"Dios quedó flotando sobre Sobibor como una gigantesca pregunta sin respuesta. Era todopoderoso, pero parecía impotente ante el odio humano, que no conocía fronteras. Omnisciente y, sin embargo, incomprensiblemente indiferente. Omnipresente, pero distante. Todo amor, pero sordo a los ruegos de su pueblo. Todo pureza, pero cubierto de cenizas."
Creo que este párrafo expresa a la perfección cuan desamparados se sintieron los judíos durante el holocausto. Dar la vida por un Dios que permite semejantes atrocidades tiene que ser muy desalentador. No puedo imaginar lo que debía ser vivir en un campo de concentración en el que te habían encerrado por ser de una religión distinta y no recibir ninguna señal de tu propia fe. ¿Será que para los dioses somos hormigas cuya vida no vale nada? ¿Que no es que sean crueles, sino indiferentes a una existencia que para ellos transcurre en un latido?
Hoy no quiero perderme en reflexiones metafísicas ni relacionar el fragmento con la literatura. Simplemente, quiero que leáis la cita y podáis disfrutarla tanto como yo. ¿Por qué me parece que está tan bien a nivel técnico? Para empezar, el primer elemento que aparece es Dios, la figura central del fragmento, quien flota en la mente de todos los prisioneros del campo en forma de pregunta: ¿por qué permites que suceda todo eso? Una pregunta que nunca recibe respuesta. Por ello esta primera comparación es tan adecuada.
A continuación se suceden diversas antítesis relacionadas con las habilidades que suelen atribuirse a Dios: todopoderoso, omnisciente, omnipresente, amoroso y puro. Estas características son refutadas con la realidad mostrando contrastes muy interesantes. Por otra parte, el ritmo está muy bien medido, con un uso adecuado de los signos de puntuación y las repeticiones de estructura.
Las dos últimas oraciones me parecen el broche de oro, pues son las más emocionales. Por una parte la primera hace referencia a cómo el pueblo se sintió abandonado por Dios, a quien se le ve como alguien capaz de sentirse indiferente a tanto sufrimiento. Por otra parte, habla de cómo la imagen de Dios se vio manchada por la ceniza de las chimeneas de los campos de concentración, por la muerte de tantas personas que confiaban en él y que murieron por su causa.
No lo había mencionado aún, pero el fragmento pertenece a Escapar de Sobibor, uno de los mejores libros que he leído acerca del holocausto, aunque no está recomendado a los más sensibles, pues es un libro durísimo, lleno de crueldad y dolor, que nos da a conocer el rostro más oscuro del alma humana. Un libro muy realista acerca del campo de concentración de Sobibor, que logra estremecerte por su crudeza. Lo más destacado es el gran trabajo de documentación que hay detrás del libro, pues se basa en testimonios fidedignos y entrevistas con personas que lo vivieron y que aún lo viven por dentro.
Y eso es todo por hoy. ¿Os ha gustado el fragmento? ¿Cuál es el mejor libro que habéis leído de esta temática?