Frases célebres:¿con micralax?

¿Quién no ha oído alguna vez esta frase estando de guardia en un servicio de urgencias?  Desde nuestra más tierna residencia esta conversación que reproduzco a continuación es una constante en el lugar donde trabajo:
MÉDICO: (En tono casi inaudible y mirando con cara de pedir de perdón a la auxiliar de enfermería) -“Le vamos a poner un enema” (si el/la candidata a enema experimenta por sus características corporales dificultad manifiesta, a veces se sustituye por “enemita”. AUXILIAR: (Como un resorte, casi antes de que acabe la frase) -“¿Con Micralax?” MÉDICO: (Tras reflexionar unos segundos, muy serio, como si de esta decisión dependiera la vida del paciente):-“Si, con Micralax”
He de decir que me reconozco a mi mismo repitiendo este mecánico, casi automático, dialogo en multitud de ocasiones. Nunca he sabido a ciencia cierta que puede aportar  esta canulilla de tamaño ridículo a una lavativa (o enema) ­­ de medio litro. También es cierto, he de confesar, que tampoco nunca me he molestado en investigarlo, sin embargo, siempre me ha fascinado este dialogo, analicémoslo.
En primer lugar el tono del médico y el empleo de la tercera persona del plural (“Le vamos a poner…”). Yo lo denominaría “plural solidario”. Es evidente quien se lo va a poner y es evidente que no lo vamos a hacer entre los dos, pero con la palabra me solidarizo, ya que no lo voy a hacer, faltaría mas, con la acción.
En segundo lugar la respuesta del auxiliar, esa pregunta yo diría casi retórica, cuya respuesta sabe por sus largos años de experiencia. A veces he pensado que en realidad lo hace para darme tiempo a reflexionar, que me pare, que piense y lo que me quiere decir es: -“¿Estas seguro?, ¿has mirado a la pobre abuela la molestia que le vas a causar? , o quizás quiera decir:-“¿Con cariño?, ya que le vamos a hacer semejante faena al menos con cariño, ¿no?
Supongo es una manera de recordarnos que por mucha presión asistencial, mucha prisa y mucha denuncia el nuestro es todavía un oficio donde la pausa, el cariño y la perspectiva humana no debe perderse. Y  además, es gratificante, compartir las decisiones con quien nos ayuda tanto en nuestro trabajo. Pero a veces la crueldad nos fagocita, y podemos escuchar frases de las peores que se pueden oír en una consulta de urgencias. Hace unos días, una compañera doctora, sin desviar la vista del ordenador, sin ni siquiera mirar a la auxiliar la pronunció: -“Le vamos a poner un enema con Micralax”- ¿Espeluznante, no? La auxiliar, cabizbaja y, sin abrir la boca, se dirigió, diligente, camino de la farmacia.