Revista Música
A veces, sin saber porque, la melancolía nos invade, nos sentimos apagados, tristes, como una hoja seca que cae a merced del viento en una tarde de otoño, en esos momentos en lugar de intentar de escapar de ella yo, particularmente, prefiero dejarme llevar y arropar esa melancolía con una banda sonora adecuada. Si las canciones elegidas son las adecuadas con un par la melancolía se rinde y sales reforzado y con energías renovadas, para estos casos mi preferida siempre es ella, la suavidad de su voz, su dulzura y su belleza son un bálsamo inigualable.
Françoise Madeleine Hardy nació en Paris en 1944 y su infancia la pasó recluida en un exclusivo internado religioso (la Bruyére) para niñas. Su carácter tímido y retraído la llevaba a pasarse las horas muertas sola cantando en su habitación, es en ese momento cuando la música se convierte en compañera y aliada de la pequeña, tanto es así que le hace prometer a sus padres que si se gradúa con buena nota le regalen una guitarra, y así fue que en 1959 consiguió la que sería la primera. Era tanta la dedicación y el tiempo que dedicaba la pequeña Françoise al instrumento que sus progenitores decidieron matricularla en Petit Conservatoire de la Chanson Mirelle Hartuch.
En muy poquito tiempo la joven empezó a cantar y a componer sus propios temas y a pesar de su timidez comenzó a buscarse la vida como cantautora en los locales de París. Era entonces una hermosa adolescente que estudiaba en la Sorbona, cantaba por las noches y en sus ratos libres iba de discográfica en discográfica intentando que le dieran una oportunidad. Su trabajo comenzó a dar sus frutos en 1961, cuando, con tan solo 16 años firmó un contrato con Vogue Records. Al año siguiente ya tenía listo su primer trabajo discográfico, para el estreno deciden esperar hasta octubre, fecha en la que coincide con unas elecciones generales, mientras el electorado francés espera el resultado del referéndum, en la televisión francesa suena "Tous les Garçons et les Filles", al día siguiente más allá del resultado electoral, lo que la gente quería saber era quien interpretaba aquel hermoso tema.
La canción fue un éxito inmediato que trascendió las fronteras del país vecino y fue un éxito rotundo en toda Europa. Rápidamente se convirtió en la nueva reina del pop francés, pero a pesar de su dulce aspecto de Lolita, la personalidad de la Hardy fue la que la hizo destacar de el resto, su especial sensibilidad para la composición y su implicación en las labores de producción (algo que había aprendido de la figura de Phil Spector, uno de sus ídolos) la hicieron sobresalir sobre otras de su generación, pero además y sin ella quererlo, se convirtió en un icono estético. En 1963 fue portada de Paris Match, participando en varias sesiones fotográficas que compartió con gente como Mick Jagger o Bob Dylan (que pidió que la acompañara en un concierto en parís en 1966), lo que la llevaría a desfilar en diversas pasarelas, y a conocer al fotógrafo Jean-Marie Pérrier, con el que mantuvo una relación hasta 1967, quien influyó positivamente en su personalidad, ayudándola tener más seguridad en sí misma.
Durante los siguientes años, representa a su país en el festival de Eurovisión con "L'amour s'en va" y cosecha un montón de éxitos: " le premier bonheur du jour", " j'suis d'accord", "la maison où j'ai grandi"( version de "Il ragazzo della via Gluck" de Adriano Celentano), "Voilá", "Comment te dire adieu"...Además comienza una carrera cinematográfica de la mano del mentor de Brigitte Bardot, el inefable Roger Vadim en el film "Château en Suède", la verdad es que no era una actriz destacable, pero su imagen fotogénica y atractiva, unido a su tremenda popularidad le abrieron muchas puertas.
En 1968 cansada de muchas cosas, profesionales y personales, rompe con su pareja y con su compañía discográfica, intenta un cambio de estilo y graba un extraño disco "La Question" con una guitarrista y compositora brasileña que había conocido en una reunión de amigos llamada Tuca (Valeniza Zagni Da Silva) que tenía dos discos editados en su país y con la que consiguió un sonido nuevo y de extraña belleza. Este álbum está considerado por muchos críticos como el mejor trabajo de la artista francesa, en el que revela su verdadera naturaleza, pero también es considerado por otros como un trabajo demasiado intelectual y poco significativo en su carrera, a mi me parece maravilloso, aunque particularmente prefiero la etapa mas pop de Voge.
En los años siguientes se mantiene en lo más alto en su país, donde está considerada una gran dama de la música. Mantiene una relación con el actor y cantautor Jacques Dutronc con quien se casa definitivamente en 1981. En 2006 la Academia Francesa le concede la Gran Medalla de la Cancion por su gran labor como cantautora durante 40 años.
La que fue musa de Paco Rabanne, icono del pop francés, reina de la melancolía, la nostalgia y el amor adolescente. Sus canciones son tan bellas que si al escucharlas estas enamorado te harán llorar y si es así, ¡déjate llevar!, es una sensacion maravillosa, placida, reconfotante.....
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 25 febrero a las 02:42
Felicidades, buen trabajo. Coincido en la admiración a F.H. todo un "angel" para nuestros oídos, seguiré tu blog, saludos.