Durante diez temporadas, este grupo de amigos neoyorquinos rescataron no sólo los valores fraternos, si no que nos regalaron una serie de momentos hilarantes, de culto y de situaciones que, incluso hoy, nos vuelven a hacer reír.
Revive estas escenas nuevamente en el maratón 24/7 que Warner Channel ha preparado con todas las temporadas de Friends a 25 años de su estreno. Desde el miércoles 18 de septiembre, a las 17.30 horas, hasta el domingo 22 de septiembre.
Cuando se cumplen 25 años del estreno de Friends resulta inevitable hacer un repaso por los mejores momentos de una de las series íconos de la historia de la televisión. Y en el caso de Friends esto es sinónimo de risas, carcajadas, situaciones hilarantes e instantes en donde este grupo de amigos desarrollaron algunas de las facetas que los hicieron entrañables, siempre a partir de la simpatía, la simpleza y la espontaneidad de sus personajes. Escenas de culto y momentos de humor superlativos desplegados según las características de cada uno de ellos: desde manías y competitividad de Monica, la inmadurez y vida consentida de Rachel, la distracción y rarezas de Phoebe, las ironías e inseguridades de Chandler, la ingenuidad y convicciones de Joey, y las exageraciones y situaciones de desafortunadas de Ross.
Imposible, así, no recordar esas escenas que sacaron carcajadas en la audiencia, como la vez que Phoebe enseñó francés a Joey. O cuando Rachel y Chandler ayudaron a Ross a subir un sillón a su apartamento. Las risas no se ahogaron cuando Joey, Chandler y Ross salieron a patrullar con Gary, el novio policía de Phoebe, y creyeron estar en medio de un tiroteo. Inolvidable es también la escena en que Ross usó pantalones de cuero en una cita y no se los pudo subir por el calor y la humedad. También aparecen los momentos cuándo Joey descubrió que su sastre lo tocaba más allá de lo necesario, o cuando fracasó su cita con una amiga de Phoebe porque "¡Joey no comparte la comida!". Incluso podrían salir en cualquier recuento la participación de Joey en el show de concursos Pyramid en donde fue un desastre por su ineptitud. Imposible olvidar "la rutina", la coreografía que Monica y Ross recordaron para salir en televisión para el Año Nuevo, o la borrachera de Ross con Margaritas cuando invitó a Joey y Rachel para celebrar su noviazgo, o la seducción de Phoebe a Chandler para hacerlo confesar de su relación con Monica e incluso las ocasiones en que Monica y Chandler terminaron con su cabeza dentro de un pavo.
Pero siempre hay instantes que resultan irresistibles por sobre otros. Acá una pequeña muestra de seis de esos grandes momentos:
¡Mis ojos!: Chandler y Monica han iniciado su romance y solo Rachel y Joey están al tanto. Cuando Ross lleva a Rachel y Phoebe a conocer su nuevo apartamento, ubicado al frente del de Mónica, Phoebe descubre a través de la ventana que la nueva pareja se está desnudando. Y entra en pánico y grita los nombres de sus amigos antes de taparse sus ojos por miedo a hacerse daño. Rachel trata de calmarla, porque Ross aún no sabe y debe reaccionar para evitar que descubra el noviazgo. Y saltan y chillan de la emoción cuando el mayor de los Geller entra en escena y les sigue el juego.
Ross golpea a Joey: Ross se molesta al enterarse de que Joey le pidió matrimonio a Rachel y que usó el amillo de su abuela. Cuando ambos tienen la ocasión de conversar del tema en el Central Perk, Joey lo fuerza a descargar su rabia y le pide que lo golpee. Tras varias provocaciones, Ross lanza un puñetazo, pero Joey lo esquiva y provoca que el flamante padre de Emma se pegue en un poste de luz. Ante el dolor de su amigo, Joey le ofrece disculpas y le dice que solo fue un acto de reflejos, "cuando ves un puño que viene a tu cara, te agachas, mira...". Lo que no esperaba Joey es que los reflejos de Ross no fueran buenos y le da un golpe de lleno en su rostro.
Unagi: Rachel y Phoebe han tomado clases de defensa personal, pero Ross les resta mérito, porque ellas podrían reaccionar sólo si saben que el ataque es inminente, pero no ante una sorpresa. Les explica que él ha tomado clases de karate y que hay una fase de alerta que ellas necesitan manejar: "unagi", un estado de total conciencia ante cualquier peligro que pueda venir. Ellas no lo toman en serio y le replican que es un tipo de sushi, una anguila o cualquier cosa oriental para comer con salmón. Para darles una lección, Ross las asusta en el pasillo del edificio de Mónica, sin saber que su acertado método provocará la venganza posterior de Rachel y Phoebe, quienes lo dejarán gritando preso del pánico y atrapado en una verdadera llave de lucha libre.
¡Siete!: Chandler está de novio con Kathy y como es ex pareja de Joey, él teme no estar a la altura de su compañero de piso que es un experto y eficaz amante. Pero Monica está dispuesta a dar algunos consejos a su amigo y vecino: en un papel le muestra las siete zonas más importantes para una mujer y le explica que los hombres se saltan varias de ellas. Con un dibujo y ante la cómplice y aprobadora mirada de Rachel, Monica le sugiere partir con un uno; un dos; un uno, dos, tres; tres; cinco; un cuatro; un tres, dos; dos; dos, cuatro, seis; dos, cuatro, seis; cuatro; dos; dos; cuatro, siete; cinco, siete; seis, siete; siete, siete, siete, siete, siete, siete, ¡siete!, ¡¡siete!!, ¡¡¡siete!!!... ¡¡¡¡siete!!!!...
Mississippi: Ross no sabe contar un, dos, tres, como cualquier persona, sino que dice "un Mississippi, dos Mississippi, tres Mississippi", que vienen siendo como cinco segundos. No es un problema hasta que asiste a un centro de auto bronceado y tras la primera aplicación de la máquina debe contar hasta tres y darse vuelta. Así, Ross se demora y es rociado dos veces en un nivel dos que lo deja con un bronceado número cuatro, cuando el máximo a aplicar es tres. Cuando entra nuevamente para emparejar, vuelve a equivocarse y su bronceado queda de nivel ocho. Hacia el final del episodio, Ross va a otro centro para igualar el color por su espalda, pero no acepta instrucciones y se lleva una sorpresa al entrar a una máquina distinta y ser nuevamente bronceado por el frente.
La apuesta: quizás si el momento más hilarante es la apuesta de Chandler y Joey contra Rachel y Monica. Si ellas ganan el concurso que les prepara Ross, ellos deberán echar de su casa al pato y el gallo. Si triunfa la dupla Bing-Tribbiani, ellas deberán cederles su departamento. El desafío comenzó porque los amigos aseguraban conocer perfectamente a su par de vecinas y lo demostraron con algunos hechos prácticos a cambio de diez dólares. Mónica pidió la revancha, porque lo primero había sido fácil, y subió la apuesta a cien de los verdes. Luego del empate en la primera ronda, el desafío final tienta a Monica a subir la apuesta a 150, 200 y 300 dólares, hasta que deciden poner en juego el pato, el gallo y el apartamento. La dupla de Chandler y Joey se imponer cuando Rachel no sabe a qué se dedica Chandler y dice que es un transpolador... los chicos celebran y Monica lanza un grito desgarrador desde el centro de su corazón.
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