«El amor verdadero no lo arregla todo. El amor verdadero no supera todos los obstáculos. Y, lo que es más importante, el amor verdadero no exige un final feliz. Esta no es su razón de ser. Lo que sí hace el amor verdadero es transformarnos, moldearnos, reducirnos el corazón a rescoldos calcinados que vuelven a arder como un ave fénix, más abrasadores y resplandecientes que nunca».«Tal vez por eso todos nos aferramos al amor. Porque los breves instantes de amor, ya sea real o imaginario, con o sin una pareja ideal, son los únicos momentos en la vida en que somos felices de verdad, en que toda la mierda nos resulta soportable. Es como si el mundo dejara de dar vueltas durante el tiempo justo para echar un vistazo por tu ventana y fijarse en tu euforia. Eso hace que el dolor valga la pena».«Es lo que tiene el amor. Da igual cómo nos vayan las cosas: Nunca desaparece. Una vez que deja huella en nosotros, esta dura toda la vida. Quedamos marcados para siempre por su fulgor. La existencia resulta mucho más agradable con esa maravillosa certeza de que "Alguien me amó alguna vez, y fue algo hermoso..." Nadie puede arrebatártelo. Y hay ocasiones en que es necesario recordarlo, reconocer lo afortunados que somos por haberlo tenido alguna vez. Y también hay ocasiones en que lo único sensato es dejar de llorar, dejarlo correr, con luz y amor en el corazón, y seguir viviendo tu vida lo mejor posible».La entrada de hoy seguramente hará que a Omaira le hagan chiribitas los ojos. Que no me guste el romance no significa que no haya leído libros de ese género (no se puede opinar sin haberlo experimentado) y en ellos de vez en cuando he encontrado alguna reflexión sobre el amor interesante.
Del libro del que saco estas citas, Dos almas, poco se puede salvar la verdad. Me pareció una historia desaprovechada que se centraba demasiado en el romance (aunque todo es cuestión de gustos), pues esperaba algo más que un romance bonito. Este está bien desarrollado (aunque empieza siendo un instalove), pero llegó un punto en que los personajes me hacían querer vomitar arcoiris por lo melosos y acaramelados que estaban. La actitud pasivo-agresiva y crítica con los tópicos de la protagonista está bien, pero eso no hace que esos tópicos desaparezcan. De todas formas, por si os interesa saber más, os dejo con el enlace a la reseña.
Sobre las citas, me gusta la primera reflexión contraria a la ideología de Disney de que el amor lo arregla todo. No es así. No siempre se superan todos los obstáculos ni se arregla tu vida por ello. Ni siquiera siempre hay un final feliz. Seguro que os habéis enamorado más de una vez y la historia no ha terminado bien. Pero habéis resurgido de vuestras cenizas, ¿verdad? El amor nos transforma y nos hace más fuertes (buah, podría escribir un libro de autoayuda con esto).
De la segunda cita me gusta la descripción que hace de cómo es sentirse enamorado y de cómo la felicidad de ese instante hace que todo (el resto de problemas, se entiendo, no que te maltraten o que la relación sea abusiva) sea más llevadero.
Relacionado con esto me gusta la tercera cita. También creo que todas las relaciones que hemos tenido, no solo nos han cambiado un poco, sino que se quedan con nosotros para siempre, tanto si han salido bien como si no. Puede que sea egoísta o altivo, pero saber que alguien nos quiso con intensidad, que fuimos tan importantes para alguien durante un tiempo es un subidón increíble de autoestima.
Por mi parte nunca he sufrido mal de amores, no he tenido ninguna relación amorosa que luego haya salido mal y que hubiera querido continuar, pero sí he tenido relaciones de amistad así que terminaron sin que pudiera evitarlo. No me arrepiento de ellas, no hay que hacerlo, sino recordar los buenos momentos, agradecer haberlos vivido y dejarlo pasar.
Y bueno, eso es todo por hoy, espero que os hayan gustado las citas. ¿Estáis de acuerdo con estas reflexiones? Nos leemos en los comentarios.