A través de un solo gesto -abriendo el patio del museo a la plaza mediante la rotación de los murales de Siqueiros desde su posición original- la propuesta de "La Tallera" genera una nueva relación entre el museo/atelier y sus espacios circundantes. Con esta sencilla operación, los elementos simbólicos de la fachada juegan un nuevo papel en las sintaxis arquitectónicas del edificio, involucrando al visitante en una nueva relación con el museo.
A medida que el patio se abre hacia la calle, "La Tallera" cede terreno al espacio público, al tiempo que integra la plaza adyacente como una extensión del complejo. Los murales funcionarán ahora de dos maneras: primero, como un vínculo visual y programático con la plaza, al contener las áreas públicas del museo, como la cafetería y la biblioteca; y segundo, como un "muro programático", que divide el museo/atelier y las viviendas.
La propuesta se presentó a través de una maqueta/tablero interactivo que se despliega en una serie de paneles informativos que pueden ser mostrados en múltiples lecturas, realzando el concepto subyacente del proyecto: una secuencia de despliegue que genera nuevos vínculos y relaciones espaciales.
Fotografía: © Rafael Gamo
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