Frei Betto, uno de los mayores impulsores de la Teología de La Liberación calificó como una caja de resonancia cultural en el continente latinoamericano, a las ferias internacionales del libro que cada año se celebran en la Isla.
El teólogo brasileño, uno de los invitados de esta cita, participará en su segunda etapa, del 23 al 27 de este mes en la zona occidental de la Isla, desde Pinar del Río a Sancti Spíritus, incluida la Isla de la Juventud.
El autor del popular libro Fidel y la Revolución, felicitó especialmente esta XX edición por estar dedicada a las culturas de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), porque considera que resulta otro paso adelante en el proceso de integración de nuestras naciones.
El eminente intelectual destacó que Nuestra América es el único continente donde surgen gobiernos progresistas y las masas populares votan en los procesos eleccionarios por los políticos que defienden sus intereses y no los de las oligarquías.
Al referirse a la situación mundial señaló que las grandes potencias capitalistas intentan implantar una globo colonización,fenómeno de origen anglosajón, al cual hay que enfrentar la cultura de los oprimidos, que prioriza la diversidad, el respeto a la diferencia, tanto de las comunidades como de los individuos.
Acerca del rescate de la memoria cultural e histórica de los pueblos, precisó que es esencial, favorecida en la actualidad por las nuevas tecnologías de la información que permiten registrar con fidelidad las expresiones de la oralidad, tan determinante para la identidad de cualquier colectivo humano.
En el caso de América Latina y el Caribe aclaró que ese proceso no debe remontarse sólo a los algo más de 500 años de la llegada de los colonizadores ibéricos, sino a milenios, cuando innumerables pueblos vivían en esta parte del mundo y aún se conservan registros de sus huellas culturales en cavernas y otros sitios.
También subrayó que algo similar ocurre con las culturas originarias y otros grupos como los afro descendientes en el Brasil, surgidos de los esclavos insurrectos de los quilombos,en su mayoría iletrados.
Este fraile dominico, nacido en Belo Horizonte, autor de 51 libros, editados en Brasil y otros países, estudió periodismo, antropología, filosofía y teología. En 1982 ganó el mayor premio literario en su patria, el Jabuti, concedido por la Cámara Brasileña del Libro por el texto de memorias Bautismo de sangre, entre otros muchos reconocimientos nacionales e internacionales.