Hoy vengo a hablarles de un libro precioso, una más de las razones por las que Cecelia Ahern es mi autora favorita. Este libro por supuesto, forma parte del #RetoAhern, y si aún no se animan a leer algo de Cecelia, espero con estas frases y pequeños extractos lograr convencerlos. Sin duda les puedo asegurar, es una autora que jamás decepciona.
Si pudieras verme ahora, fue su tercer novela, publicada en 2006.
Frases si pudieras verme ahora
-¿Eres asistente social? -preguntó Elizabeth.Iván lo meditó.
-Puedes llamarme asistente social, amigo íntimo profesional, consejero... -Extendió las manos y se encogió de hombros-. Los niños son quienes saben exactamente lo que está ocurriendo en el mundo, ¿sabes? Ven más cosas que los adultos, creen en más cosas, son sinceros y siempre te harán saber a qué debes atenerte, cuál es tu posición Los niños aprenden muchísimo más deprisa que los adultos. ¿Adivinas por qué? Elizabeth supuso que existía alguna explicación científica, pero negó con la cabeza.
-Porque no tienen prejuicios. Porque desean saber y desean aprender. Los adultos... -negó tristemente con la cabeza- piensan que lo saben todo. Crecen y olvidan fácilmente y en vez de abrir la mente y desarrollarla, eligen qué deben creer y qué no. No es posible elegir esa clase de cosas: o crees o no crees. Por eso su aprendizaje es más lento. Son más cínicos, pierden la fe y sólo desean saber las cosas que los ayudarán a seguir adelante día tras día. No les interesan los extras. Pero, Elizabeth... -agregó en un audible susurro, con los ojos muy abiertos y chispeantes, y Elizabeth se estremeció al tiempo que se le ponía la piel de gallina. Tenía la impresión de que estaba contándole el secreto más grande del mundo. Acercó la cabeza a la de Iván-. Son esos extras los que hacen la vida. No me sentía tan solo. Incluso mejor que eso, me sentía como si estuviera flotando en el aire. ¿Cómo iba a enseñar nada a Elizabeth acerca de la esperanza, la felicidad, la alegría y el amor cuando yo mismo no sabía si todavía creía en todas esas cosas? Bueno, sabía que eran posibles, vale, pero la posibilidad trae aparejada la imposibilidad. Una palabra nueva en mi vocabulario. Nunca hay que subestimar el hecho de que te miren a los ojos, no sabéis lo afortunados que sois. En realidad, al diablo con la suerte, no tenéis ni idea de lo importante que es que te reconozcan, aunque sea con una mirada fulminante. Es cuando te ignoran, cuando miran directamente a través de ti, cuando debes comenzar a preocuparte Cuando se cae un vaso o un plato al suelo se oye un estrépito. Cuando una ventana se hace añicos, una pata de mesa se quiebra o cuando un cuadro se desprende de la pared se oye un chasquido. Pero en lo que al corazón atañe, cuando éste se rompe lo hace en el más absoluto silencio. Dirías que siendo algo tan importante debería hacer el ruido más fuerte del mundo entero, o incluso emitir algún sonido ceremonioso como la vibrante resonancia de un címbalo o el tañido de una campana. Pero guarda silencio y casi deseas que haga un ruido que te distraiga del dolor. Si hay algún sonido es interno. El corazón grita y sólo lo oyes tú. Es un grito tan fuerte que te zumban los oídos y te duele la cabeza. Se retuerce dentro de tu pecho como un gran tiburón blanco atrapado en el mar; ruge como una osa a la que han arrebatado su osezno. Eso es lo que parece y así es cómo suena, como una enorme bestia que se revuelve presa del pánico en una trampa, rugiendo como si fuese prisionera de sus propias emociones. Pero así es el amor: nadie queda fuera de su alcance. Es tan desaforado como eso, tan vulnerable como una herida en carne viva expuesta al agua salada del mar, pero cuando el corazón se rompe, lo hace en silencio. Sólo gritas por dentro y nadie te oye. Como yo no ejercía ningún control, no era capaz de hacer que se aferrara a mí, que me siguiera viendo, ella se me escurría entre los dedos. ¿Qué ganaba yo? ¿Qué conseguía? Cada vez que me separaba de un amigo me quedaba tan solo como el día antes de conocerle La vida está hecha de encuentros y separaciones. La gente entra en tu vida a diario, les dices buenos días, les dices buenas noches, algunos se quedan unos minutos, otros se quedan unos meses, algunos un año, otros toda una vida. Pero con todos ocurre lo mismo, os encontráis y os separáis.
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