frases de “Doce años de esclavitud”
Todos ustedes, negros, van a estar en el juego de los cortes hoy. Es muy simple... quiero que tomen su machete… cortan la caña... siempre cantando… sosténganlas por la parte superior… Corten las puntas, limpien las hojas del tallo. Tírenlas en la pila... Y comiencen de nuevo.
Mi nombre es Solomon Northup. Soy un hombre libre.
Si quieres sobrevivir, haz y di lo mínimo posible. No le digas a nadie quien eres realmente. Y no le digas a nadie que puedes leer y escribir. A menos que quieras ser un negro muerto.
La supervivencia no es sobre una muerte segura... es sobre mantener la cabeza abajo.
Días atrás, yo estaba con mi familia, en mi casa. Ahora me dices que todo está perdido.
Bueno, yo no quiero sobrevivir... Quiero vivir.
-Mi nombre no es Platt. Mi nombre es…
-Tu nombre es Platt.
-No, no puedo vender a la niña. Voy a hacer un montón de dinero con ella. Ella es hermosa. Una de sangre regular. No es de labios gruesos como los negros recogedores de algodón, de aquí.
-Es su hija, hombre. Por el amor de Dios, ¿al menos no tiene sentimientos?
-Mi sentimiento tiene el tamaño de una moneda.
Come algo y descansa... Pronto olvidarás a tus hijos.
Ustedes se van a referir a mí como amo.
Negro corre, negro huye... El Negro rasga su camisa en dos. ¡Corre, corre bien, porque el guardia te va a alcanzar!
-¡Bajo las circunstancias, él es un esclavista! Pero tú has sucumbido bajo sus botas. Disfrutas del lujo de su favor.
-¡Yo sobrevivo! ¡No caeré en la desesperación! Voy a ofrecer mis talentos al amo Ford. ¡Voy a mantenerme firme hasta que la libertad sea una oportunidad!
-¿Ford es tu oportunidad? ¿Crees que él no sabe, que eres más de lo que sugieres? Pero no hace nada por ti. Nada. No te considera mejor que el ganado que tiene precio.
He hecho muchas cosas deshonrosas para sobrevivir. Y por todas ellas, termine aquí... No estaría mejor si yo me hubiera puesto de pie. Que Dios me perdone.
Solomon, déjame llorar por mis hijos.
Esto no se va a quedar así. Tendré tu piel... Y la tendré toda.
Tú eres un negro excepcional, Platt. Pero siento que nada bueno podrás sacar de eso.
Y aquel siervo que conociendo la voluntad del señor... que conociendo la voluntad del señor… y que no se prepare... y que no se prepare... ni actúe conforme a su voluntad... será objeto de muchos azotes...¿Oyeron eso? “Azotes”. El negro que no obedezca a su señor... ése soy yo, su amo. ¿Lo ven?
-¿Cuánto puede cosechar, en promedio, un negro en un día?
-Alrededor de 90 kilos.
-Este negro no llega al promedio.
Maldita reina. Nacida y criada en el campo. Una negra entre negros... Y Dios me la dio a mí.
¡Vamos! ¿Dónde está la alegría? Muevan los pies.
Saber más, hará que te ganes cien latigazos.
¿Crees que el mal humor del amo Epps, se irá con tu regreso? ¿No es su condición permanente?
No sentí el toque de un látigo en más años de los que pueda recordar. Tampoco trabajo en los campos. Donde una vez serví... Ahora tengo a otros sirviéndome. El precio de mi existencia en la actualidad es satisfacer al señor de Shaw... Él no esconde sus afectos y yo aparento creerme su demostración de fidelidad. Si eso impide que coseche algodón con los negros... que así sea. Un pequeño y razonable precio por el cual pagar, por supuesto. Sé lo que se siente ser el objeto predilecto del amo y sus peculiaridades. Una lujuriosa visita por la noche... o una visita con el látigo.
Mantén la calma, Patsy. El buen Señor se encargará de Epps. A su debido tiempo, el Buen Señor se encargará de todos. La maldición de los faraones será pequeña y simple a lo que le espera a los dueños de las plantaciones.
Es el Día del Señor. Y este comportamiento no tiene nada de cristiano.
¿Así es como eres con tus negros? ¿Dejando que todo lo malo crezca en su interior? ¡Míralos! ¡Míralos cómo son! Como están llenos de odio. Déjalos así y vendrán hacia nosotros en la oscuridad de la noche. ¿Quieres eso? ¿Quieren animales negros que nos destripen como cerdos en nuestros propios sueños?
Todo lo que pido es que termines con mi vida. Quiero que me lleves a la orilla del pantano... Tómame por la garganta y mantenme bajo el agua... Hasta que permanezca sin vida. Entiérrame en un lugar solitario.
Si no puedo comprar tu misericordia, la rogaré.
Dios es misericordioso y el perdona los actos compasivos. No habrá infierno para ti. Hazlo. Haz lo que yo no tengo fuerzas de hacer.
-¿Eres educado?
-No, señor... Los negros son contratados para trabajar. No para leer o escribir.
El empleo de supervisión es un trabajo de confianza. Pero no es una tarea fácil para el espíritu. Digo que ningún hombre de conciencia puede darle latigazos a una persona día tras día sin destrozarse a sí mismo. Al final, sólo buscas todo tipo de excusas para que tu mente no se vea afectada... O buscas una manera de pisotear tus sensaciones de culpa.
Si él no fuera libre y blanco, Platt… Ojalá no fuera libre y blanco.
Cuando estaba en el río Jordán,
donde Juan bautizaba de a tres,
lo que yo quería era escuchar al diablo
si Juan no me bautizaba a mí.
Y yo digo: fluye Jordán fluye...
fluye, Jordán fluye...
Entonces debo decir que no hay justicia o justos en la esclavitud.
La ley le da derechos de tener a sus negros. Pero yo no apruebo esa ley.
Las leyes cambian, Epps. Las verdades universales no lo hacen. Es un hecho... Un simple hecho de lo que es verdad y justo... Es verdad y justo para todos. Blanco y negro por igual.
-¿Me comparas con un negro, Bass?
-Sólo pregunto: ¿a los ojos de Dios, cuál es la diferencia?
-Podría preguntar también cuál es la diferencia entre un hombre blanco y un babuino.
Hay una enfermedad, señor Epps. Una terrible enfermedad descansando en esta nación. Pero habrá un día del Juicio Final.
Dirás que el negro era blanco o el blanco era negro, si alguien te contradice. Una buena posición entre los Yankees en Nueva Inglaterra. Pero aquí no. Ciertamente que no.
Yo no miento, amo. Me aferraré a esto aunque me mates.
Prefiero que seas tú, Platt.
¡Azótala! ¡Sin pantomima! Apenas tiene irritaciones.
-¡Tú eres el diablo! Pronto o tarde... en algún lugar en el curso de la justicia… ¡deberás responder por este pecado!
-¿Pecado? No hay ningún pecado. Un hombre hace lo que le plazca con su propiedad. En este momento, Platt, estoy lleno de placer.
He estado viajando en este país por los últimos veinte años. Mi libertad lo es todo. El hecho de que pueda caminar fuera de aquí mañana me da el mayor placer. Mi vida no significa mucho para nadie. Pero parece que su vida significa mucho para mucha gente. Acerca de lo que me está pidiendo, señor, me asusta. Debo decir: tengo miedo. No sólo por ti, también por mí. Voy a escribir esa carta, señor... Y si pudiera llegar a la libertad, será más que un placer... sería mi deber.
-¿Tienes otro nombre aparte de Platt?
-Solomon Northup es mi nombre.
¿A dónde vas, Platt? ¿Quién le autorizó a vagar en mi propiedad?
-¡Platt es mi negro!
-¡Él es el Señor Solomon Northup!
Discúlpenme por mi apariencia. Pero he tenido tiempos difíciles...
Perdóname.