Siéntese, lo lamento. Estoy ajustando la luz. Debe entender que estoy ajustando la luz.
Me dedico a muchas, muchas cosas. Soy escritor, doctor, físico nuclear, filósofo teórico pero por encima de todo soy un hombre. Un hombre irremediablemente inquisitivo, igual que tú.
Antes de que existiera La Causa, era espantoso. Pavoroso. Era un ciclo, al igual que la vida. Nacimiento, excitación, desarrollo, decadencia, muerte. Y ahora... ahora... ¿qué les parece esto?
Se acerca un dragón grande, con sangre escurriéndole de las fauces y los ojos rojos. ¿Y qué tengo yo? Un lazo. Lo fustigo. Se lo enredo en el cuello y lucho con él. Lucho y lucho hasta tumbarlo. Y de pronto le digo: “¡Siéntate, dragón!”. Y el dragón se sienta. Le digo: “¡Quieto!" Y el dragón se queda quieto. Y le pongo una correa. Lo saco a pasear. Y en ese momento estamos ahora. Me obedece cuando le digo que se quede quieto. Luego le enseñaremos a echarse boca arriba y hacerse el muerto.
-Cada vez que se sienta a escribir lo atacan de algo nuevo. Y pasa demasiado tiempo defendiéndose.
-¿Quién lo ataca?
-Gente que está asustada. Gente que es codiciosa. Ex esposas.
Nosotros no pertenecemos al reino animal. Somos criaturas muy distintas. Nos erigimos como espíritus, no como bestias. Tú no eres presa de tus emociones.
-¿Te atormentan tus fracasos?
-No.
-¿Te atormentan tus fracasos?
-No.
-¿Te atormentan tus fracasos?
-No.
-¿Te atormentan tus fracasos?
-No.
Es bueno reír durante un tratamiento. A veces lo olvidamos aunque sea con un sonido animal.
¿Podrías responder otra serie de preguntas sin parpadear?
¿Crees que Dios te salvará de lo ridículo que eres?
-Recuerda un sonido.
-Ella está cantando. Su voz me tranquiliza.
-¿Eres miembro de Los Gobernantes Ocultos?
-No sé que es eso.
-Cualquier organización comunista.
-No.
-¿De alguna fuerza invasora de este planeta u otro?
-No, señor.
-Eres el chico más valiente que he conocido.
Disculpe. Disculpe.
-Entenderá el escepticismo...
-¡Sí!
-... ¿o no?
-Sí, sí. De otra forma todos tendríamos carga positiva, nadie negativa. Carga nula. Es indispensable.
-¿A qué parte de viajar al pasado le teme tanto?
-No me da miedo.
-¿Teme que podamos descubrir que se ha reformado nuestro pasado? ¿Que se ha distorsionado? ¿Y que quizá lo que creemos saber de este mundo sea información falsa?
Si sabe la respuesta a sus preguntas, ¿por qué pregunta, cerdo de mierda? No estamos indefensos. Y buscamos combatir la ignorancia. Si no le importa, que tenga buenas noches.
Caímos tan bajo como para tener que dar explicaciones, ¿y por qué?
La única forma de defendernos es atacando. Si no lo hacemos, perderemos todas las batallas que entablemos. Nunca dominaremos nuestro medio como se debe a menos que ataquemos.
¿Qué hiciste, soldadito mío?
Actúas como un animal. Como un sucio animal que se come su propia mierda si le da hambre.
Debemos recordar dónde nos conocimos. Me acosa la duda. ¿A ti no?
Puedes hacer lo que te venga en gana, mientras yo no me entere. Y mientras ninguno de mis conocidos se entere. Fuera de eso, no sigas con esta idea.
Déjate de tonterías. No les resultó a ellos y tampoco te resultará a ti. Bastantes problemas tenemos ya, ¿me oyes? Termina, ¿sí?
-Tu padre está hablando. Quizá aprendas algo.
-Inventa todo sobre la marcha. ¿No te das cuenta?
Se te inculcó hace millones de años tu temor a la captura y al encarcelamiento. Has librado esta batalla desde antes de tener uso de razón. Tú no eres así.
-¡Estamos en medio de una batalla que data de billones de años y nos trasciende a ambos!
-¡Estás inventándolo! ¡Inventas todo! ¡No sabes lo que dices!
Dudo que Freddie esté tan comprometido con La Causa como La Causa con él.
Gracias a todos por su honestidad. Pero, si no estamos ayudándolo, somos nosotros los que le hemos fallado.
-Camina a esta ventana de acá. Toca un lugar de la ventana y descríbemelo.
-Se siente como vidrio.
-Porque es un vidrio.
¡Jodida pared!
A ésta la llamamos “Aplicación 45, Versión 1”.
Doris. Ella terminó contigo, ¿verdad? Te vio como lo que en realidad eres: egoísta y solitario. Deberías ingresar al hospital junto con tu madre porque ahí es donde debes estar. Porque estás enfermo, estás cansado y necesitas estar solo, lejos de la gente.
Es una jodida pared. Y no estoy adentro de ella. No estoy adentro de ella. Es una ventana y puedo irme cuando yo quiera. Pero decido no hacerlo. Decido quedarme aquí.
-¿Qué contiene?
-Mi obra no publicada. El trabajo de toda mi vida.
Tome las riendas de su vida. Tome las riendas de su vida.
He desentrañado y descubierto un secreto para vivir en estos cuerpos que ocupamos. Y sí, es muy, muy muy, muy serio. El secreto es... la risa.
Que es pésimo. Si por mí fuera, lo reduciría a un folleto de tres páginas y se lo daría a la gente en la entrada del subte. Pero edité sus libros anteriores.
-Pues, ya empecé a leerlo y en la página 13 noté que hay un cambio. Cambió la pregunta de la plataforma de tratamiento. Ahora dice: “¿Puedes imaginar?”.
-Sí. Sí.
-Si el método previo consistía en inducir recuerdos con: “¿Puedes recordar?”. No altera todo que ahora preguntemos: “¿Puedes imaginar?”.
-Invocamos un ámbito más amplio que explica la información nueva. “¿Puedes imaginar?” permite que la mente siga un canal más creativo. Más abierto.
-Pero si la nueva...
-¿Qué quieres, Helen? ¡Ésta es la nueva obra!
El juego se llama “Elige un Punto”. Eligen un punto y conducen directo hacia ese punto lo más rápido posible.
¿Quién te quebró, Freddie?
Esto es algo que, o lo haces por un billón de años, o no lo haces. No es por moda. Es inútil. No le interesa mejorar. Se ha ablandado mucho.
Freddie... marinero de los mares. No pagas alquiler. Eres libre para ir adonde quieras. Pues, vete. Alcanza esa libertad sin tierra y buena suerte. Pues, si descubres una forma de vivir sin servir a ningún amo, sea cual fuere, cuéntanos a los demás cómo lo lograste. Pues serías el primero en la historia del mundo.
-Si te vas de aquí, no quiero volver a verte. O puedes quedarte.
-¿Quizá en la próxima vida?
-Si nos encontramos en la próxima vida, serás mi enemigo acérrimo y no tendré piedad contigo.