Tu vida depende de la actitud que dispongas en las cosas que deseas, en las que haces y en la manera como afrontes las circunstancias.
No tendrás éxito en la vida si permites y te contentas con que otros controlen tu futuro.
No pongas tus planes y proyectos de vida en el azar.
Si quieres triunfar, conviértete en un triunfador, en un hacedor, en un vencedor y no en una víctima y en
un perdedor.
Dios no te mide por la cantidad de lágrimas que derramas cuando tienes problemas, te mide por el carácter y por la actitud que tomas para enfrentarlos.
Atrévete a soñar, a pensar en grande y a creer en grande. Sentir temor e inseguridad, no te llevará a ninguna parte.
Ten presente que muchas personas pueden olvidarse de las cosas buenas o malas que hiciste en la vida, pero Dios nunca se olvida de ti.
Si mantienes un ferviente deseo de logro y de triunfo, será cuestión de tiempo para que recojas lo que has sembrado.
Cuando las adversidades parezcan abrumarte y derrumbarte, tu actitud no debe ser la de un derrotado, fracasado, de un solitario sino la de un vencedor.
Los ganadores en el juego de la vida, no son los arrogantes que pisotean o maltratan a los demás, son los de actitud noble, sencilla, humilde, sincera, colaboradora, y respetuosa de los demás.
Una excelente actitud que conlleva al éxito, es interesarse en los demás y escucharlos de la misma manera.
Si quieres alcanzar el éxito en la vida, reconoce primero el de los demás.
Reconoce con humildad que tienes grandes talentos pero no los pregones a los cuatro vientos; alaba el talento de otros antes que los tuyos.
Si exiges respeto de los demás, da siempre respeto.
Recuerde que tú solamente estás en condiciones de controlar la manera en que actúas y reaccionas ante las adversidades, así que puedes aceptar que los problemas lo controlen y abrumen, o que los retos te impulsen.
Si tienes actitud de ganador y de una persona próspera y abundante, tomas acción inmediatamente, o te quedas contemplando el triunfo de otros y soñando en lo que pudo haber sido y no fue.
Nunca obtengas logros ni pretendas obtenerlos con “AVE MARÍAS AJENAS”.