Después de repetirles mil veces que no vaciaran la piscina, lo hacen y les castigamos a cada uno en una habitación hasta la hora de la cena. Los dos aceptan el castigo y las explicaciones pero siguen llorando. Al rato...
Marcos: Hermano, sigues llorando?
Sergio: No
Marcos: Y vas a volver a llorar?
Sergio: Sí, es que lloraba porque te quería demasiado...
Los canijos, 6 de julio de 2015