frases de “Corazones de acero”
-¿Mataste a ese hijo de puta?
-Lo bajé del caballo.
-Éste es un tanque americano. Aquí hablamos en americano.
-¿Cuál es tu puto problema, sargento? ¿Tú hablas en alemán y yo no puedo hablar español? ¿En qué país estamos?
-En Alemania. Alemania. Aquí se habla alemán.
-Sargento. ¿Dónde está el resto del pelotón?
-Somos el resto.
¿Para qué lado es el frente? Hacia todos lados, chico. Esto es
Alemania. Está rodeado de alemanes.
-Espera y verás.
-¿Ver qué?
-Lo que un hombre puede hacerle a otro.
Envió a cinco tanques; uno de ellos regresó. Es difícil creer que estamos ganando.
¡A la mierda todos y cada uno! Ellos comenzaron; nosotros los terminamos.
-Puedes acostarte con ella por una barra de chocolate.
-No es cierto.
-¿No lo es?
-No.
-Está bien, no es cierto. Es completamente cierto. O por unos cigarrillos. Ni siquiera por un paquete. Sí, cuatro es suficiente.
Podemos matarlas pero no acostarnos con ellas. La Biblia lo dice.
Boyd, ¿crees que Jesús ama a Hitler?
-¡Ey, elimina esos nazis a la izquierda! ¿Puedes verlos?
-Sólo veo cadáveres.
-¿Cómo sabes que están muertos? ¿Eres, doctor? ¡Dispara!
-Pero están muertos… ¿por qué disparar si están muertos?
-¡Así nos aseguramos que sigan muertos!
Tenía al mejor artillero del ejército. Y ahora te tengo a ti. Prometí con mi vida que los mantendría vivos. Pero tú lo haces más difícil.
No me sirves para nada a menos que puedas matar alemanes. Pon un gran agujero en su espalda. ¡Pon un gran agujero en su puta espalda!
No estamos aquí por el bien y el mal. Estamos aquí para matarlos.
Abuelo... ¿dónde están los soldados alemanes?
¿Él es que ahorca a los niños?
Las ideas son pacificas. Pero la historia es violenta.
Es una buena chica. Si no usas la habitación, yo lo haré.
Son jóvenes y están vivos.
Estoy disfrutando mi comida, muchachos, por más que quieran destruirla.
-¿A dónde vas?
-A tomar la siguiente ciudad. Y la siguiente. Y la siguiente. Hasta que su gente se rinda.
Empecé esta guerra matando alemanes en África. Luego en Francia. Luego en Bélgica. Y ahora mato alemanes en Alemania. Se terminará. Pronto. Pero antes que suceda, mucha gente tiene que morir.
-Buen tiro.
-No fui yo. Soy sólo un instrumento. Dios no nos llamó hoy.
El mejor trabajo del mundo.
Creo que eres un buen hombre. Es lo que creo. Tal vez nosotros no lo seamos. Pero creo que tu sí.
No corrí antes y no lo voy a hacer ahora.
Éste mi hogar.
Hay un verso en el que suelo pensar. Lo pienso a veces… muchas veces. Dice: “Escucho la voz del Señor diciendo: ‘¿A quién debería enviar? ¿Quien irá por nosotros?’. Y yo digo: ‘Aquí estoy. Envíame a mí’”.
Peleas y coges como una máquina. Máquina. Ése es su nombre de guerra.
Si un hombre ama el mundo, el amor por el Padre no está en él. De todo lo que hay en el mundo, la lujuria de la carne, la lujuria de los ojos y el orgullo de la vida, no es por el Padre, sino que es por el mundo. El mundo y sus deseos son efímeros. Pero aquel que hace la voluntad de Dios, vivirá por siempre.
-Lo siento hijo.
-Está bien.
-Lo sé.
-¿Valió la pena?
-Sí.
Eres un héroe, amigo.