"La persona que trata como un ignorante a un niño para protegerlo, no hace si no mostrar su propia estupidez."
Entiendo que hay según qué cosas que no se pueden contar a los niños porque aún son muy pequeños, pero la sociedad actual los protege demasiado. Se cree que son seres frágiles y delicados (eso lo piensan es porque no conocen a tu prima pequeña. Qué afortunados.) para según qué cosas, pero luego les dejamos ver películas violentas y jugar a juegos de disparos, con total tranquilidad. Ahora eso sí: cuidado con no decir tacos, cuidado con no decir que X persona está muriendo, cuidado con hacer referencias sexuales, cuidado con no hablar de enfermedades, cuidado con,...Pero pese a lo que callamos, los niños son más listos de lo que pensamos y se dan cuenta de todo.
Eso de tratar a los niños como tontos también se ve reflejado en los libros infantiles actuales. Tramas sin sentido, personajes estereotipos, narración sencilla y explicativa, niños perfectos, censura de las partes escabrosas,...La muerte y el dolor, por ejemplo, son temas completamente tabú en los libros infantiles. ¿Pero sabéis qué? En el cuento de los siete cabritillos que me contaba mi padre, le abrían la barriga al lobo para sacar a los cabritillos, se la llenaban de piedras y el lobo al ir a beber caía y moría ahogado. ¡Y no he quedado traumatizada (Ahora ya entiendo por qué eres como eres...)! ¡Era algo de lo más normal! Ahora ve tú a un editor a que te publique un libro así y verás como te manda a...tomar viento fresco (no sea que algún niño lea según qué y se traumatice)
La literatura infantil actual está edulcorada. Se evitan a toda costa los tacos, las referencias sexuales, referencias a la muerte o enfermedades, las historias de terror, los finales tristes, las reflexiones profundas,...(Luego normal que chocar con la vida real les resulte duro) Además de que no nos preocupamos tanto por la calidad, usando un lenguaje muy básico y unas tramas muy simples, que no aportan nada. ¡Que los niños no son tontos!
Bueno, creo que me he ido por las ramas (¡no me digas!) y es que esta cita, en su contexto, no hablaba exactamente de esto. Esta cita está extraída del libro Ojalá fuese así, de Juan José García Criado, un libro que habla de las reacciones de los niños ante los divorcios, y aquello que criticaba esta cita es que, en este caso, los padres siempre van con circunloquios y verdades a medias, sin decir las cosas claras a los niños. Me pareció un libro muy interesante, que trata el tema a partir de diversos casos, pues el protagonista, un niño de siete años (aunque en la novela a veces no lo aparenta, no lo pintes todo de maravilla que luego lo leen y se llevan una desilusión), tiene varios amigos en esa situación. Además, es un libro cortito y con reflexiones interesantes, por lo que lo recomiendo. Si queréis saber más, aquí os dejo el enlace a la reseña.