Revista Comunicación
¿Lewis? ¿Lewis eres tú?
-Bueno, la idea central del espiritualismo es que hay un mundo más allá del nuestro. Los espiritualistas tratan de aportar evidencia empírica de ese mundo. En el año 1848, las hermanas Fox escucharon golpes. E interpretaron esos golpes como mensajes de personas muertas. Esto para ellos fue una prueba real de la existencia de un mundo superior más allá del nuestro.
-Es interesante que el Código Morse había sido inventado dos años antes.
-Los espiritualistas siempre se han mantenido cercanos a la vanguardia tecnológica.
En realidad odio este trabajo. La odio a ella.
-¿Qué demonios haces en París?
-Ya sabes. Estoy esperando. Tengo que esperar.
-Creo que sentí algo. Tengo que regresar a la casa de Lewis. Realmente creo que sentí algo.
-¿Piensas que sentiste algo o estás segura?
-Tengo que continuar hasta el final. Eso es todo.
-Me gustaría vértelo puesto. ¿No quieres probártelo?
-Yo... ya sabes que no puedo.
-Pero quieres hacerlo.
-Éste es tu ventrículo izquierdo. Es algo más grande de tamaño. Fue exactamente igual con tu hermano mellizo. Se puede vivir con esto y morir a los 100 años.
-O a los 27.
-Necesitas continuar evitando tanto los esfuerzos físicos intensos como las emociones extremas.
-Como lo hacía Lewis... Quiero decir... él fabricaba escaparates.
-¿Te veo nuevamente en seis meses?
-No tengo idea dónde estaré en los próximos seis meses.
¿No tienes nada mejor que hacer aparte de vestir a Kyra? ¿De veras lo encuentras que vale tu tiempo?
-Esperaré hasta que termine. Quiero hablar con ella. Ella quiere deshacerse de mí.
-¿Duraron mucho tiempo?
-Dos años. Pero ella teme que su marido se entere. Estoy seguro que sospecha algo.
-¿Y tú la amas?
-¿Amor? Eso nunca cruzó mi mente, no. Es tan solo físico.
-Hay presencias invisibles alrededor nuestro, siempre. Si son las almas de los muertos, no lo sé, pero... Cuando eres un médium estás en sintonía con ciertas vibraciones.
-¿Qué quieres decir con vibraciones?
-Tiene que ver con la intuición, un sentimiento que... Ves una puerta que está apenas entreabierta.
-También pienso que el alma continúa existiendo después de la muerte.
-Ni siquiera sé si creo en eso. Pero Lewis si lo creía... Y tengo que darle a su espíritu, como sea que quieras llamarlo, la oportunidad de demostrar que tenía razón.
-Recibí una señal.
-¿Estás segura?
-No. Por eso sigo esperando.
-¿Y después?
-Supongo que entonces viviré mi vida. Y lo dejaré ir.
Lewis hubiera sido muy feliz de que esta casa sea tuya de nuevo. Y yo estoy muy contenta también. Ahora es tu casa y yo lo olvidaré.
Vamos. Ven. Necesito algo más de ti. Voy a necesitar algo más de ti. Dame otra señal. Lo que sea. Dame la cosa más insignificante. ¿Eso es todo? ¿Eso es todo?
Por favor, no entiendo. No eres mi hermano. No eres mi hermano.
-Yo te conozco. Y tú sabes quién soy. Te vas a Londres.
-¿Quién eres?
-Adivina.
¿Eres real? ¿Estás vivo a muerto? ¿Vivo o muerto? ¿Lewis?
-Dime algo que encuentres perturbador.
-Filmes de horror.
-¿Por qué?
-Una mujer escapa de un asesino y se esconde.
-Lo que encuentras perturbador es el miedo.
-Ayer me probé los zapatos de la mujer con la que trabajo.
-¿Por qué me lo cuentas?
-Porque ella no quería que me los probase.
-¿Entonces la respuesta es qué está prohibido?
-No hay deseo si no está prohibido.
-¿Qué más está prohibido? ¿Contestar a mis preguntas?
-¿Quieres probarte los vestidos de Kyra?
-Sí.
-¿Porque está prohibido?
-Lo hice.
-Estás asustada.
-Si. Lo estoy.
-Pensé que querías ser otra persona.
Ella estaba muy enojada. Muy violenta. Quizá tenía cuentas por arreglar. Pienso que estaba perdida.
-¿Qué harás con el dinero?
-Nada.
-Nada.
-No lo sé. No estoy segura que pueda comprar alguna otra cosa. No tengo suficiente confianza en el futuro.
-Te entiendo.
-No creo que entiendas.
-Definitivamente te entiendo. Confía en mí.
-Encontré a alguien.
Siempre voy a amar a Lewis, pero no puedo pasar mi vida de luto... No me interesa el duelo. Con el sufrimiento y el dolor ya tuve suficiente. Creo que ahora quiero la vida.
-Todo esto es nuevo. Recién salido al mercado. Aún nadie lo tiene.
-¡Oh, que bien! Eso es importante. Gracias.
Maureen, no es que esto no vaya a suceder. Sino que no existe. Después de la muerte, no hay nada. Yo lo sé. No es un gran problema.
Ya no quiero estar en París.
Sabes lo que dicen: “Los muertos observan a los vivos”.
-Para mí, él era alguien con una gran intuición por los otros. Podía entender cosas no dichas.
-Es verdad.
-Quizás porque sabía que se estaba muriendo. Quiero decir que sentí que veía cosas que yo no podía ver. Quizá tú también puedes. Él pensaba que tenías el mismo don.
-No lo sé. Yo... tenía la tendencia de seguirlo. Llevó las cosas muy lejos. Demasiado lejos para mí, al menos. No podía seguirle el ritmo.
-Todo lo que quiero decir es que con Lewis nada parece imposible.
-¿Crees que Lewis está aquí?
-Pienso que no.
-Siento su presencia. Está aquí.
-Podría ser la culpa que habla. No necesitas sentirte culpable. Lara merece ser feliz. Y tú también.
-Quiero creerlo, pero algo me sigue deteniendo.
-Confío que no tiene nada que ver conmigo.
-No. Pero también debes liberarte de Lewis.
-Bueno, ojalá me lo permitiera.
-Donde quiera que esté, nunca lo prohibiría. Incluso si no está en ninguna parte, aférrate a la memoria de su libertad.
¿Quién eres? ¿Lewis eres tú? ¿Lewis eres tú? ¿O es que soy yo?