieto, audaz, implicado y tenaz nos muestra una realidad que nos conmueve, que sigue ahí, que no incomoda, una realidad tapada y que no forma parte del tejido social. El arte de Franco, se forja desde los mínimos recursos, como un fotógrafo de guerra. Arriesgando su vida, adentrándose al caos y la violencia de Estado, colocando su cuerpo para sacar la verdad. Su lente testigo de tortura, violencia y violaciones a los derechos humanos que posteriormente serían denunciado en un cómodo y gentil informe.
Franco Lagos nos enseña la poesía de la guerra en sus imágenes.
En octubre 2023, lanzará su revista, Atorment-Arte, en su primer capítulo, El ojo del caos, que no pretende ser un tibio aporte, tampoco una conversación de gentiles, nos muestra que cada lucha es arte y que el arte es otra manera de luchar.
FL recoge la memoria de un cuerpo social desesperanzado que volverá a ponerse de pie a exigir sus derechos y no migajas ni caridad.
Franco para lograr estas imágenes logro levantarse junto al pueblo, observado como enemigo por el Estado y por quienes tenían la misión de defender lucha.
Franco Lagos "la fotografía es una forma de lucha y denunciar las injusticias sociales contra el pueblo. Que posteriormente volqué dentro de esa idea para enfocarme en la acción directa e identidad artística"