Revista Comunicación
Anhelo. Oxidado. Diecisiete. Amanecer. Horno. Nueve. Benigno. Bienvenida.
Uno. Vagón de carga.
-¿Nadie nunca te dijo que eres un poco paranoica?
-No en la cara.
Esto es por dejar caer un edificio sobre mi cara.
Quería que tú supieras algo. Me dijo: “Por favor, dile a Rogers, cuando tienes que morir... tienes que morir”.
Todos sus proyectos han sido aprobados y financiados. Sin compromisos, sin impuestos. Simplemente... ¡replanteen el futuro!
Dicen que hay una relación entre la generosidad y la culpa. Pero si tienes el dinero, rompes tantos huevos como quieras.
Una victoria a expensas de los inocentes no es ninguna victoria.
Este trabajo... Tratamos de salvar tanta gente como podemos. A veces no significa a todos. Pero si no podemos vivir con ello, la próxima vez quizá no salvemos a nadie.
-El mundo tiene una deuda impagable con los Vengadores. Han peleado por nosotros. Nos han protegido arriesgando sus vidas... Pero mientras mucha gente los ve como héroes, hay otros que prefieren la palabra “justicieros”.
-¿Qué palabra usaría usted, Señor Secretario?
-¿Qué les parece “peligrosos”? ¿Cómo llamaría a un grupo de seres mejorados con base en Estados Unidos que a diario ignoran fronteras e imponen su voluntad donde ellos quieran y que en verdad, parece no importarles lo que dejen atrás?
Dígame, Capitán... ¿sabe usted dónde están ahora Thor y Banner? Si perdí dos misiles de 30 megatones puede estar seguro de que habrá consecuencias.
Mutuo acuerdo. Reconfirmación. Así funciona el mundo.
-En los ocho años que pasaron desde que el Señor Stark dijera que es Iron Man, el número de personas mejoradas que se conoce aumentó exponencialmente. En el mismo periodo, los eventos que podrían destruir al mundo aumentaron proporcionalmente.
-¿Dices que es nuestra culpa?
-Digo que puede haber una causalidad. Nuestra fuerza invita a desafiarla. El desafío incita a los conflictos. Y los conflictos causan catástrofes.
Supervisión... La supervisión no es una idea que se puede desechar.
A propósito, ése es Charles Spencer. Es un gran muchacho. Se graduó en ingeniería informática, promedio de 3,6 sobre 4... iba a tener un buen trabajo en Intel en otoño. Pero primero quería ganar experiencia, antes de atornillarse a un escritorio. Ver el mundo. Ser útil, quizás. No quería ir a las Vegas o a Fort Lauderdale, donde yo querría ir. No fue ni a París ni a Amsterdam, que parece divertido. Decidió pasar el verano construyendo casas sustentables para los pobres. Adivinen dónde. En Sokovia. Él quería ser la diferencia, creo. No lo sabemos porque le tiramos un edificio encima mientras peleábamos.
-Si no podemos aceptar limitaciones, si no tenemos fronteras, no somos mejores que los malos.
-Tony, si alguien muere cuando estás a cargo, no te rindes.
-¿Quién dijo rendirse?
-Lo hacemos si no asumimos la responsabilidad de nuestros actos. Este documento
sólo transfiere la culpa.
Si firmamos esto, renunciamos a nuestro derecho de elección. ¿Qué pasa si nos mandan a un lugar donde pensamos que no deberiamos ir? ¿Y si hay un lugar donde necesitamos ir y no nos dejan? Quizás no seamos perfectos, pero es más seguro decidir nosotros.
-Espera. Disculpa. ¿Te escuché mal o estás de acuerdo conmigo?
-Ahora quiero retractarme.
Le pregunté cómo hacía para dominar la diplomacia y el espionaje, en una época en que nadie quería ver a una mujer tener éxito en esos campos. Me contestó: “Comprometíendote dónde puedes”. Pero donde no puedes, no. Aunque todos te digan
que algo malo es bueno. Aunque todo el mundo te diga que cambies... es tu deber plantarte como un árbol, mirarlos a los ojos y decirles: “No. Cambia tú”.
Permanecer juntos es más importante que cómo permanecemos juntos.
-¿Por qué? ¿No aprueba todo esto?
-Los Acuerdos, sí. A los políticos, no.
-Dos personas en una sala pueden más que un centenar.
-Salvo que necesites mover un piano.
-Mi madre quiso convencerme para que no me enliste. Pero mi Tía Peggy no. Ella me compró mi primera pistolera de muslo.
-Muy práctica.
-Y elegante.
Los que te disparan a ti terminan disparándome a mí.
Felicitaciones, Cap. Eres un criminal.
-Sé que no es de este planeta. Que le da poder a la gente de Loki, que te otorga habilidades, pero su verdadera naturaleza es un misterio. Y sin embargo, es una parte de mi.
-¿Le tienes miedo?
-Me gustaría entenderlo. Cuanto más lo haga, menos me controlará. Algún día... ¿quién sabe? Quizás hasta pueda controlarlo.
Mejor que no mire por la ventana y vea a alguien volando por ahí.
-No me van a devolver el escudo, ¿no?
-Técnicamente, es del gobierno. Las alas también.
-Cuánta frialdad.
-Más cálido que la cárcel.
-No quise dificultar las cosas.
-Lo sé, porque eres muy educado.
-Si veo que una situación va a ir mal, no puedo ignorarlo.
-A veces lo hubiera querido.
-No, no querías.
-No, no quería. A veces... a veces quería golpearte en tu dentadura perfecta. Pero no quería que te fueras. Te necesitamos, Cap.
-El recibo de su equipamiento.
-¿“Traje de pájaro”? Por favor...
-Yo no lo escribí.
-¿Quién eres? ¿Qué quieres?
-Ver caer un imperio.
-¿Con qué Bucky estoy hablando?
-Tu madre se llamaba Sarah. Te ponías papel de diario en los zapatos.
Todo lo que me metió HYDRA sigue ahí. Sólo tuvo que decir las malditas palabras.
No soy el único Soldado del Invierno.
Pueden derriban un país en una noche. Nunca los verías venir.
-Me cuesta mucho creer que ella es tía de alguien.
-Sí, nosotras venimos en todas las formas y tamaños.
Una pregunta rápida del tipo retórica. Eres tú, ¿no?
-¿Eres el Abadejo Araña? ¿La araña que combate al crimen? ¿Eres el Niño Araña?
-Hombre Araña.
-¿Por qué lo haces? Tengo que saber, ¿cuál es tu M.O.? ¿Qué te hace levantarte a la mañana?
-Porque... porque he sido yo toda mi vida. Y tengo estos poderes hace seis meses. Leo libros, armo computadoras. Me encantaría jugar fútbol. Como antes no pude, ahora no debería.
-Claro, porque eres diferente.
-Exacto. Pero no se lo puedo decir a nadie. Así que no lo hago. Cuando puedes hacer las cosas que yo hago, pero no las haces y luego pasan cosas malas... pasan por tu culpa.
-¿Estuviste en Alemania?
-No.
-Te encantará.
-¡No puedo ir a Alemania!
-¿Por qué?
-¡Tengo que hacer mis deberes!
-Voy a hacer de cuenta que no dijiste eso.
Mejor dile a tu tía atractiva que te voy a llevar a una excursión.
Me retiré por... ¿cuánto? ¿cinco minutos? … ¡y todo se va al diablo!
Mira, si quieres deprimirte ve al colegio. Si quieres redimirte, haz algo.
-Si lo haces, nunca dejarán de tenerte miedo.
-No puedo controlar su miedo. Sólo el mío.
Es muy raro cómo te encuentras con gente en el aeropuerto.
-Trato de evitar que tú hagas añicos a los Vengadores.
-Tú hiciste eso cuando firmaste.
-Wanda, creo que heriste los sentimientos de Visión.
-Tú me encerraste en mi cuarto.
No sé si estuvieste en una pelea antes... pero generalmente no hay tanta charla.
-No se detienen.
-Nosotros tampoco.
-Todavía somos amigos, ¿no?
-Depende de cuán duro me pegues.
-Tienes coraje, chico. ¿De dónde eres?
-De Queens.
-Brooklyn.
Por mucho que me cueste admitirlo... si vamos a ganar, algunos de nosotros deben perder.
-¿Estás seguro de esto, Scott?
-Lo hago todo el tiempo. Digo... una vez. En el laboratorio. Luego me desmayé.
Si alguien de nuestro lado esconde alguna gran habilidad que quiera revelar, acepto sugerencias.
-¿Chicos, alguna vez vieron esa película muy vieja, “El Imperio Contraataca”?
-¡Por Dios, Tony! ¿Qué edad tiene ese tipo?
¡El futurista, caballeros! ¡El futurista está aquí!
Tienen que cuidarse de este sujeto. Si tiene oportunidad, te va a quebrar.
-Es bueno verte, Tony.
-A ti también, Cap.
Pero ahora que están acá... me doy cuenta de que hay un poco de verde en el azul de sus ojos.
-¿Perdiste a alguien?
-Perdí a todos.
Un imperio derribado por sus enemigos puede recuperarse. ¿Pero uno que se desmorona desde adentro? Está muerto. Para siempre.
-¿Los recuerdas al menos?
-Los recuerdo a todos.
-Casi mato al hombre equivocado.
-Dificilmente a uno inocente.
-Esto es todo lo que querías. Verlos matarse entre ellos.
Sabía que no los podría matar. Hombres más poderosos lo intentaron. Pero si podía hacer que se mataran entre ellos.
-La venganza te consumió. Los está consumiendo a ellos. Ya basta de que me consuma a mí. La justicia llegará pronto.
-Dile eso a los muertos.
-Los vivos aún no terminaron contigo.
Ese escudo no te pertenece. No lo mereces. ¡Mi madre hizo ese escudo!
Ciento treinta y ocho misiones de combate. Son las que he volado, Tony. Cada una pudo haber sido la última. Pero las volé igual. Porque la lucha debía concretarse. Es lo mismo con esos Acuerdos. Los firmé porque era lo correcto. Y sí... esto apesta. Es... éste fue un golpe feo. Pero no cambié de opinión.
¿Eres Tony Hedor?
Todos necesitamos familia. Los Vengadores son la tuya. Más que la mía quizás. Yo estuve solo desde que tenía 18 años. Nunca encajé en ninguna parte. Ni en el ejército. Mi fe está en la gente, imagino. En los individuos. Y felizmente puedo decir que, en mayor medida, ellos no me defraudaron. Por eso yo no puedo defraudarlos.
Sé que te lastimé, Tony. Creí que con no contarte sobre tus padres estaba siendo compasivo contigo... Pero ahora veo que realmente estaba siendo compasivo conmigo. Y lo lamento. Espero que un día puedas entenderlo.
Deseo que estuviéramos de acuerdo sobre los Acuerdos. En serio. Sé que haces lo que crees conveniente y esto es todo lo que podemos hacer. Eso es lo que deberíamos hacer.
Así que pase lo que pase, te prometo, que si nos necesitas... si me necesitas... allí estaré.