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Mencionado por:
Jesús Aparicio González
Menciona a:
Jesús Aparicio González
Agustín Calvo Galán
Yolanda Castaño
Luis García Montero
Ana Delgado Cortés
Miguel Florián
Carlos Marzal
Bio-bibliografía
Poeta español-costarricense. Frank Ruffino (Francisco de Asís García Rufino) Nace en San José Costa Rica el 16 de abril de 1965. Se cría en la zona norte del país, en el pueblo de Tilarán, donde aún radica la mayor parte del tiempo.
Tras finalizar la Guerra Civil Española, su padre tomellosero, quien estuvo del bando republicano y fue herido en la batalla de Teruel, decide auto exiliarse. Camino a América conoce a su madre tenerifeña; varios años después se casan mediante un poder y ella viaja a Costa Rica.
La obra de Frank Ruffino ha sido destacada en medios de prensa a nivel nacional e internacional.
Sus poemarios: “Diablos alucinados” (2002); “Torre de vigilias” y “Fingida lágrima” (2003), ambos textos en un mismo libro; “Viaje de ausentes” (2006) ocupó el segundo lugar en el “I Premio Internacional de Poesía Macedonio Palomino para obra publicada 2007”, entre 197 libros de Iberoamérica y España.
Estudió periodismo en San José de Costa Rica, dedicándose siempre a la prensa alternativa, por lo que ha fundado varios medios rurales de comunicación, esto desde 1994. Actualmente edita el periódico El Florense en la provincia de Heredia, Meseta Central del país (Versión digital: http://www.elflorense.com/).
Poética
Se dice y es casi lógico que la primera línea de literatura consistiera en un verso. Desde ahí el sentimiento y pensamiento se entrecruzan de manera caprichosa. Definir qué es poesía no me quita el sueño: basta plasmar con la palabra una sensación que nos conmueva de manera inusual para crearla. Y en eso estamos los poetas y la mayor parte de los seres humanos: luchando día a día por expresar de mil maneras lo mejor de nosotros mismos y de ahí influir sobre el otro intentando crear una reacción esclarecedora, filosófica, espiritual, etc.
Poemas
AQUÍ
Miré sus siluetas erguirse
en el viento,
algunos intuían que mi cristal
era la luz más pura,
así entendí que el exceso
de confianza
puede ser la perdición
y la perfección
por la limpieza
es locura.
Miré la paciente
vida de las tortugas,
entonces construí
algo parecido a sus corazas,
me di a la meditación
en cada paso.
Así, entre las piedras
del silencio
me hice poeta,
o más exactamente
rescaté el poeta
que ya venía en mi sangre,
como el hierro
más viejo que ella.
Escucho a los cantantes
y me parece
que el amor es el gran tema,
pero aquí es el planeta
de los dementes
y concluyo que algunos locos
se han refugiado en una isla:
por desamor e injusticia
buscan exilio en el asilo.
En cuanto a una libélula
barrida por el viento
tiene tanto valor
como el Papa.
(De “Viaje de ausentes”, 2006)
ESO QUE TÚ Y YO TENEMOS
a Sole, si aún no ha olvidado…
Eso que tú y yo tenemos
descontándonos en la pared;
el precario equilibrio
de los huesos,
su efímera emancipación.
Esta procesión de sombras
dista mucho
de la ascensión sublime
que nos dicen.
Ahora sé que mi paraíso
fue La Pochona
aquel día los dos
con dieciséis.
Aún el sabor de esa uva
me alienta,
que ya todo
nos fue dado,
y que si un instante similar
viviéramos sería
una copia de mala calidad
donde ya nadie
nos reconocería.
(De “Viaje de ausentes”, 2006)
NIRVANA
Alguna tarde todo parece extraño
por lo poco exigente
que se vuelve el alma:
el café en la taza podría
ser zumo de limón
y no pasa nada.
A la hora pico la gente
corre en toda dirección,
mientras sopeso las potencialidades
de un agujero de gusano:
trasegarse uno, no a la casa, el cine,
el bar favorito, sino
a lugares donde el afán no tiene sentido,
entornos que no se pueden describir
con simple literatura, pedestre poesía,
donde otra matemática (o quizá ninguna)
reina y las leyes físicas
a nadie castigan porque
simplemente son otras.
En esos territorios tampoco
el amor ni la locura
son dignos de inventarse,
algo que en este planeta, amigos,
se ha vuelto duro de sobrellevar.
Y la felicidad es otra carencia
con la que se está muy bien:
aquí no hay maniqueísmos
ni sexos ni estéticas.
Y como todos están completos
no teniendo nada humano
se la pasa uno muy bien.
(De “Viaje de ausentes”, 2006)
CONVICCIÓN
Pretendo levitar en esta noche.
Mi geco se alza
conmigo, dormidos los dos,
como benditos.
Mas esta realidad malsana
aprendida de niños
nos acerca
a la sábana
con la fuerza de gravedad
más repugnante conocida nunca,
mientras pienso
que no soñar
es el mayor indicio
de que uno es miserable.
(De “Viaje de ausentes”, 2006)
ESTACIONES
En esta hora
no me reconozco,
se hace difícil
determinar
en el espejo
mi pálido rostro tenue.
No tengo memoria
de mí.
Esta quietud me inquieta.
Del cajón
asoma el negro violín,
un enano azul lo lame.
Alguien comienza
a mover mis hilos,
escoge el traje amarillo,
los zapatos rojos,
la corbata blanca con lunares…
Empieza la función.
Ya la gente ríe.
Quisiera decirles lo que siento,
no lo que el hombre
farsante y petulante
habla: el discurso manido,
unos versos
tan agotados como su cepillo
de dientes.
El afán devorador
por la notoriedad
lo aprisiona.
Aquel niño transparente
prometió liberarme
de este oprobio…
Quizá su cuerpo diáfano
fue curtido
por los soles y los vientos
o envejeció su alma
para sentir
la ilusión
de resucitar la vida
en esta triste marioneta.
Quizá ha traído
sus propios niños
a este tenderete
y no le he reconocido.
Han reparado
mis articulaciones,
me han pulido y pintado…
No supe más de él.
Y en esta hora
no me reconozco,
se me hace difícil
determinar
en el espejo
mi pálido rostro tenue.
(De “Viaje de ausentes”, 2006)
HÁBITAT
Los ciegos no temen a los cuartos oscuros
solo a los recintos de luces resplandecientes.
Los ciegos están muy a gusto en su sombra
como tú con los pajaritos de colores.
(De “Viaje de ausentes”, 2006)
ÁNGELES
Los ángeles son leves como la sombra de la mariposa
y tienen para sí las alas del viento.
A los ángeles no se les duele el ser
ni duermen en cuartos oscuros durante el día.
Son apenas presentidos en los sueños
y posan la profecías en tus labios.
Cuando un niño ríe en su cuna a solas
percibe el calor del ángel,
cuando los ladridos y el canto de los gallos
se desatan en el silencio
a veces es que pasan los ángeles en procesión
hacia las plazas donde gustan mirar a los hombres.
Ellos guardan los secretos para espantar a la Muerte
y de vez en vez interponen sus alas
entre ésta amarga y tú
y saben bailar en hilos de luz.
(De “Fingida lágrima”, 2003)