En una entrevista concedida a El Mundo, Pablo Iglesias ha dicho: “El proceso de inmersión lingüística ha sido un enorme éxito en lo relativo a la inmersión lingüística”.
Intelectual. Oráculo. Entendido.
Astuto. Pensador. Culto. Ilustrado.
Inteligente. Docto. Cultivado.
Teórico. Filósofo. Leído.
Sesudo. Experto. Técnico. Instruido.
Científico. Ideólogo. Avispado.
Listísimo. Doctor. Capacitado.
Despierto. Perspicaz. Esclarecido.
Agudo. Sabio. Lúcido. Profundo.
Penetrante. Sagaz. Cogitabundo.
Un Salomón de izquierdas, en resumen.
Y aquí, los liberales, pobres memos,
nos quedamos atónitos, Pablemos,
ante la brillantez de tu cacumen.
Tomado de Libertad Digital
Al margen de que la inmersión lingüística no sea más que un eufemismo para el destierro de la lengua común a todos los españoles (que no se consiga dar en este país un veinticinco por ciento de las clases en el idioma oficial de todo el Estado y la segunda lengua del mundo occidental lo aclara perfectamente), no es menos cierto, y paradójico, que los principales dirigentes nacionalistas procuren a sus vástagos una educación bilingüe, pero en español e inglés, conocedores de que con el catalán se juega políticamente, pero no en el plano personal, no pasando más allá de Granollers, como irónicamente se dijo en este espacio. El Sr. Iglesias, que pretende contraer matrimonio con todo el mundo, no puede denostar el catalán ni defender el incumplimiento de una sentencia del Tribunal Supremo, de modo que dio lugar a la célebre frase que tan acertadamente critica Fray Josepho.