La novela narra la historia de Víctor Frankenstein, un joven suizo, estudiante de medicina en Ingolstadt, obsesionado por conocer “los secretos del cielo y la tierra”. En su afán por desentrañar “la misteriosa alma del hombre”, Víctor crea un cuerpo a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados. El experimento concluye con éxito cuando Frankenstein, rodeado de sus instrumentos, infunde una chispa de vida al monstruoso cuerpo.
Impresión:
Este es uno de esos clásicos que tenía pendientes. No por ser clásico, sino porque la historia me interesaba y estaba segura de que me iba a gustar. Sabía que las adaptaciones cinematográficas no eran muy fieles (creo que la que más se acerca es la de Kenneth Branagh pero no recuerdo haberla visto.)
Aunque creo que es una de esas historias que todo el mundo conoce, prefiero avisar de que esta entrada contendrá SPOILERS. Si no lo has leído y has conseguido mantenerte alejado de los detalles, diré que pares de leer, no sin antes recomendar su lectura. Merece mucho la pena.
Pues bien, como decía…
Lo que más me sorprendió de la criatura de Frankenstein es su capacidad para hablar. Estaba acostumbrada a verlo como a un ser que apenas lograba articular algún sonido. Creo que el hecho de que pueda conversar nos hace entender mejor toda la historia. Es un personaje que tiene una evolución, no es simplemente un vuelto a la vida que mata porque sí. Y eso me gustó. Él era bueno, ayudó a varias personas. Personas que luego lo repudiaron, lo maltrataron e intentaron matarlo sólo por ser diferente, por su físico. Ellos son los auténticos monstruos. Comprendí su cambio de actitud. Y comprendí también que le pidiese a Víctor (su creador) una mujer. Una compañera con la que sentirse identificado e irse juntos, lejos de la civilización.
No puedo negar que el final me dio pena pero era el final que debía tener. De ser otro me hubiese decepcionado. Esto no es «La Lección de August». Esto, a pesar de ser una (puta obra maestra) de ciencia ficción, es más realista que el libro de R.J. Palacio. Vaaaaale, ya sé que no son comparables pero mi cabeza a veces hace relaciones extrañas y mientras escribía estas lineas me acordé de dicha historia
Se lee bastante rápido y es una lectura cómoda y amena. Nada de demasiadas florituras ni lenguaje enrevesado. Las expresiones antiguas no se hacen pesadas.
Puntuación: 8/10
Archivado en: opinión Tagged: 2015, Frankenstein, Frankenstein o el moderno Prometeo, libros, Mary Shelley