Revista Música
Frankie Goes To Hollywood - Welcome To The Pleasuredome (1984)
Publicado el 19 enero 2013 por Abacab @DMRblog
INTRODUCCIÓN
Y ANTECEDENTES.
Por cierto, queda poco para terminar el plazo de votación en
los Premios 20Blogs. Si no lo han hecho aún, si ustedes lo creen justo y
oportuno, aún pueden votarnos en la categoría de música. Creo que marchamos en
5º lugar, y aunque este año un jurado experto decidirá quién gana en la
categoría, siempre hace ilusión quedar cuanto más arriba mejor. Aquí les dejo
el link para votarnos (antes hay que registrarse como usuario en www.20minutos.es como usuario) y no les doy
más la coña, ya que hoy tenemos un gran disco para comentar: http://lablogoteca.20minutos.es/discos-musica-y-reflexiones-1578/0/.
Hoy no me las voy a dar de listo. En todo lo que concierne o rodea a Frankie Goes To Hollywood, poco más sé aparte de conocer el nombre de su vocalista, el en su día enjuto y birriosillo de aspecto Holly Johnson; digo lo de “en su día”, ya que posteriormente a la época que vamos a tratar, allá por comienzos de milenio, el tío había engordado notablemente y tenía más pinta de propietario de casino de Las Vegas, que del tipo extravagante, con parecido razonable con uno de los actores de la serie “Ally McBeal”, que tenía cuando él y su grupo supusieron un tsunami en el mundo del pop.
Y eso fueron Frankie Goes To Hollywood, un grupo liderado por este carismático y exagerado vocalista, que gracias a un lp plagado de grandes canciones, incluyendo un ariete capaz de derribar la muralla china como “Relax (come fighting)”, fueron una de las sensaciones de 1984. Quizás que fueran grupo abanderado del público gay, les de un cierto carácter de grupo sectorizado y tal, pero mi interés no va a ir por reivindicar a este grupo por su labor más allá de la música, que también tiene su importancia, sino que voy a ceñirme firmemente a la música que nos regalaron.
Su carrera fue más bien corta y eso que por el potencial de este disco de debut, a buen seguro que podrían haber durado mucho más. El caso es que tras “Welcome To The Pleasuredome”, disco que hoy nos ocupa, editaron su 2º álbum de homenaje a su ciudad de origen en su título “Liverpool” y poco más se supo de la banda que compuso “Relax (come fighting)”.
Este disco que hoy nos ocupa es un disco controvertido en todos los sentidos, y en el apartado estrictamente musical también lo es. Es una obra bastante larga, con una primera parte en la que abundan las composiciones kilométricas en el apartado de la duración en minutos, y con un genero que podríamos denominar de alguna forma como “techno-pop progresivo”. La 2ª mitad ofrece un conjunto más inmediato de canciones más directas y pop, con la hábil insertación en su tramo final de otro de los grandes hits del grupo “The power of love”.
Hay mucho de lo que hablar y muchos minutos de música que comentar, por lo que pasemos al análisis formal del disco; para quien quiera más datos previos a la formación de Frankie Goes To Hollywood, que vaya a la wikipedia o a otro lugar, que esto no es un “copy-paste” o un “corta-pega” de otros sitios, por lo que si hasta a día de hoy de Frankie Goes To Hollywood no me ha interesado más que lo referente a su música, y más concretamente a su 1er. lp, no me voy a molestar en buscar información de forma forzada de otro lado, sino que ya llegará el día en que me pique la curiosidad extra-musical de Holly Johnson y sus compañeros.
ANÁLISIS DEL DISCO. 1. “The world is my oyster-snatch of fury (stay)”: Abrimos fuego con un sector instrumental y brutalmente solemne titulado “The world is my oyster-snatch of fury (stay)”, en el que Holly Johnson dice la primera parte del citado título, tras lo que unas notas de teclado más leves e ingenuas toman el mando, con algún coro que suelta por ahí el propio Holly. Intro al fin y al cabo, que nos llama la atención y genera curiosidad.
2. “Welcome to the pleasuredome”: Tras la breve e interesante intro, unos sonidos como de pájaros, con notas dispersas de fondo, conceden los primeros segundos a la canción título, una de las verdaderas joyas ocultas dentro del disco, por la que merece la pena acceder al mismo, yendo más allá de los 3 hits que se editaron en formato single. Cuando entran los teclados, la batería y las guitarras, además de los potentes coros, apreciamos la fuerza de esta “Welcome to the pleasuredome”. Es uno de los ejemplos del disco de ese género que he citado en la intro como “techno-pop progresivo”, y es que aquí no se pierde el patrón de la melodía principal de las notas de teclado. Holly Johnson entra con una potencia vocal al micro acorde con la sacudida instrumental de la canción en sí. Resultan interesantes ciertos detalles vocales de Holly como cuando dice “no pares” tras el “tienes que alcanzar la cima” en unas estrofas que hay tras el primer núcleo en el que ha afrontado ese estribillo que cita el título del disco/canción y muchas “supernovas” que tal carácter apocalíptico concede a este disco. Ni más ni menos que 13 minutos de canción, y con algunos arreglos de teclados que hasta me evocan al fallecido Rick Wright de Pink Floyd allá por la mitad de la pista, lo cual me reafirma más en esa etiqueta de “progresivo” o “sinfónico” que se le puede otorgar a esta notable composición, muy rítmica, con una estructura musical perfecta a la hora de combinar sus múltiples acordes, melodías e instrumentos. En la 2ª parte hay coros femeninos y se termina con una voz grave en plan grotesco recreando el título de esta canción y el de la intro.
3. “Relax (come fighting)”: Tras la sesuda, larga y maravillosa canción título, se da paso a la canción paradigmática del disco y del grupo. Su título completo es “Relax (come fighting)”, aunque tradicionalmente se la conoce por “Relax” a secas. Creo que casi todo el mundo la conoce y respecto a ella y la demencial comedia “Zoolander” protagonizada por Ben Stiller y Owen Wilson, hay un aspecto muy gracioso en tanto a que la misma sirve como efecto hipnótico para provocar algo clave en la película y también como curiosidad está el hecho de que Mugatu, el malo de la película, dentro de la ficción argumental del film, se afirma que era componente de los Frankie Goes To Hollywood antes de que tuvieran éxito. Todo el mundo la habrá escuchado. Es un himno para la comunidad homosexual al nivel de un “I will survive” de Gloria Gaynor, que es arrolladora, contundente en las bases, con un ejercicio vocal a la altura a cargo de Holly Johnson. Dispuso de un videoclip realmente provocador, que recreaba ambientes de lujuria desaforada, representando esa cúpula del placer mencionada en el título del disco. También se hizo otro video con el grupo tocando en directo, que no fue vetado en las televisiones de la forma que sí lo estuvo el original. Un clásico de los 80 y de la historia de la música pop, que desborda adrenalina y con el que se puede disfrutar sin necesidad de ser de una tendencia sexual u otra. Bases duras, rotundas, sonidos como de explosiones y continuación del carácter apocalíptico.
4. “War (and hide)”: Otra canción larga es “War (and hide)”, con una melodía más trabada, menos continua, Frankie Goes To Hollywood se preguntan en su estribillo, el cual se hace esperar por lógica por su duración, “Guerra, ¿para qué vale? Para absolutamente nada”. Aunque no es tan recargada como las predecesoras, las bases son contundentes y duras. Hay sitio para estrofas narradas, sobre las que Holly canta encima desordenadamente. También hay espacio para distorsiones y notables cambios de ritmo. Otro ejemplo de complejidad y de conseguir notables y efectistas melodías puntuales sintéticas en varios pasajes. “War (and hide)” es otro ejemplo de inteligencia melódica y buen gusto incluido en este “Welcome To The Pleasuredome”.
5. “Two tribes (for the victims of ravishment) including the last voice”: Llega ahora otro de los temas que fue single y nº 1 en las listas de ventas. No conviene mezclar churras con merinas y hay que avisar que “Two tribes (for the victims of ravishment) including the last voice”, al igual que “Relax (come fighting)” conocida simplemente por “Two tribes”, cambia mucho de su edición single a la incluida en el disco. Abre con ese sonido de sirenas como de campo de concentración y el sonido orquestal, pero luego su estructura se alarga a los 10 minutos de duración, ofreciendo más bien poca parte vocal tradicional del single edit. Personalmente es la que menos me gusta, no solo de los 3 singles de relumbrón, sino del disco en global; quizás ayudó en parte el provocador y desasosegante videoclip que se grabó con un sangriento combate entre, en teoría, 2 gobernantes de 2 naciones, con Holly Johnson como un grotesco maestro de ceremonias del combate. En su versión del álbum, al igual que en “War (and hide)” hay también bastante espacio vocal narrativo. Lo que no podemos negar es que es muy rítmica, acelerada y bailable. Los coros de Holly copan gran parte de la duración de la pista, con un efecto casi hipnótico a ratos. La base es inalterable, endiablada y los cambios vienen producidos por los añadidos y restas de instrumentos, para hacer más compleja su estructura. Aunque personalmente no me guste, es innegable reconocer su importancia y también su valía. Lo de “including the last voice” es porque al final, sobre una base siniestra, vuelve esa voz narrativa diciendo eso de “Si algún miembro de la familia tuviera que morir…”., lo cual sirve para dar cierre a esta sacudida en forma de canción.
6. “Born to run”: Recuerdo que cuando accedí al disco por 1ª vez me dije: “¡Anda! Si tienen una canción de igual título que uno de los clásicos de Springsteen”. Pues no exactamente, sino que se trata de una cover. Normalmente los grupos suelen meter covers en sus primeros discos, a modo de homenaje o a modo de completar metraje (supongo que ese 2º motivo en este disco no sería). Si no han escuchado el trabajo de Frankie Goes To Hollywood pueden imaginarse que hayan cometido un disparate y un sacrilegio con el mítico y épico tema del Boss. Ni mucho menos. Es una versión muy digna y respetuosa con el original, que además le queda bastante bien ajustada a las voces a Johnson. Las guitarras son duras y fuertes y solamente se echa de menos al saxo de Clemons, pero para nada queda mal tal y como la concibieron para la ocasión estos chicos. Una curiosidad que sirve como frontera entre la parte más críptica y complicada del disco, ésta que dejamos ahora, en la que las composiciones han sido más bien largas y complejas en estructura, y la que nos encontraremos a partir de ahora, con temas más pop y directos.
7. “Happy hi”: “Happy hi” inicia la parte liviana de “Welcome To The Pleasuredome”. Holly Johnson se relaja al micrófono, moviéndose casi al terreno de medio-crooner, en el que de vez en cuando también se inmiscuía el punker Billy Idol. Es necesario tomar aire tras los más de 35 minutos iniciales de las 6 primeras canciones que tan despeinados nos han dejado. Esta canción es lenta, sinuosa, insinuante y quizás la pista más elegante del disco, con un deje medio clásico en sus sonidos irresistible, que contrasta con la ingenuidad de los teclados que llevan la melodía principal. Al final se vuelven a escuchar los sonidos de pájaros utilizados en la canción título. 8. “Wish (the lads were here) including the ballad of 32”: Otra joya oculta, sumada a la ya muy comentada párrafos atrás canción título, es “Wish (the lads were here) including the ballad of 32”. Es una canción que recupera el tono más pop animado tras el medio tiempo que nos ha otorgado la sibarita “Happy hi”. La canción es saltarina y acelerada y también recupera, como ítem único en su especie en esta 2ª mitad del disco, la duración acusada, llegando a más de 7 minutos. Es una pista desenfadada y muy directa, que suelta el estribillo muy rápido, en el que Holly no está solo a las voces, ya que los coros le escudan para mayor relevancia del mismo. Es a partir del 3er. minuto cuando tras el sonido de corneta del 7º de caballería cuando entra el “including the ballad of 32”. Es curioso este hecho de que el grupo no separara en pistas independientes estas piezas, sirviéndolas como una suite, siendo en este caso su 2º parte totalmente instrumental, salvo ciertas sugerentes voces que se incluyen en su tramo final. Aquí es la guitarra española, con una melodía agria, la que toma el control muy contrastado con la primera parte “Wish (the lads were here)”. Luego la guitarra eléctrica da otra clase de virtuosismo, que nos puede volver a evocar a Pink Floyd y partes de sus obras sinfónicas más grandes, sin necesidad de llevarnos las manos a la cabeza por establecer paralelismos entre un grupo y otro.
9. “Krisco kisses”: Holly Johnson regresa con fuerza, acompañado de los coros, en la voluntariosa “Krisco kisses”. Estamos ante otro ejemplo de entrega directa, que a ratos tiene la fuerza o el efecto de “elefante en cacharrería”, pero que tiene un cierto encanto en sus cambios de ritmo, muy acusados. A ratos es un trueno, luego una tormenta, pero tiene sus ojos de huracán a la hora de mencionar el título de la canción. Muy marcada, contundente, pero divertida a la vez. Holly se desmelena al micrófono, siguiendo el vértigo melódico de esta para nada desperdiciable pista.
10. “Black night white night”: “Black night white night” por obligación ha de tener un carácter ciertamente nocturno y así es. Esta composición podría haber sido firmada fácilmente por Boy George y su Culture Club. Tiene un halo de soul blanco, que también nos podría recordar a ABC y su“The Lexicon Of Love” (¿tendrá algo que ver que Trevor Horn sea el productor de ambas obras?), con sus momentos de intensidad en el estribillo y sus partes más sugerentes en las estrofas. No obstante, también hay sitio para esos efectos apocalípticos que en muchos momentos del disco nos hemos podido encontrar y bastantes cambios de ritmo dentro de su estructura, que aprovecha muy bien sus poco más de 4 minutos.
11. “The only star in heaven”: Ahora es momento para un tema pop que no destaca especialmente respecto a los que le han precedido en esta 2ª mitad de “Welcome To The Pleasuredome”. “The only star in heaven” es quizás el tema menos memorable del sector más accesible del disco. Sin ser una pista mala, lo que es cierto es que palidece en tanto a originalidad o marcas indelebles en su sonido en comparación con temas como “Krisco kisses” o “Wish (the lads were here)”. Es un compendio de los elementos y sonidos del disco, pero organizados de tal forma que no dicen nada nuevo y con un gancho melódico por debajo de la media. En mi humildemente opinión, “The only star in heaven” es un tema de relleno, que si bien lo que hace es un efecto engrandecedor (más si cabe) de lo que vendrá justo a continuación.
12. “The power of love”: El disco, más allá del epílogo “Bang”, termina con otro de los singles y grandes éxitos de este lp y del grupo. Es lugar de una balada bonita, íntima, grandiosa y para la que se grabaron unos videoclips que recreaban el nacimiento de Jesucristo, que cuanto menos contrastan con los otros clips de sus otros singles. La letra sería uno de esos ejemplos que les dejaría aquí traducidos de principio a fin. Es directa, simple, pero contundente, efectista y sobre todo cantada por Holly Johnson en un registro medio quebrado que llega. El sonido orquestal y clásico es monumental y le confiere a esta balada la etiqueta de canción de amor solemne. “El amor es como una energía surgiendo dentro de mi” dice Holly en cierto momento dentro de esa letra fabulosa. Emocionante y bellísima. Sin duda, “The power of love” es uno de los grandes activos de “Welcome To The Pleasuredome”.
13. “Bang”: El epílogo lo concede “Bang”, que además dio título a un recopilatorio muy popular del grupo. Es una melodía muy luminosa de teclados con una voz diciendo “Frankie says” (algo que por cierto fue muy recurrente en camisetas de merchandising de la época), para finalizar diciendo “Frankie dice: no más”, que sirve para dar el cierre a esta obra, que nos ha llevado por un largo viaje sonoro durante más de 70 minutos, sin que en ningún momento nos hayamos muerto de aburrimiento si es que hemos tenido bien abiertos los oídos.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES. Una cosa es evidente, y no es otra que Frankie Goes To Hollywood y su “Relax (come fighting)”, fue una de las sensaciones musicales de 1984 y un hit mundial, de esos que durante su año de reinado suenan en todos los lugares. No obstante, el calado de esa canción ha ido mucho más allá de 1984 y se ha convertido en un himno pop, sin necesidad de entrar en otras consideraciones anexas, que por supuesto también las tiene.
Además, el grupo con sus camisetas promocionales, también supo muy bien mover su marketing y hacer campaña; es curioso que mi madre hace unos meses me compró en una cadena de tiendas de ropa de esas que los precios están tirados, una camiseta roja que sobre la misma únicamente ponía “Welcome 2 The Pleasure Dome”. La compró al tun-tun y acertó. Evidentemente no es una camiseta promocional del grupo, ya que no pinta nada por ahí, pero me gusta mucho y le doy el sentido asociado al disco que hoy nos ocupa.
Dejando de lado esa pequeña anécdota personal, hay que advertir que Frankie Goes To Hollywood duraron poco. Su siguiente disco “Liverpool”, sacado en 1986, y el cual tuvimos a precio de saldo en el departamento de discos de unos grandes almacenes en los que trabajé hace casi una década, pasó de puntillas. Aún no lo he escuchado, pero el caso es que creo que ninguna canción caló especialmente y ni mucho menos aún al nivel de los singles de “Welcome To The Pleasuredome”. Creo que hace no mucho el grupo se reunió, pero con más pena que gloria.
Lo que busco con este artículo es reivindicar este disco por encima de “Relax (come fighting)” y sus otros 2 singles de relumbrón. Es una obra magna, ambiciosa, virtuosa, compleja y maravillosa en casi todos los segundos que forman parte de la misma. La portada, con esos dibujitos que también tienen su intención y que abundan en las connotaciones al margen de la música que tenía el grupo, quizás no nos hace imaginarnos la obra de música pop electrónica tan buena que contiene. En la edición de cd de la que dispongo, la portada varió el dibujito infantil, pero con mucha intención por una foto muy barroca de sus componentes, la cual les dejo a continuación. Y, en efecto, hay que apuntar que he analizado la edición de cd, ya que la original de 1984 tiene algunas variaciones en el listado de canciones. Aunque es un disco con varias versiones, bastante respetuosas y dignas como he mencionado, destaca principalmente por los temas propios y más allá de los singles masivos, les recomiendo que se tomen su tiempo para interiorizar la soberbia canción que le da el título. Igual que a Juan Rulfo le valió con un par de obras para dejar su nombre en la historia de la literatura, incluyendo un libro impagable como “Pedro Páramo”, Frankie Goes To Hollywood podría ser una cosa parecida en el mundo de la música y su “Welcome To The Pleasuredome” sería su “Pedro Páramo” particular. Un disco maravilloso que ustedes, sean de la tendencia sexual que sean (no tengan prejuicios ajenos a la música), deberían de escuchar.
Últimamente ya no tengo conexión en casa y publico el post dentro del sábado a la hora que puedo. Con ello no he podido recordarles anticipadamente que esta tarde habrían podido escuchar en RUAH y en &radio el programa sobre The Killers y su “Day & Age”. No se preocupen, el miércoles tendrán una nueva, y la última, oportunidad. El programa entrevista a La Unión con Rafa Sánchez y Javier Adradós estará subido antes de lo que se imaginan en nuestro perfil de Ivoox. El próximo sábado tendremos un nuevo programa en directo. Estén atentos a nuestra página de Facebook.
Hoy no me las voy a dar de listo. En todo lo que concierne o rodea a Frankie Goes To Hollywood, poco más sé aparte de conocer el nombre de su vocalista, el en su día enjuto y birriosillo de aspecto Holly Johnson; digo lo de “en su día”, ya que posteriormente a la época que vamos a tratar, allá por comienzos de milenio, el tío había engordado notablemente y tenía más pinta de propietario de casino de Las Vegas, que del tipo extravagante, con parecido razonable con uno de los actores de la serie “Ally McBeal”, que tenía cuando él y su grupo supusieron un tsunami en el mundo del pop.
Y eso fueron Frankie Goes To Hollywood, un grupo liderado por este carismático y exagerado vocalista, que gracias a un lp plagado de grandes canciones, incluyendo un ariete capaz de derribar la muralla china como “Relax (come fighting)”, fueron una de las sensaciones de 1984. Quizás que fueran grupo abanderado del público gay, les de un cierto carácter de grupo sectorizado y tal, pero mi interés no va a ir por reivindicar a este grupo por su labor más allá de la música, que también tiene su importancia, sino que voy a ceñirme firmemente a la música que nos regalaron.
Su carrera fue más bien corta y eso que por el potencial de este disco de debut, a buen seguro que podrían haber durado mucho más. El caso es que tras “Welcome To The Pleasuredome”, disco que hoy nos ocupa, editaron su 2º álbum de homenaje a su ciudad de origen en su título “Liverpool” y poco más se supo de la banda que compuso “Relax (come fighting)”.
Este disco que hoy nos ocupa es un disco controvertido en todos los sentidos, y en el apartado estrictamente musical también lo es. Es una obra bastante larga, con una primera parte en la que abundan las composiciones kilométricas en el apartado de la duración en minutos, y con un genero que podríamos denominar de alguna forma como “techno-pop progresivo”. La 2ª mitad ofrece un conjunto más inmediato de canciones más directas y pop, con la hábil insertación en su tramo final de otro de los grandes hits del grupo “The power of love”.
Hay mucho de lo que hablar y muchos minutos de música que comentar, por lo que pasemos al análisis formal del disco; para quien quiera más datos previos a la formación de Frankie Goes To Hollywood, que vaya a la wikipedia o a otro lugar, que esto no es un “copy-paste” o un “corta-pega” de otros sitios, por lo que si hasta a día de hoy de Frankie Goes To Hollywood no me ha interesado más que lo referente a su música, y más concretamente a su 1er. lp, no me voy a molestar en buscar información de forma forzada de otro lado, sino que ya llegará el día en que me pique la curiosidad extra-musical de Holly Johnson y sus compañeros.
ANÁLISIS DEL DISCO. 1. “The world is my oyster-snatch of fury (stay)”: Abrimos fuego con un sector instrumental y brutalmente solemne titulado “The world is my oyster-snatch of fury (stay)”, en el que Holly Johnson dice la primera parte del citado título, tras lo que unas notas de teclado más leves e ingenuas toman el mando, con algún coro que suelta por ahí el propio Holly. Intro al fin y al cabo, que nos llama la atención y genera curiosidad.
2. “Welcome to the pleasuredome”: Tras la breve e interesante intro, unos sonidos como de pájaros, con notas dispersas de fondo, conceden los primeros segundos a la canción título, una de las verdaderas joyas ocultas dentro del disco, por la que merece la pena acceder al mismo, yendo más allá de los 3 hits que se editaron en formato single. Cuando entran los teclados, la batería y las guitarras, además de los potentes coros, apreciamos la fuerza de esta “Welcome to the pleasuredome”. Es uno de los ejemplos del disco de ese género que he citado en la intro como “techno-pop progresivo”, y es que aquí no se pierde el patrón de la melodía principal de las notas de teclado. Holly Johnson entra con una potencia vocal al micro acorde con la sacudida instrumental de la canción en sí. Resultan interesantes ciertos detalles vocales de Holly como cuando dice “no pares” tras el “tienes que alcanzar la cima” en unas estrofas que hay tras el primer núcleo en el que ha afrontado ese estribillo que cita el título del disco/canción y muchas “supernovas” que tal carácter apocalíptico concede a este disco. Ni más ni menos que 13 minutos de canción, y con algunos arreglos de teclados que hasta me evocan al fallecido Rick Wright de Pink Floyd allá por la mitad de la pista, lo cual me reafirma más en esa etiqueta de “progresivo” o “sinfónico” que se le puede otorgar a esta notable composición, muy rítmica, con una estructura musical perfecta a la hora de combinar sus múltiples acordes, melodías e instrumentos. En la 2ª parte hay coros femeninos y se termina con una voz grave en plan grotesco recreando el título de esta canción y el de la intro.
3. “Relax (come fighting)”: Tras la sesuda, larga y maravillosa canción título, se da paso a la canción paradigmática del disco y del grupo. Su título completo es “Relax (come fighting)”, aunque tradicionalmente se la conoce por “Relax” a secas. Creo que casi todo el mundo la conoce y respecto a ella y la demencial comedia “Zoolander” protagonizada por Ben Stiller y Owen Wilson, hay un aspecto muy gracioso en tanto a que la misma sirve como efecto hipnótico para provocar algo clave en la película y también como curiosidad está el hecho de que Mugatu, el malo de la película, dentro de la ficción argumental del film, se afirma que era componente de los Frankie Goes To Hollywood antes de que tuvieran éxito. Todo el mundo la habrá escuchado. Es un himno para la comunidad homosexual al nivel de un “I will survive” de Gloria Gaynor, que es arrolladora, contundente en las bases, con un ejercicio vocal a la altura a cargo de Holly Johnson. Dispuso de un videoclip realmente provocador, que recreaba ambientes de lujuria desaforada, representando esa cúpula del placer mencionada en el título del disco. También se hizo otro video con el grupo tocando en directo, que no fue vetado en las televisiones de la forma que sí lo estuvo el original. Un clásico de los 80 y de la historia de la música pop, que desborda adrenalina y con el que se puede disfrutar sin necesidad de ser de una tendencia sexual u otra. Bases duras, rotundas, sonidos como de explosiones y continuación del carácter apocalíptico.
4. “War (and hide)”: Otra canción larga es “War (and hide)”, con una melodía más trabada, menos continua, Frankie Goes To Hollywood se preguntan en su estribillo, el cual se hace esperar por lógica por su duración, “Guerra, ¿para qué vale? Para absolutamente nada”. Aunque no es tan recargada como las predecesoras, las bases son contundentes y duras. Hay sitio para estrofas narradas, sobre las que Holly canta encima desordenadamente. También hay espacio para distorsiones y notables cambios de ritmo. Otro ejemplo de complejidad y de conseguir notables y efectistas melodías puntuales sintéticas en varios pasajes. “War (and hide)” es otro ejemplo de inteligencia melódica y buen gusto incluido en este “Welcome To The Pleasuredome”.
5. “Two tribes (for the victims of ravishment) including the last voice”: Llega ahora otro de los temas que fue single y nº 1 en las listas de ventas. No conviene mezclar churras con merinas y hay que avisar que “Two tribes (for the victims of ravishment) including the last voice”, al igual que “Relax (come fighting)” conocida simplemente por “Two tribes”, cambia mucho de su edición single a la incluida en el disco. Abre con ese sonido de sirenas como de campo de concentración y el sonido orquestal, pero luego su estructura se alarga a los 10 minutos de duración, ofreciendo más bien poca parte vocal tradicional del single edit. Personalmente es la que menos me gusta, no solo de los 3 singles de relumbrón, sino del disco en global; quizás ayudó en parte el provocador y desasosegante videoclip que se grabó con un sangriento combate entre, en teoría, 2 gobernantes de 2 naciones, con Holly Johnson como un grotesco maestro de ceremonias del combate. En su versión del álbum, al igual que en “War (and hide)” hay también bastante espacio vocal narrativo. Lo que no podemos negar es que es muy rítmica, acelerada y bailable. Los coros de Holly copan gran parte de la duración de la pista, con un efecto casi hipnótico a ratos. La base es inalterable, endiablada y los cambios vienen producidos por los añadidos y restas de instrumentos, para hacer más compleja su estructura. Aunque personalmente no me guste, es innegable reconocer su importancia y también su valía. Lo de “including the last voice” es porque al final, sobre una base siniestra, vuelve esa voz narrativa diciendo eso de “Si algún miembro de la familia tuviera que morir…”., lo cual sirve para dar cierre a esta sacudida en forma de canción.
6. “Born to run”: Recuerdo que cuando accedí al disco por 1ª vez me dije: “¡Anda! Si tienen una canción de igual título que uno de los clásicos de Springsteen”. Pues no exactamente, sino que se trata de una cover. Normalmente los grupos suelen meter covers en sus primeros discos, a modo de homenaje o a modo de completar metraje (supongo que ese 2º motivo en este disco no sería). Si no han escuchado el trabajo de Frankie Goes To Hollywood pueden imaginarse que hayan cometido un disparate y un sacrilegio con el mítico y épico tema del Boss. Ni mucho menos. Es una versión muy digna y respetuosa con el original, que además le queda bastante bien ajustada a las voces a Johnson. Las guitarras son duras y fuertes y solamente se echa de menos al saxo de Clemons, pero para nada queda mal tal y como la concibieron para la ocasión estos chicos. Una curiosidad que sirve como frontera entre la parte más críptica y complicada del disco, ésta que dejamos ahora, en la que las composiciones han sido más bien largas y complejas en estructura, y la que nos encontraremos a partir de ahora, con temas más pop y directos.
7. “Happy hi”: “Happy hi” inicia la parte liviana de “Welcome To The Pleasuredome”. Holly Johnson se relaja al micrófono, moviéndose casi al terreno de medio-crooner, en el que de vez en cuando también se inmiscuía el punker Billy Idol. Es necesario tomar aire tras los más de 35 minutos iniciales de las 6 primeras canciones que tan despeinados nos han dejado. Esta canción es lenta, sinuosa, insinuante y quizás la pista más elegante del disco, con un deje medio clásico en sus sonidos irresistible, que contrasta con la ingenuidad de los teclados que llevan la melodía principal. Al final se vuelven a escuchar los sonidos de pájaros utilizados en la canción título. 8. “Wish (the lads were here) including the ballad of 32”: Otra joya oculta, sumada a la ya muy comentada párrafos atrás canción título, es “Wish (the lads were here) including the ballad of 32”. Es una canción que recupera el tono más pop animado tras el medio tiempo que nos ha otorgado la sibarita “Happy hi”. La canción es saltarina y acelerada y también recupera, como ítem único en su especie en esta 2ª mitad del disco, la duración acusada, llegando a más de 7 minutos. Es una pista desenfadada y muy directa, que suelta el estribillo muy rápido, en el que Holly no está solo a las voces, ya que los coros le escudan para mayor relevancia del mismo. Es a partir del 3er. minuto cuando tras el sonido de corneta del 7º de caballería cuando entra el “including the ballad of 32”. Es curioso este hecho de que el grupo no separara en pistas independientes estas piezas, sirviéndolas como una suite, siendo en este caso su 2º parte totalmente instrumental, salvo ciertas sugerentes voces que se incluyen en su tramo final. Aquí es la guitarra española, con una melodía agria, la que toma el control muy contrastado con la primera parte “Wish (the lads were here)”. Luego la guitarra eléctrica da otra clase de virtuosismo, que nos puede volver a evocar a Pink Floyd y partes de sus obras sinfónicas más grandes, sin necesidad de llevarnos las manos a la cabeza por establecer paralelismos entre un grupo y otro.
9. “Krisco kisses”: Holly Johnson regresa con fuerza, acompañado de los coros, en la voluntariosa “Krisco kisses”. Estamos ante otro ejemplo de entrega directa, que a ratos tiene la fuerza o el efecto de “elefante en cacharrería”, pero que tiene un cierto encanto en sus cambios de ritmo, muy acusados. A ratos es un trueno, luego una tormenta, pero tiene sus ojos de huracán a la hora de mencionar el título de la canción. Muy marcada, contundente, pero divertida a la vez. Holly se desmelena al micrófono, siguiendo el vértigo melódico de esta para nada desperdiciable pista.
10. “Black night white night”: “Black night white night” por obligación ha de tener un carácter ciertamente nocturno y así es. Esta composición podría haber sido firmada fácilmente por Boy George y su Culture Club. Tiene un halo de soul blanco, que también nos podría recordar a ABC y su“The Lexicon Of Love” (¿tendrá algo que ver que Trevor Horn sea el productor de ambas obras?), con sus momentos de intensidad en el estribillo y sus partes más sugerentes en las estrofas. No obstante, también hay sitio para esos efectos apocalípticos que en muchos momentos del disco nos hemos podido encontrar y bastantes cambios de ritmo dentro de su estructura, que aprovecha muy bien sus poco más de 4 minutos.
11. “The only star in heaven”: Ahora es momento para un tema pop que no destaca especialmente respecto a los que le han precedido en esta 2ª mitad de “Welcome To The Pleasuredome”. “The only star in heaven” es quizás el tema menos memorable del sector más accesible del disco. Sin ser una pista mala, lo que es cierto es que palidece en tanto a originalidad o marcas indelebles en su sonido en comparación con temas como “Krisco kisses” o “Wish (the lads were here)”. Es un compendio de los elementos y sonidos del disco, pero organizados de tal forma que no dicen nada nuevo y con un gancho melódico por debajo de la media. En mi humildemente opinión, “The only star in heaven” es un tema de relleno, que si bien lo que hace es un efecto engrandecedor (más si cabe) de lo que vendrá justo a continuación.
12. “The power of love”: El disco, más allá del epílogo “Bang”, termina con otro de los singles y grandes éxitos de este lp y del grupo. Es lugar de una balada bonita, íntima, grandiosa y para la que se grabaron unos videoclips que recreaban el nacimiento de Jesucristo, que cuanto menos contrastan con los otros clips de sus otros singles. La letra sería uno de esos ejemplos que les dejaría aquí traducidos de principio a fin. Es directa, simple, pero contundente, efectista y sobre todo cantada por Holly Johnson en un registro medio quebrado que llega. El sonido orquestal y clásico es monumental y le confiere a esta balada la etiqueta de canción de amor solemne. “El amor es como una energía surgiendo dentro de mi” dice Holly en cierto momento dentro de esa letra fabulosa. Emocionante y bellísima. Sin duda, “The power of love” es uno de los grandes activos de “Welcome To The Pleasuredome”.
13. “Bang”: El epílogo lo concede “Bang”, que además dio título a un recopilatorio muy popular del grupo. Es una melodía muy luminosa de teclados con una voz diciendo “Frankie says” (algo que por cierto fue muy recurrente en camisetas de merchandising de la época), para finalizar diciendo “Frankie dice: no más”, que sirve para dar el cierre a esta obra, que nos ha llevado por un largo viaje sonoro durante más de 70 minutos, sin que en ningún momento nos hayamos muerto de aburrimiento si es que hemos tenido bien abiertos los oídos.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES. Una cosa es evidente, y no es otra que Frankie Goes To Hollywood y su “Relax (come fighting)”, fue una de las sensaciones musicales de 1984 y un hit mundial, de esos que durante su año de reinado suenan en todos los lugares. No obstante, el calado de esa canción ha ido mucho más allá de 1984 y se ha convertido en un himno pop, sin necesidad de entrar en otras consideraciones anexas, que por supuesto también las tiene.
Además, el grupo con sus camisetas promocionales, también supo muy bien mover su marketing y hacer campaña; es curioso que mi madre hace unos meses me compró en una cadena de tiendas de ropa de esas que los precios están tirados, una camiseta roja que sobre la misma únicamente ponía “Welcome 2 The Pleasure Dome”. La compró al tun-tun y acertó. Evidentemente no es una camiseta promocional del grupo, ya que no pinta nada por ahí, pero me gusta mucho y le doy el sentido asociado al disco que hoy nos ocupa.
Dejando de lado esa pequeña anécdota personal, hay que advertir que Frankie Goes To Hollywood duraron poco. Su siguiente disco “Liverpool”, sacado en 1986, y el cual tuvimos a precio de saldo en el departamento de discos de unos grandes almacenes en los que trabajé hace casi una década, pasó de puntillas. Aún no lo he escuchado, pero el caso es que creo que ninguna canción caló especialmente y ni mucho menos aún al nivel de los singles de “Welcome To The Pleasuredome”. Creo que hace no mucho el grupo se reunió, pero con más pena que gloria.
Lo que busco con este artículo es reivindicar este disco por encima de “Relax (come fighting)” y sus otros 2 singles de relumbrón. Es una obra magna, ambiciosa, virtuosa, compleja y maravillosa en casi todos los segundos que forman parte de la misma. La portada, con esos dibujitos que también tienen su intención y que abundan en las connotaciones al margen de la música que tenía el grupo, quizás no nos hace imaginarnos la obra de música pop electrónica tan buena que contiene. En la edición de cd de la que dispongo, la portada varió el dibujito infantil, pero con mucha intención por una foto muy barroca de sus componentes, la cual les dejo a continuación. Y, en efecto, hay que apuntar que he analizado la edición de cd, ya que la original de 1984 tiene algunas variaciones en el listado de canciones. Aunque es un disco con varias versiones, bastante respetuosas y dignas como he mencionado, destaca principalmente por los temas propios y más allá de los singles masivos, les recomiendo que se tomen su tiempo para interiorizar la soberbia canción que le da el título. Igual que a Juan Rulfo le valió con un par de obras para dejar su nombre en la historia de la literatura, incluyendo un libro impagable como “Pedro Páramo”, Frankie Goes To Hollywood podría ser una cosa parecida en el mundo de la música y su “Welcome To The Pleasuredome” sería su “Pedro Páramo” particular. Un disco maravilloso que ustedes, sean de la tendencia sexual que sean (no tengan prejuicios ajenos a la música), deberían de escuchar.
Últimamente ya no tengo conexión en casa y publico el post dentro del sábado a la hora que puedo. Con ello no he podido recordarles anticipadamente que esta tarde habrían podido escuchar en RUAH y en &radio el programa sobre The Killers y su “Day & Age”. No se preocupen, el miércoles tendrán una nueva, y la última, oportunidad. El programa entrevista a La Unión con Rafa Sánchez y Javier Adradós estará subido antes de lo que se imaginan en nuestro perfil de Ivoox. El próximo sábado tendremos un nuevo programa en directo. Estén atentos a nuestra página de Facebook.