Revista Cultura y Ocio

Frases memorables: Momo

Publicado el 26 julio 2021 por Laura Coll Rigo

Frases memorables: Momo

«Fueron pocos meses los que pasaron así, y no obstante fue la temporada más larga que Momo experimentó jamás. Porque el verdadero tiempo no se puede medir por el reloj o el calendario».

«Todo el tiempo que no se percibe con el corazón está tan perdido como los colores del arco iris para un ciego o el canto de un pájaro para un sordo. Pero, por desgracia, hay corazones ciegos y sordos que no perciben nada, a pesar de latir».

«—Ves, Momo —le decía por ejemplo—, las cosas son así: a veces tienes ante ti una calle larguísima. Se cree que es tan terriblemente larga, que nunca se podrá acabarla. (...).Y entonces se empieza a dar prisa. Y cada vez se da más prisa. Cada vez que se levanta la vista, se ve que la calle no se hace más corta. Y se esfuerza más todavía, se empieza a tener miedo, al final se está sin aliento. Y la calle sigue estando por delante. Así no se debe hacer. (...)
Pensó durante un rato. Entonces siguió hablando:
—Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez , ¿entiendes? Sólo hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida (...).
Volvió a callar y reflexionar antes de añadir:
—Entonces es divertido; eso es importante, porque entonces se hace bien la tarea. Y así ha de ser.
Después de una nueva y larga interrupción, siguió:
—De repente uno se da cuenta de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle. Uno no se da cuenta de cómo ha sido, y no se está sin aliento».


«—Eso lo hacen todos los poetas —decía a eso Gigi—. ¿Y acaso la gente no ha recibido nada a cambio de su dinero? Yo os digo que han recibido exactamente lo que querían. ¿Y qué importa que lo que yo cuente esté o no escrito en algún libro muy sabio? ¿Quién os dice a vosotros que las historias que ponen en los libros sabios no sean inventadas, sólo que nadie se acuerda ya? Otra vez decía: —¿Quién sabe lo que es cierto y lo que no? ¿Quién puede saber lo que ha ocurrido aquí hace mil o dos mil años? ¿Lo sabéis vosotros?» 

¡Hola a todos! ¿Qué tal el fin de semana? Espero que no hayáis pasado tanto calor como yo, porque me ha parecido horrible. Hoy vengo con una nueva entrada de Frases memorables, en esta ocasión de un libro muy conocido: Momo, de Michael Ende. Cuando lo leí de niña no me pareció nada del otro mundo, por lo que hace unos años decidí releerlo. Por desgracia, aunque me gustó, tampoco resultó ser el gran libro del que todo el mundo cantaba alabanzas. Me pareció una buena obra juvenil, con una protagonista interesante, un buen mensaje de fondo y mucha originalidad. Es de esos libros que tiene matices distintos según la edad en que lo leas, pero esperaba muchas más reflexiones brillantes. Las que más me llamaron la atención son las que os comparto hoy, pero si queréis darle un vistazo a la reseña completa, no dudéis en seguir este enlace.

No sé si habéis leído esta obra (en caso de no ser así, está bastante recomendada), pero por si no lo sabéis, uno de sus temas centrales es el tiempo, por lo que no es de extrañar que las citas que os comparto estén relacionadas con este tema. 

La primera de las citas habla acerca de la flexibilidad del tiempo, cómo nuestra percepción de este depende mucho de la actividad que estamos realizando. Nosotros los lectores lo sabemos más que nadie, pues al leer, el tiempo nos pasa volando. Anda que no me he sorprendido muchas veces cuando he mirado la hora y me he dado cuenta de que han pasado varias horas cuando solo se han sentido como un par de minutos.

La segunda cita me ha parecido curiosa y me gustaría que me contaseis qué podéis interpretar vosotros al leerla. ¿Eso de percibir el tiempo con el corazón se refiere a ser consciente siempre del tiempo transcurrido? Porque al leer o ver una película nos evadimos del tiempo, y eso a mí no me parece tiempo perdido. O quizás se refiere a que hay que disfrutar de cada minuto y no estar constantemente pensando en cuando llegue el fin de semana, cuando lleguen las vacaciones, cuando me jubile,...Sino disfrutar el ahora.

La tercera cita me parece toda una lección sobre cómo tomarse la vida. Esta la tengo mucho de ejemplo y cada vez que tengo que enfrentarme a algo muy complicado, intento tomármelo con calma e ir paso a paso. Soy más de ir proponiéndome pequeñas cosas que empezar con una gran tarea.

La última es la cita más desligada del tema. Está en boca de Gigi, un muchacho que se dedica a hacer de guía turístico inventándose historias acerca del mundo que les rodea. Si fuera a hacer una visita turística a un lugar y el guía me contara fabulosas historias que en realidad fueran mentira me sentiría estafada, pero en el fondo, ¿no es eso lo que queremos? ¿Realmente queremos saber cómo se construyó la catedral X, con qué materiales y para qué rey o preferimos escuchar la historia del marido engañado que entró a caballo para matar al amante de su esposa? ¿Qué más da si nos cuentan una leyenda que existe desde hace años o que alguien acaba de inventar? No sé vosotros, pero de todas las visitas turísticas que he hecho, con lo que más me quedo es con estas historias. Además, ¿cómo podemos saber cien por cien que algunos libros de la época no fueran en realidad una novela de ficción? ¿Existió realmente el Cid, por ejemplo? ¿Cuáles de sus gestas son reales y cuáles una fabulación?

No quiero tampoco que vuestra cabeza eche humo, ya basta con el calor que hace, así que voy a dejarlo aquí, aunque espero leeros en los comentarios. ¿Habéis leído este libro? ¿Os gustaría compartir alguna otra cita? ¿Cuál es vuestra favorita de las que yo os traigo?


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