Empecé Fringe hace poco más de dos semanas y ya estoy por la mitad de su segunda temporada. Veo un capítulo al día y si puedo más, el primer día vi 9 seguidos. Un atracón en toda regla. Estoy totalmente enamorada de esta serie que a priori no me parecía nada del otro mundo pero que se descubrió ante mi como una serie inteligente, intrigante y adictiva de la que ya no puedo prescindir.
Razones por las que venero Fringe. OJO SPOILERS
1. Olivia Dunham (Anna Torv). Agente del FBI con un pasado traumático detrás y con una vida complicada llena de pérdidas (su novio, su compañero). Una mujer brillante, decidida que forma parte de los secretos de la trama. Esta parte me encanta, el que fuera tratada con una droga experimental y los efectos de la misma sobre Olivia. La relación con Walter y William Bell. Además creo que la actriz está soberbia, contenida pero a la vez emocional, sobria pero sin menospreciar los detalles, una actuación muy compacta y fluida. Bellísima Anna Torv. Posee una de las miradas más evocadoras de la pequeña pantalla.
2. La trama. Fringe es un procedimental sobre casos extremos, siempre explicables gracias a la ciencia pero jugando muchas veces a ser Dios. Aunque hay una trama detrás, una trama que se desliza y aparece elegantemente en cada capítulo. Sin duda los mejores son los que se dedican por completo a esa historia sobre mundos paralelos y guerras por venir. En la segunda temporada me ha conmovido particularmente el capítulo August, donde los observadores tienen mayor protagonismo.
3. El WTF con el que se inició la segunda temporada. Me quedé clavada al sofá con la boca abierta. Que momentazo para el recuerdo. Ese accidente de coche dio el pistoletazo de salida a una temporada que está mejorando capítulo a capítulo.
4. Enlazando con lo anterior. Una magnífica segunda temporada, voy por la mitad pero hasta ahora todos los capítulos son de sobresaliente. Además la trama va creciendo pero no se complica ni resulta cansina, Fringe evoluciona a pasos agigantados hacia serie de culto. Siempre se la ha comparado con Expediente X pero creo que podría salir ya de la sombra de la serie de Chris Carter. Las nuevas generaciones necesitaban una serie como Fringe.
5. Walter Bishop (John Noble). Papelón el de este hombre, que le lluevan los premios pero ya. Walter es una delicia de personaje, bordeando la locura y la genialidad. Con arrebatos de ira, ataques de pánico y miedo, miedo a la pérdida y al recuerdo. Un personaje que me hace reír y angustiarme, que me despierta ternura y simpatía. Su obsesión por la comida, su afición por las drogas, sus preguntas incómodas, su manera de actuar ante las situaciones más alucinantes como un niño con un nuevo juguete... y sobretodo la relación con su hijo Peter. Cuanto me duele ver el amor de este padre, un amor que le llevó a hacer lo imposible.
6. Massyve Dinamics. La empresa de William Bell, administrada por Nina Sharp. Siempre en el meollo de la cuestión, siempre jugando al límite. Nunca dejando ver sus cartas. Manipuladores y controladores. Me encanta lo que representa y lo que puede llegar a ser. Además Nina me resulta de lo más perturbador.
7. Una producción muy cuidada. Los efectos especiales magníficos, el que diseña los bichos es un artista, cada vez consigue sorprenderme. Los nombres de los lugares integrados en el paisaje me llaman poderosamente la atención y lejos de molestarme cada día los admiro más. Los detalles ocultos (el juego del observador) que me hacen estar atenta. Estas cosas denotan calidad y eso me gusta.
8. Ver de nuevo a Joshua Jackson. Una de mis muchas debilidades. Hace mucho mucho tiempo veía Dawson Crece, sólo por él. Lo único que se salvaba de la serie. Luego vi todas la películas que hizo y da gusto verle tan guapo en Fringe. Además él es parte del misterio y su relación con Walter me encanta.
9. Tienen una vaca en el laboratorio llamada Gene.