Me da la impresión de que esta cita da para un debate largo (oh, cuánto lo siento... #LauraGenerandoDebate) ¿Somos el resultado de nuestro entorno? ¿O cada uno decide cómo quiere ser? Las circunstancias que hemos vivido y la educación que hemos recibido sin duda influyen en nuestra forma de ser, pero en el fondo, ¿lo que importa no es cómo reaccionamos a esas circunstancias?
No me gustan los personajes que aparecen de la nada, esos cuya vida parece que empieza con la primera página, que parece que no tienen pasado. Somos el resultado de lo que hemos vivido, de las decisiones que hemos tomado a lo largo de nuestra vida, si me suprimes todo eso, queda un personaje incompleto. Me gusta cuando los villanos tienen un por qué de sus acciones, que no sean malos porque sí. En muchos casos es porque han tenido una infancia horrible: que si su padre le pegaba, que si vivía en la pobreza, que si le hacían bullying, que si le habían enseñado a ser racista, que si había visto cómo asesinaban a toda su familia, que si murió un ser querido y ahora no quiere amar a nadie más,...etc. Pero, ¿eso le exime de la culpa? No.
No se puede justificar (ya ni siquiera digo perdonar, digo justificar) las acciones de alguien por su pasado, porque mientras que hay villanos que odian el mundo porque de pequeños los maltrataban, hay protagonistas que salvan el mundo precisamente porque de pequeños los maltrataban. Como dice la cita "uno se convierte en quien decide ser", lo importante es cómo reaccionamos a determinadas circunstancias.
Y a todo esto, una pregunta curiosa ¿os habéis fijado que todo son por traumas de la infancia? Qué pasa, ¿es que no les puede pasar algo de adultos que luego afecte al resto de su vida?
Pero aunque me gusta conocer el pasado de los personajes también estoy algo cansada de esos personajes que han tenido un oscuro pasado en el que les han pasado mil desgracias, porque es ya algo que se hace repetitivo. Si no son huérfanos, sus padres son unos maltratadores o les han ignorado todo la vida. Qué pasa, ¿es que ningún personaje ha tenido una infancia feliz o qué? A ver, yo siempre he tenido mis roces con mi familia, pero eso es lo normal, en general he tenido una buena infancia (en la que tenía mucho tiempo para leer, no como ahora, lloro...).
Hum, mi intención no era hablar acerca de la familia, pero lo cierto es que tiene bastante relación con el libro de donde sale esta cita, Las cosas que no nos dijimos, de Marc Levy. En los últimos años sí he leído más libros en los que la familia tiene un papel importante (Una madre, A todos los chicos de los que me enamoré), pero en los libros, por norma general, la familia no existe o está de elemento decorativo. Por eso, me llevé una grata sorpresa al descubrir que este libro se centraba sobre todo en la relación padre e hija. Y eso que el padre muere (faltaría más, si eres el padre o madre del protagonista, tienes muchos puntos de morir, especialmente de forma trágica) en el primer capítulo. El libro me resultó entretenido, tiene algunos toques de humor y sobre todo profundiza mucho en las relaciones con los hijos y el amor de los padres.
Para muestra, un botón. Ya sé que ya he compartido la frase memorable que quería comentar pero...no puedo evitar compartir este fragmento, es demasiado bonito. Aquí os lo dejo, yo no voy a decir más.
"-¿Serías capaz durante siete años de entregarte a alguien sin reservas, de darlo todo, sin límites, sin dudas ni temores, sabiendo que esa persona a la que quieres más que nada en el mundo olvidará casi todo lo que habréis vivido juntos?,¿Aceptarías que tus atenciones, tus gestos de amor se borraran de su memoria, y que la naturaleza, a la que le horroriza el vacío, llenará un día esa amnesia con reproches y anhelos no cumplidos? Consciente de que todo ello es inevitable, ¿encontrarías pese a todo la fuerza de levantarte en mitad de la noche cuando la persona a la que quieres tiene sed, o simplemente una pesadilla? ¿Tendrías ganas de todas las mañanas, de prepararle el desayuno, de velar por distraerle todo el día, divertirla, leerle cuando se aburra, cantarle canciones? Y, al llegar la noche, ¿Ignorarías el cansancio, irás a sentarte al pie de su cama para aplacar sus miedos y hablarle de un porvenir que, irremediablemente, vivirá lejos de ti? Si tu respuesta a cada una de estas preguntas es sí, entonces perdóname por haberte juzgado mal, sabes de verdad lo que es amar.-¿Me estás hablando de mamá?-No, querida, te estoy hablando de ti. Este amor que acabo de describirte es el de un padre o una madre por sus hijos. Cuántos días y cuántas noches pasados velando por vosotros, al acecho del más mínimo peligro que pudiera amenazaros, mirándoos, ayudándoos a crecer, secando vuestras lágrimas, haciéndoos reír, cuántos parques en invierno y cuántas playas en verano, cuántos kilómetros recorridos, cuántas palabras repetidas, cuánto tiempo dedicado a vosotros. Y, sin embargo, sin embargo… ¿a qué edad se remontan vuestros primeros recuerdos de infancia?¿Te imaginas hasta qué punto hay que amar para aprender a no vivir más que por vosotros, sabiendo que lo olvidaréis todo de vuestros primeros años, que en los años venideros sufriréis por lo que no hayamos hecho bien, que llegará un día, irremediablemente, en que os separaréis de nosotros, orgullosos de vuestra libertad? Me reprochas mis ausencias, ¿sabes cómo se sufre el día en que los hijos se van? ¿Te has imaginado siquiera el sabor de esa ruptura? Voy a decirte lo que ocurre, uno está ahí como un idiota en la puerta mirándoos marchar, convenciéndose de que tiene que alegrarse de esa partida necesaria, amar la despreocupación que os empuja y a nosotros nos desposee de nuestra propia carne. Una vez cerrada la puerta, hay que volver a aprenderlo todo, volver a a prender a amueblar las habitaciones vacías, a no acechar ya más el ruido de vuestros pasos, a olvidar esos crujidos tranquilizadores en la escalera cuando volvíais tarde por la noche, y uno se dormía por fin tranquilo, mientras que ahora tiene que tratar de conciliar el sueño, en vano, puesto que ya no volveréis. ¿Ves, Julia mía?, sin embargo, ningún padre ni ninguna madre se vanagloria de ello, en eso consiste amar, y no tenemos elección puesto que os amamos".