Revista Comunicación
Dr. West… cubra su reloj.
-No tenías que humillarlo frente a todos.
-Tampoco tenía que salvar a su paciente. Pero, a veces, no puedo evitarlo.
-Nic es un gran Doctor.
-Acudiste a mí.
-Necesitaba de una segunda opinión.
-Ya tenías una segunda opinión. Lo que necesitabas era una competente.
-Tengo una regla estricta de no salir con colegas.
-¿En serio?
-La llamo “La Regla Strange”.
-Bueno, me alegra que algo lleve mi nombre. Inventé un procedimiento de laminectomía. Y nadie la quiere llamar “La Técnica Strange”.
-“Nosotros” inventamos esa técnica. A pesar de todo, me halaga mucho tu regla.
-Nadie lo podría haber hecho mejor.
-Yo lo pude haber hecho mejor.
-Es posible. Caro y experimental, pero posible.
-Sólo necesito que sea posible.
-Gastaste el dinero tan rápido como lo ganaste. Pero ahora gastas dinero que no tienes. Quizás sea tiempo de pensar en detenerse.
-¡No! ¡No! ¡Es justo el tiempo de no detenerse porque, como puedes ver, no estoy mejorando!
No somos amigos, Christine. Apenas somos amantes.
-El lugar que buscas se llama Kamar-Taj. Pero involucra un alto costo.
-¿Cuánto?
-No hablo de dinero.
Una vez estuve en tu lugar. Y tampoco fui respetuoso. ¿Te puedo dar un consejo? Olvida todo lo que crees saber.
Eres un hombre mirando al mundo por el agujero de la cerradura. Pasaste toda tu vida tratando de agrandar ese agujero. Para ver más, para conocer más. Ahora, al oír que tu campo de visión puede ensancharse de una manera que ni te imaginas, rechazas la posibilidad.
¡El espíritu no existe! Estamos compuestos de materia y nada más que eso. Eres otra pequeña mancha en un Universo indiferente.
En las raíces de la existencia, la mente y la materia se encuentran. Los pensamientos le dan forma a la realidad. Este Universo, es sólo uno entre infinitos. Mundos sin fin. Algunos son benévolos y dadores de vida. Otros, llenos de malicia y deseo. Lugares oscuros donde poderes más viejos que el tiempo yacen famélicos... esperando. ¿Quién es en este vasto Multiverso, señor Strange?
Nunca nos deshacemos de nuestros demonios, Mordo. Sólo aprendemos a manejarlos.
Quizás a Kamar-Taj le sería útil un hombre como Strange.
-¿Qué es esto? ¿Mi mantra?
-La contraseña del Wi-Fi.
-¿Cómo anda tu sanscrito?
-Sé usar bien el traductor de Google.
-Ahora soy el guardián de estos libros. Si un volumen de esta colección fuera robado otra vez... lo sabría. Y estarías muerto antes de dejar el complejo.
-¿Y si sólo me retrasara en devolverlo? ¿Hay multas por entregarlos tarde? ¿Por dañarlos?
No puedes someter a un río. Tienes que rendirte ante su corriente y usar su poder.
No todo tiene sentido. No todo lo debería tener. Tu inteligencia te hizo llegar lejos en la vida. Pero no te llevará más lejos. Ríndete, Stephen. Acalla tu ego. Y tu poder ascenderá.
Estarás listo, cuando la reliquia decida que lo estás.
Pelea como si tu vida dependiera de ello. Porque un día... así será.
Las advertencias deberían estar antes del hechizo.
No alteramos las leyes naturales. Las defendemos.
Mientras héroes como Los Vengadores protegen al mundo de los peligros físicos, los Hechiceros lo protegemos de las amenazas místicas.
Vine aquí para curar mis manos. No para pelear una guerra mística.
No sabes cómo usar eso, ¿no?
Es el final y el principio. Los muchos convirtiéndose en pocos. Convirtiéndose en el Elegido.
La gente piensa en términos de bien y mal cuando nuestro enemigo es el tiempo. El tiempo mata todo.
El mundo no es lo que debería ser. La humanidad anhela la vida eterna. Un mundo más allá del tiempo. Porque el tiempo nos esclaviza. El tiempo es un insulto. La muerte es un insulto.
Kamar-Taj es un lugar que junta cosas rotas. Todos venimos con la promesa de ser sanados y, en cambio, Ancestral nos da trucos de salón. La magia real se la queda ella.
-Te uniste a una Secta.
-No. No exactamente. No. Me enseñaron a acceder a poderes que no sabía que existieran.
-Sí. Eso parece una Secta.
-No es una Secta.
-Es lo que diría alguien de una Secta.
Soy el Doctor Strange. No el Maestro Strange. Ni el Señor Strange.
Veo lo que siempre vi. Tu ego demasiado inflado. Quieres volver a la ilusión de que puedes controlar todo... incluso a la muerte.
Pasé muchos años escudriñando a través del tiempo, buscando este momento exacto. Pero no pude ver más allá. Previne incontables futuros terribles. Y luego de cada uno, siempre hay otro. Y todos conducen hasta acá. Pero nunca más allá.
-Nunca vi tu futuro. Sólo las posibilidades. Tienes una gran capacidad para hacer el bien. Siempre brillaste, pero no porque buscabas el éxito sino por tu temor al fracaso.
-Eso es lo que me hizo un gran Doctor.
-Es precisamente lo que evita tu grandeza. La arrogancia y el miedo te alejan de aprender la lección más simple e importante de todas.
-¿Cuál es?
-No se trata sólo de ti.
-Entonces, ¿podría tener mis manos otra vez? ¿Mi antigua vida?
-Podrías. Y el mundo no sería mejor por eso.
-No estoy listo.
-Nadie lo está. No elegimos el momento.
Debes pensar que después de todo este tiempo estoy lista. Pero mírame... estirando un momento simplemente para ver la nieve.
¿No es hermoso? Un mundo más allá del tiempo. Más allá de la muerte.
Dormammu: vine a hacer un trato.
Esto es el tiempo.
-Nunca ganarás.
-No... Pero puedo perder... una y otra vez... y otra vez... y otra vez, para siempre. Y eso te convierte en mi prisionero.
-¿Qué hiciste?
-Hice un trato.
¿Todavía piensas que no habrá consecuencias, Strange? ¿No habrá que pagar un precio? Rompimos nuestras reglas… como ella. La factura llega. ¡Siempre llega!
Porque veo al fin cuál es el problema del mundo. Hay demasiados Hechiceros.