Revista Comunicación
¿Me vas a decir tu nombre? ¿Qué tal dónde vives? ¿Dónde está tu casa, Pequeño?
Mi nombre es Chiron... pero me dicen Pequeño.
-¿Por qué dejas que te molesten?
-¿Qué quieres decir?
-Siempre te molestan.
-¿Y qué? ¿Qué tengo que hacer?
-¿Qué haces? Enséñale a esos negros que tienes carácter.
-Pero no tengo carácter.
-Lo sé, lo sé. Pero no significa nada.
Te veo luego. Sabía que tenías carácter.
Déjame decirte algo. Hay negros donde quiera. Recuerda eso: no hay un lugar en el mundo donde no haya negros. Fuimos los primeros en el planeta.
Y a la luz de la luna, todo es azul. Y eres azul. Así te llamaré, Blue.
En algún momento tienes que decidir por ti mismo quién eres. Nadie puede tomar esa decisión por ti.
Vas a seguir vendiéndome rocas. Cabrón, no me vengas con eso de que lo pedirás a otro negro. La obtengo de ti. Pero tú vas a criar a mi hijo. ¿No es así?
-Un marica es una palabra usada para que los gays se sientan mal.
-¿Soy un marica?
-No. Puedes ser gay. Pero nadie te puede llamar marica.
-¿Vendes drogas?
-Sí.
-Y mi mamá. Ella se droga, ¿no?
-Sí.
Dame ese maldito dinero, Chiron. ¡Dame el maldito dinero, dámelo!
¿Te gusta el agua? Te quiero presentar al fuego.
A veces por donde vivimos, atrapas esa misma brisa. Pasa por el barrio y es como si todo parara por un segundo. Porque todos quieren sentirla. Todo se queda en silencio, ¿sabes? Parece que todo lo que puedes oír es tu corazón latiendo, ¿no es así?
¡Golpea a ese negro! ¡Golpea a ese negro, Kev!
¡Jódete! ¡Jódete, negro! ¡Jódete!
Sharonne siempre encuentra el camino hacia los problemas.
-¿Eres feliz, mamá?
-Sí. Tan feliz como puedo. Realmente lo soy.
¡Te amo, bebé! ¡Pero tú no tienes que amarme! El Señor sabe que no te di amor cuando lo necesitaste. Lo sé. Así que no tienes que amarme. ¡Pero debes saber que te amo!
¡Ya no eres aquel niño flacucho! Pero en una cosa no has cambiado: todavía no puedes decir más de dos o tres palabras a la vez.
¡Son las reglas! ¡Conoces el trato! ¡Comes y hablas!
-¿Qué estás tratando de hacer?
-¿Quién, yo?
-¡Sí, negro, tú! Sólo te digo... esa pinta, ese auto... ¿quién eres, Sharonne?
-Soy yo. No estoy tratando de ser nadie más.
-Bien... ése es quien eres ahora.
-Nunca tuve nada que valiera la pena. Sólo me mantuve. Nunca hice algo que realmente quisiera hacer. Por eso hice lo que todos pensaban que debía hacer. Nunca he sido yo mismo realmente.
-¿Y ahora?
-¿Ahora? Ahora... tengo un pequeño hijo, este trabajo y otros 18 meses de condicional.
-Eso es realmente triste.
-No, hombre. Es la vida, ¿sabes? Nunca tuve eso antes. Llego a casa cansado, no hago demasiado dinero, pero... no tengo preocupaciones, hombre. No como las tenía antes. Ésa es la verdad. Deberías probar, negro.
Eres el único hombre que me ha tocado. Él único. No he tocado a nadie desde entonces.