frases de “Batman, el Caballero de la Noche asciende”

Yo conocí a Harvey Dent.
No importa quienes seamos. Lo que importa es nuestro plan.
A nadie le interesaba quien era hasta que me puse la máscara.
Tranquilo Doctor. No es momento para tener miedo. Ya tendrá tiempo luego.
-El Alcalde va a despedirlo en primavera.
-¿En serio? Pero es un héroe.
-Un héroe de guerra. Y son tiempos de paz.
Mire, usted no golpearía a una mujer, igual que yo no golpearía a un lisiado. A veces hay que hacer excepciones.
-Una de las criadas. A lo mejor deberías prohibirles entrar aquí.
-A lo mejor debería aprender a hacerse la cama.
Es buena. Pero se esta estrechando el cerco sobre ella.
-No hay nada afuera para mí.
-Y ése es el problema. Colgó la capa y la máscara pero no pasó la página.
Cada año, me iba de vacaciones a Florencia. Hay una cafetería a orillas del Arno. Cada tarde, me sentaba allí y pedía un Fernet Branca. Tenía esta fantasía de que un día levantaría la mirada y lo vería ahí... con una mujer... tal vez, con un par de niños… Usted no me decía nada, ni yo a usted. Pero ambos sabíamos que lo había conseguido… que era feliz.

Nunca quise que volviera a Ciudad Gótica. Siempre supe que aquí no había nada para usted, salvo dolor y tragedia.
-Muchos bajan a los túneles cuando cumplen la edad. Dicen que se puede vivir allí abajo, que hay trabajo.
-¿Trabajo? ¿Qué trabajo puede haber en las alcantarillas?
-Más del que hay aquí arriba, supongo.
Revísalo. Luego te mataré.
No hay mucha gente que sepa que se siente, ¿verdad? Esa ira en los huesos. Los padres adoptivos lo entienden, todos lo entienden... durante un tiempo. Pero luego quieren que ese niño haga algo, que él sabe que no puede hacer. Pasar la página. Así que al final, dejan de entenderlo y envían al niño lleno de ira a un reformatorio. Yo me di cuenta demasiado tarde. Hay que aprender a esconder la ira y ensayar una sonrisa frente al espejo. Es como ponerse una mascara. Y un día apareció usted en un auto genial y con una chica guapa del brazo. ¡Estábamos emocionados! ¿Bruce Wayne, el huérfano multimillonario? Nos inventábamos historias sobre usted, leyendas... En el caso de los otros chicos, no eran más que eso… historias. Pero en cuanto lo vi, supe quién era realmente. Ya había visto esa mirada antes. Era la misma que yo había ensayado. No sé por qué cargó con la culpa del asesinato de Dent, pero yo aún creo en Batman. Aunque usted no lo haga...
-Éramos un equipo. Y desapareciste.
-Batman ya no era necesario. Ganamos...
-Gracias a una mentira. Y ahora el mal está resurgiendo de donde lo enterramos. Batman tiene que volver.
-¿Y si ya no existiera?
-Tiene que existir...
-No se trata de beneficencia, sino de alimentar el ego de la arpía de la alta sociedad que ha organizado esto.
-Esta fiesta la he organizado yo, Señor Wayne. Y lo recaudado irá donde debe ir y el banquete lo he pagado yo.
-Es muy generosa.
Tiene bien ensayada su apatía, Señor Wayne. Pero a un hombre que no le importa el mundo, no se gasta la mitad de su fortuna para salvarlo. Ni se hunde tanto si fracasa y se va esconder.

Ese vestido es algo inapropiado para escalar edificios.
-Una vez que has hecho lo que debes, no te dejan hacer lo que quieres.
-Empiezas desde cero.
-No se puede empezar desde cero en el mundo actual. Cualquier niño con un celular puede averiguar lo que has hecho.
-No puede prepararse usted y sus amiguos para capear el temporal. Porque cuando llegue, todos van a preguntarse cómo pudieron creer que podían vivir con tanto y dejar tan poco para los demás.
-Parece que está deseando que ocurra.
-Me adapto.
La denominación de Empresas Wayne es larga y nada interesante. A mi me gusta llamarlo el Murciélago. Y sí, Señor Wayne, lo hay en negro.
Funciona bien, excepto en piloto automático. Arreglarlo exige una mente mejor que la mía.
Hay una prisión, en una parte muy antigua del mundo, un pozo, adonde los hombres son arrojados para sufrir y morir. Pero a veces, un hombre resurge de la oscuridad. A veces, el pozo manda algo de vuelta.

-Si ese hombre es tal y como dices, la Ciudad me necesita.
-La Ciudad necesita a Bruce Wayne, sus recursos, sus conocimientos. No necesita su cuerpo o su vida. Eso ya es historia.
-Temes que vuelva ir afuera y fracase.
-No. Lo que temo es que quiera fracasar.
Si no detiene a esos tipos, le aseguro que lo que tiene bajo el colchón, va a valer mucho menos.
¡Han visto a Batman!
-Mi madre me advirtió no subir a un coche con un desconocido.
-No es un coche.
La herramienta de un hombre es el arma de otro.
Veo el renacer de La Liga de las Sombras.
Ya no es Batman. Tiene que encontrar otra salida.
-¿Cómo te atreves utilizar a Rachel para intentar detenerme?
-Estoy utilizando la verdad, Señor Wayne. A lo mejor ya es hora de que todos dejemos de negar la verdad y saquemos todo a la luz.
Esperas destruir mi mundo... ¿y crees que luego nos vamos a dar la mano?
-Sé muy bien lo que esto significa.
-¿Y qué significa?
-Que me he ganado su odio y también significa que he perdido a quien he querido, desde que oí por primera vez el eco de su llanto entre estas paredes. Pero quizás también signifique que le he salvado la vida.
A largo plazo demostraremos que es un fraude. Pero por ahora está arruinado.
-¿Destruir la mejor opción que tiene el mundo de asegurarse un futuro sostenible?
-Si el mundo no está preparado, sí.
-Bruce, si quieres salvar al mundo, tendrá que empezar a confiar en él.
-Confío en usted.
¿Cómo se siente ser un hombre común, Wayne?
-¿Realmente te sientes a cargo?
-Te he pagado una pequeña fortuna.
-¿Y eso te da poder sobre mí?
-¿Qué eres?
-Soy el ajuste de cuentas con Ciudad Gótica. Vengo a poner fin al tiempo que se les ha prestado para vivir.
-Eres el demonio en persona.
-Soy un demonio necesario.

-Me han dejado quedarme con la casa.
-Los ricos tampoco se arruinan como el resto de los mortales, ¿eh?
-Siento que le hayan quitado todo su dinero.
-No. No lo siente.
Ahora eres detective, hijo. Ya no se te permite creer en las casualidades.
Esto te costará la fuerza. La victoria te ha derrotado.
Yo soy La Liga de las Sombras.
Crees que la oscuridad es tu aliada... Sólo has adoptado la oscuridad; yo nací en ella. Fui cincelado por ella... No vi la luz, hasta ser un hombre. Para entonces sólo quedaba ceguera. Las sombras te traicionan ¡porque me pertenecen a mí!
Me preguntaba que se haría pedazos antes... ¿tu espíritu o tu cuerpo?
-Ha cometido algunos errores en su vida, Señorita Kyle.
-Una chica tiene que comer...
-Y usted tiene un gran apetito.
-A lo mejor no es de ustedes de quien huyo.
-¿De quién? ¿De Bane? ¿Qué sabe de él?
-Que deberían tenerle tanto miedo como yo.
-Tú no temes la muerte. La estás deseando. Tu castigo debe ser más severo.
-¿Eres un torturador?
-Sí. Pero no de tu cuerpo. De tu alma.
-¿Dónde estoy?
-En casa. Donde aprendí qué es la desesperación. Como harás tú.
Hay una razón por lo que esta prisión es el peor de los infiernos: la esperanza. Todo hombre que se ha podrido aquí, a lo largo de los siglos, ha alzado la vista hacia la luz y se ha imaginado escalando hacia la libertad.

Aquí aprendí que no hay verdadera desesperación, sin esperanza. Así que mientras aterrorizo Ciudad Gótica le daré a su gente esperanza para envenenar sus almas. Les haré creer que pueden sobrevivir, para que veas como se pisotean los unos a los otros con tal de permanecer al sol. Podrás verme torturar a toda una ciudad. Entonces, cuando hallas entendido la profundidad de tu fracaso, cumpliremos con el destino de Ra's Al Ghul. Destruiremos Ciudad Gótica. Y entonces, una vez destruida, cuando Ciudad Gótica no sea más que cenizas, tendrás mi permiso para morir.
-Pregunta cuanto nos pagarías, por dejarte morir. Ya le he dicho que no tienes nada.
-¡Háganlo por placer!
-Me pagan más por mantenerte con vida.
-Va a intentar subir.
-¿Lo ha conseguido alguien?
-¡Está claro que no! Dice que hay uno que lo logró. Un niño. Un niño nacido en este infierno.
-Bane...
-Una vieja leyenda. Nada más.
¡Canta como un ángel! ¡Que empiecen los juegos!
Estamos aquí no como conquistadores sino como liberadores, para devolver el control de esta ciudad a los ciudadanos.
Nosotros no negociamos con terroristas pero somos conscientes de la realidad.
-Hay una cosa que debe estar fuera de toda duda: ciudadanos de Ciudad Gótica no los hemos abandonado.
-¿Qué significa eso?
-Significa que estamos solos.
Bane dice que va a devolver Ciudad Gótica a los ciudadanos.

-Ciudad Gótica necesitaba un héroe. Ahora lo necesita más que nunca. Pero usted traicionó a todo lo que había defendido.
-Llega un momento en que, tarde o temprano, el sistema falla, las bombas dejan de ser armas y se convierten en ataduras que dejan que el malo se salga con la suya. Un día, puede que te toque vivir ese momento de crisis. Y en ese momento espero que tengas un amigo, como lo tuve yo, capaz de ensuciarse las manos para que tú las puedas llevar limpias.
Les arrebataremos Ciudad Gótica a los corruptos, a los ricos, a los opresores de generaciones que los han tiranizado con falsas oportunidades y se las devolveremos a ustedes. Ciudad Gótica es suya. Nadie debe interferir. ¡Hagan lo que les parezca!
Los poderosos serán derribados de sus decadentes nidos ¡y arrojados al implacable frío mundo que nosotros conocemos!
La máscara mantiene el dolor a raya.
La inocencia no puede florecer bajo tierra... tiene que ser erradicada.
Tu mismo luchaste contra la decadencia de Ciudad Gótica, durante años, con toda tu fuerza, con todos tus recursos, con toda tu autoridad moral. Y la única victoria que lograste fue una mentira. ¿Ahora lo entiendes? Ciudad Gótica no tiene salvación. Y debe permitírsele morir.
Era la casa de alguien. Y ahora, es la casa de todos. Se avecina una tormenta ¿recuerdas? Es lo que querías.

-Dicen que el salto a la libertad no es cuestión de fuerza.
-Mi cuerpo es el que salta. Mi alma está tan lista como mi cuerpo para escapar.
-El miedo te hace fracasar.
-No, no tengo miedo. Tengo rabia.
-No tienes miedo a la muerte. Crees que eso te hace fuerte. Pero te hace débil.
-¿Por qué?
-¿Cómo moverse mas rápido de lo que es posible, luchar más tiempo del que es posible, sin el impulso más fuerte del espíritu humano, el miedo a la muerte?
-Sí temo a la muerte. Temo morir aquí mientras mi Ciudad arde. Nadie más puede salvarla.
-¡Entonces, sube!
-¿Cómo?
-Como hizo esa criatura. Sin cuerda. Y el miedo te encontrará de nuevo.
Debe elegir: ¡Exilio o muerte!
¿Dejas que tu mujer abra la puerta en una ciudad ocupada? ¿Qué has hecho? ¿Enterrar tu uniforme en el jardín?
¿Crees que esto forma parte de una revolución? Solo hay un hombre con el dedo en el botón. Y es Bane.
¡Nunca robes a alguien que corra más que tú, chico!
-Creí que te habían matado.
-Todavía no.
¡No todos los días se captura a Bruce Wayne!
-Introdúcelo en el camión antes del amanecer. Presiona el botón cuando empiece.
-¿Cuando empiece qué?
-La guerra.

¡Si trabajas solo ponte una máscara!
La mascara no es para ti es para proteger a los que te importan.
Me has proporcionado un ejército. ¡Ahora, vete!
-¡Ven conmigo! ¡Sálvate! Ya no les debes nada, en absoluto, a esta gente. ¡Les has dado todo!
-No todo. Todavía no.
-¡Pero si has vuelto para morir con tu ciudad!
-No. He vuelto para detenerte.
¡Dime dónde está el detonador! Entonces tendrás mi permiso para morir.
Te hice pedazos. ¿Cómo has vuelto?
Si yo nunca escapé.
Su único crimen fue quererme. No pude perdonar a mi padre.
Ese cuchillo lento, el cuchillo que se toma su tiempo, el cuchillo que espera años sin olvidar y luego se desliza sigilosamente entre las costillas. Ése es el cuchillo que se clava más hondo.

No lo mates. Quiero que sienta el calor... que sientas como arden doce millones de almas... ¡a las que has fallado!
Los dos sabemos que debo matarte ahora. Tendrás que imaginarte el fuego.
En cuanto a la regla de “sin armas de fuego”, creo que yo no lo tengo tan claro como tú.
-Nunca me ha importado quien eras.
-Y hacías bien.
-Pero la gente debería saber quien es el héroe que les ha salvado.
-Cualquiera puede ser un héroe. Incluso un hombre que hacía algo tan sencillo y reconfortante, como ponerle un abrigo en los hombros a un niño, para hacerle saber que la vida sigue.
-¿Bruce Wayne?
¡Ese es Batman!
-Nadie sabrá que él salvó a toda la ciudad.
-La gente sabe. Batman lo hizo.
Debería usar su nombre completo. Me gusta ese nombre: Robin.