Revista Comunicación
Ahora, un chico que se sabe las groserías que dice su madre, las publica en You Tube. Y se convierten en las palabras de moda de los estudiantes de secundaria.
De pronto, el cinismo se convierte en algo digno de admiración.
-¿Dónde conseguiste esto?
-Es vintage.
Quiero despertar en una ciudad que no duerme y descubrir que soy el rey de la colina.
Estuviste fantástica y el vestido te sienta muy bien.
Estaba llorando. Había lágrimas en sus mejillas. Yo lo vi. Hiciste llorar a un hombre.
-¿Qué te pasó en el brazo?
-Me aburría mucho de niña.
-Debiste estar muy aburrida.
Sissy, sal de mi habitación. ¡Lárgate! ¡Fuera!
-¿Estás nervioso?
-¿Por qué estaría nervioso?
-Te ves un poco nervioso.
-No entiendo por qué la gente quiere casarse. En especial ahora. ¿No te parece? No entiendo la razón.
-¿Por qué estamos aquí si no nos importa el otro?
-Bueno...
-¿Por qué estás aquí?
-La comida de aquí es excelente.
-¿Estar con una persona el resto de tu vida? Es... Vienes a los restaurantes,
ves a las parejas juntas y ni siquiera se hablan. No tienen nada qué decirse.
-Quizá no tienen que hablarse porque están conectados.
-O están aburridos del otro.
-¿Cuál ha sido tu relación más larga? Exactamente.
-Cuatro meses.
-Tienes que comprometerte. Debes intentarlo.
-Lo hice. Durante cuatro meses.
-Entonces, ¿dónde y qué quisieras ser?
-Ya sabes: aquí, ahora.
-Eso es aburrido.
-¿Por qué viniste?
-¡Quítate de encima!
¿Puedes darme un abrazo?
-Siempre lo lamentas. Es todo lo que sabes decir.
-Bueno, al menos digo que lo siento.
-No te di a luz. No te traje a este mundo.
-Eres mi hermano, soy tu hermana. Somos una familia. Estamos destinados a cuidarnos.
-Tú no me cuidas. yo me cuido sólo.
Si me voy, no sabré más nunca de ti. ¿No crees que eso es triste?
Brandon, te necesito. No somos malas personas. Sólo venimos de un mal lugar.