Revista Comunicación
La próxima vez tú escribes el libro y yo lo traduzco.
La palabra "original" tiene inherentes fuertes connotaciones positivas. Auténtico, verdadero, confiable, durable, dotado de un valor intrínseco. La etimología de la palabra también es interesante: viene de la raíz latina “orini”, que significa surgir o nacer. Me parece muy interesante que la palabra “Original” se refiere al nacimiento. Me gustaría llevar esta idea a un paralelismo extremo, entre la reproducción de arte y la reproducción de la raza humana.
Analizar las obras originales significa cuestionar sus orígenes.
Estás haciendo esto sólo porque quieres verlo otra vez.
Daré un libro que no me gusta a una persona que tampoco me gusta. ¿Tengo el derecho, verdad?
Es aceptable para ella porque no quiere convencer a nadie. No tiene un punto específico. Sólo vive en su pequeño mundo donde no hay diferencia entre la copia y original, eso es todo.
-Bueno, para ser honesto, escribí el libro para convencerme de mi propia idea, mientras que ella lo cree en forma espontánea y libre. Creo que la envidio por eso.
-Entonces, ¿Por qué no puede ser como ella?
-Me temo que no es nada sencillo ser simple.
¿Y dónde está la línea entre una persona simple y una mente simple?
Mi hermana dice que no me complique. Sólo los idiotas se complican la vida.
Está casada con el hombre más sencillo en la Tierra. Pero para ella es el mejor hombre de su vida. Es tartamudo. “M-M-M-M-Marie”. Para ella es como una canción de amor.
Pero, me parece que la especie humana es la única que ha olvidado que el propósito de la vida, el sentido de la existencia, es la diversión, el placer. Y aquí tenemos a alguien que ha encontrado la manera de hacerlo. No deberíamos juzgarla por eso. Si es feliz y disfruta de la vida, deberíamos felicitarla.
No es el objeto lo que importa, sino la percepción que tenemos de él.
Si supieran cuántos problemas se tienen con los hijos no tendrían esa sonrisa estúpida en su rostro el día de su boda.
El otro día, estaba bajo la lluvia sólo con una camiseta. Le dije: “Entra, te estás mojando”. ¿Sabe qué dijo?: “¿Y qué?”. Le dije: “No. ¡Vamos! ¡Vas a tener un resfrío!". Él dijo: “¿Y qué?”. Yo estaba furiosa, le dije: “Te vas a morir”. ¿Y sabe qué me dijo?. “Moriré, ¿Y qué?”.
Estoy seguro de que su hijo tendrá una vida larga y feliz, pero tiene razón. Todos vamos a morir. Nada dura para siempre.
Un niño dice algo obvio y se le culpa. Pero si lo escuchamos de… no lo sé… un filósofo o un escritor decimos que es maravilloso.
No pensar en las consecuencias es parte del juego.
El original es una reproducción de la belleza de la chica en el cuadro. Ella es el verdadero original.
-Así que usted dice que el original no existe, ¿verdad?
-No exactamente. Hay tantos originales.
Él caminaba con los brazos cruzados, como ella. Entonces, cuando llegaba a otra esquina, se detenía de nuevo, se volvía y miraba. Y revisaba que él todavía la siguiera. De hecho, mi habitación estaba en la esquina del edificio. Así que había una ventana en cada lado y yo podía seguir su camino de una calle a otra. Lo que me fascinó fue que nunca caminaban juntos. La madre siempre iba cincuenta metros adelante y no lo esperaba. Y el niño caminaba lento y no trataba de alcanzarla.
Él sólo habla su idioma.
No me casé para estar sola. Me gustaría compartir mi vida con mi esposo.
Nosotras también trabajamos, pero con moderación. Decidimos ser moderadas. Pero ellos no pueden parar de trabajar.
Sería estúpido sentirnos miserables por culpa de un ideal.
La copia certificada de su padre. No hay más que decir.
-Yo le diría a esa pareja que no se aferren a las ramas del árbol de oro en una promesa. Lo que hace funcionar a un matrimonio es el esmero. Esmero y conciencia.
-¿Conciencia de qué?
-De que las cosas cambian. Todo cambia. Y una promesa no podrá impedirlo. Nadie prometería que un árbol mantendrá las flores después de la primavera porque las flores se convierten en frutos.
-Pero este hombre no tiene nada que hacer sino proteger a la mujer. Y por eso, ha sido inmortalizado.
-¿Inmortalizado? No puedes ser inmortalizado de esa manera. ¡Es ridículo!
-Claramente es un hombre educado. En serio. Y podría ser mi hijo. Me gustaría darle un consejo paterno. ¿Puedo?
-Lo escucho.
-Primero le preguntaré... Tengo curiosidad… No. Iré al punto. Creo que lo único que ella quiere es que camines a su lado y pongas tu mano en su hombro. Es todo lo que espera de ti.
-Pero ella es crítica.
-No sé que pasó entre ustedes. No lo sé y no me importa. No me concierne. Pero todos sus problemas podrían desaparecer con un simple gesto. Este gesto. Hazlo, ¡vamos! No compliques más las cosas de lo que ya están.
-¿Porqué no puedes decir que me amas?
-¡Oh, por Dios! ¡Es una interpretación absurda!
Escucha, es irrazonable pensar que podemos sentir lo mismo que esa pareja. ¡No después de quince años! Las cosas han cambiado, por supuesto. Pero no del modo ridículo que crees. El amor sigue allí. Sólo que se manifiesta de otras maneras.
Debes aceptar que así es. ¿Por qué no puedes entenderlo? No me gusta estar explicándote cosas obvias.
Escucha… si no vas a intentar ver las cosas desde mi punto de vista…
Pido disculpas... Perdón por lo de anoche. Perdón por hace cinco años. Discúlpame por el restaurante, el camarero… ¡Por el vino! ¡Perdóname por los últimos quince años! ¡Y perdón por mi existencia!
-Ni siquiera notaste que me puse lápiz labial. ¿Lo notaste?
-Sí, pero…
-Ni siquiera te diste cuenta de que me puse los aros. El punto es que ya no me ves. Yo, sin embargo, inmediatamente me di cuenta que cambiaste tu perfume. ¿Podrías haberte rasurado hoy para mí? Por nuestro aniversario.
-Es un hábito. Me rasuro cada dos días.
Lo ves, nada ha cambiado. Tú no has cambiado. Siempre tú. Siempre dulce... fascinante... y frío. Sé que lo haces para protegerte... pero siempre eres tan frío…
Si fuéramos más tolerantes con los errores de los otros estaríamos menos solos.
Como dije... tengo que tomar un tren a las nueve.