Las dudas
A veces hasta yo mismo dudo de ello. Digo yo mismo no porque piense que no hay nada que se me resista sino porque viniendo de alguien que tiene un Twitter que se llama: "Si vas a intentarlo, ve hasta el final" resulta cuanto menos paradójico que esté dudando si merece la pena volver a intentarlo.Porque créeme si te digo que es duro. Muy duro. Diría que es como si no hace mucho tiempo subiste a tu Everest particular, te viste en la cima disfrutando de las vistas y ahora no es que estés lejos de esa cima, es que ni tan siquiera en la lejanía atisbas la falda de la montaña.
Ahora simplemente caminas por un desierto plagado de dunas de arena que parecen empeñarse en querer enterrarte una y otra vez, mientras tú más por inercia que por convencimiento te niegas a detenerte. Supongo que en el fondo, aunque sea una pequeña parte de ese chaval todavía tiene la ilusión y la esperanza de que el día menos pensado pueda volver de nuevo a ver la falda de la montaña.
La fe
Creo que a esa inercia, a mantenerse caminando aunque no sepas muy bien hacía dónde vas es a lo que se refería Steve Jobs cuando dijo aquello de:Tienes que aprender a confiar en algo: da igual si es tu suerte, si es tu destino, tu vida o tu karma. Da igual en lo que sea, pero tienes que confiar que los puntos se van a conectar de algún modo en el futuro.
Entonces puede que algún día por suerte, casualidad, trabajo o por la suma de todo ello la falda de la montaña se vuelva a presentar de nuevo ante tus ojos y quizás allí todas esasfrases motivadorasencuentren por fin su sentido.