Revista Cultura y Ocio
En una época de engaño universal,
decir la verdad es un acto revolucionario.
Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros.
Cuando se ama a una persona se la ama tal como es,
aunque no sea como uno quisiera que fuese.
Pero aunque se repitiese que lo abandonaría, le faltaba resolución para ello,
porque no podía perder la costumbre de amarlo.
Si hay tantas opiniones como cabezas,
debe haber también tantas clases de amor como corazones.
Toda la diversidad, la hermosura, el encanto de la vida,
se componen de luces y sombras.
No advierte su mal el insensato hasta después que lo ha sufrido.
Aunque sus manos fuesen de fuego y su valor como el hierro encendido, no dejaría de pelear contra él.
Los hombres somos cual las hojas. El viento las esparce por la tierra y la floresta hace germinar otras, y las primaveras se suceden. Así nace y se extingue toda generación de hombres.
Todas esas horas solitarias, ¿Qué son ahora para ti? Una maldición que te aplasta, un peso que te asfixia, un mar que te ahoga, una tortura que te quema.
Por que cada hombre tiene su propio tiempo. Y solo mientras siga siendo suyo se mantiene vivo.
Hay calendarios y relojes para medirlo, pero eso significa poco,
porque todos sabemos que, a veces, una hora puede parecernos una eternidad,
y otra, en cambio, pasa en un instante;
depende de lo que hagamos durante esa hora.