Cuatro corazones con freno y marcha atrás fue un libro que no me gustó demasiado. Es un texto con una propuesta teatral de lo más original y esperpéntica, que para mí falló en lo más importante: el humor. No me hizo ni pizca de gracia, y eso que era una comedia. Quizás por eso marqué esta cita que os traigo hoy, el único comentario que me pareció gracioso. Si os interesa leer la minireseña que hice, la podéis encontrar aquí. Ya he intentado leer otras cosas de Jardiel Poncela y tengo claro que es un autor cuyo humor no encaja conmigo. Quizás me animaría a ver una representación teatral, aunque dudo que alguna vez tenga la oportunidad.
La cita que os traigo hoy es una crítica a los médicos que usan un lenguaje intrincado y técnico (lleno de latinismos y helenismos propios de la medicina) para hablar con sus pacientes. En algunos casos es sin darse cuenta, por deformación profesional; en otros, es para disfrazar un poco la verdad y que el diagnóstico no suene tan desmoralizador. En mi opinión, los médicos, siempre con mucho tacto, deberían hablar a las claras. Creo que no hay nada peor que vivir en la incertidumbre y no saber a ciencia cierta qué dolencia sufres ni cuáles son tus expectativas de futuro.
Poco más tengo que decir sobre el tema. ¿Vosotros alguna vez os habéis encontrado con algún médico que, en lugar de ayudaros, os haya dejado desorientados? ¿Sois de leer obras de teatro? ¿Alguna obra cómica que queráis recomendar?