
-Érase una vez un ángel y un demonio que se enamoraron.
Pero su historia no tuvo un final feliz.
-Érase una vez un ángel moribundo tendido en la bruma.
Y un diablo que se arrodilló junto a él y sonrió.

-Has llenado mi vida de luz, aunque suene religioso.
Te adoro. Aunque suene fanático.
Y no quiero que esto se acabe nunca. Aunque suene soñador.
Te amo. Aunque suene prematuro.

-Si hay algo que deseas, persíguelo.
La esperanza tiene poder.
No la malgastes en cosas sin sentido.
-El amor es un elemento. Un elemento.
Como el aire que se respira, o el suelo que se pisa.

-No luches contra monstruos, no sea que te conviertas en uno de ellos.
Y si miras largo tiempo dentro del abismo,
el abismo también mirará dentro de ti.

-Érase una vez una niña que creció entre monstruos.
Pero los ángeles incendiaron las puertas hacia su mundo, y ella se quedó sola.

-Los anhelos son falsos.
La esperanza es verdadera.
La esperanza hace su propia magia.
-¿Te has preguntado alguna vez si son los monstruos los que provocan la guerra
o si es la guerra la que genera monstruos?

-Érase una vez un ángel y un demonio que sujetaron un hueso de la suerte entre los dedos.
Y su chasquido partió el mundo en dos.
-Está enamorada. Siente luz en su interior, como si se hubiera tragado una estrella.

